Gustavo Michel continúa su firme pelea por la reincorporación en la refinería que la petrolera explota en Dock Sud, tras la medida cautelar que en agosto de 2014 ordenara su reinstalación en el puesto que ocupara pro más de seis años como Operario de Cracking Catalítico en la empresa.
Ante el incumplimiento de dicha manda judicial que lleva más de un año y mientras el proceso de fondo se acerca a su fin, el Juzgado Nacional del Trabajo n°50 ha estipulado, tras numerosas presentaciones de los abogados del CeProDH, nuevas y mayores multas contra la multinacional, que continúa sin mostrarse afectada por el tenor de las mismas y mantiene una cerrada negativa a cumplir la orden cautelar de reinstalación.
Vale recordar que los compañeros despedidos junto a Michel – Fernando Luna y Analía Portillo- sólo lograron hacer efectivos sus respectivos reingresos tras órdenes de oficiales de justicia y apercibimientos de denuncias penales por desobediencia al entonces CEO de la empresa, Juan José Aranguren, que con antecedentes tales se adentró a la vida política de la mano de Mauricio Macri.
Es claro que este pulpo energético multinacional, no presenta precisamente problemas económicos, y menos si se trata de buscar doblegar a los trabajadores combativos. Semanas atrás, sufrió otro revés judicial, esta vez ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación, al ser desestimado su recurso de queja contra la reinstalación cautelar de Luna, ordenada por la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo.
Es regla del tribunal superior, no hacer lugar a los recursos interpuestos contra sentencias provisorias, como son las medidas cautelares. Es el último recurso que la empresa tenía al alcance contra las “cautelares” que la cámara laboral ordenó para los tres casos mencionados. Contra cada una de ellas, Shell abonó inmutable el depósito de 15 mil pesos requerido por la Corte, que se pierde ante una resolución adversa. Pero Shell, como se dijo, no tiene precisamente problemas de “liquidez”.
En cambio, sí tiene problemas el conjunto de sus trabajadores, que según resolución reciente de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo, son expuestos a la contaminación del asbesto entre otros químicos, a tal punto que dicho ente atribuye ese factor a las recientes muertes de dos trabajadores de la refinería. Por esas consideraciones, la SRT resolvió prohibirle a Shell que continuará autoasegurándose, dada lacontinua omisión y manipulación de controles al respecto.
Puede advertirse en todos los planos que Shell prefiere desembolsar dinero, antes que respetar los derechos de sus empleados o cumplir con las leyes más básicas. Paradójicamente, la defensa legal de la empresa ante los despidos discriminatorios de Michel y Luna, consistió en acusar falsamente a éstos de pretender adulterar los resultados de las mediciones de contaminación en la refinería. A esta altura no sorprende que las ajustadas denuncias de los compañeros hayan sido silenciadas por la patronal en su momento. No obstante siguen batallando por sus derechos y los de todos los trabajadores petroleros, y en ese camino vienen sumando más de un triunfo. |