Hoy es un día para exigir justicia, por todas las mujeres que han sido desaparecidas, por las mujeres encontradas en fosas clandestinas, por las madres buscadoras; por las asesinadas a manos de la violencia feminicida, transfeminicida y de Estado, motivo por el cual, se intensifica la rabia dentro de los movimientos sociales; por la desigualdad ocasionada por el capital, el patriarcado, las guerras, el racismo y los genocidios como el que está ocurriendo en territorio palestino.
Ante estas condiciones desiguales, salimos a marchar por nuestros derechos humanos, por una vida que valga la pena ser vivida. Llevamos la fuerza de nuestras compañeras panroseras de todo el mundo, las que ahora se encuentran enfrentándose a la ultraderecha de Milei en Argentina. Llevamos el legado de nuestras compañeras socialistas quienes pusieron el cuerpo en décadas pasadas para que hoy pudiéramos conmemorar un “Día Internacional de la Mujer”. Hoy salimos como contingente independiente, sabemos que el Estado sólo protege al sistema económico, pues no representa el bienestar para las personas, sino para la acumulación del capital de minorías privilegiadas y protege megaproyectos extractivos en las comunidades rurales y campesinas, silenciando las voces de las y los defensores ambientales.
Debemos buscar que los movimientos y manifestaciones sean por y para las mujeres y disidencias, rechazamos aquellas candidatas y candidatos políticos, que solo buscan beneficiarse y colgarse de nuestro movimiento en estos tiempos electorales.
Por nuestro derecho a decidir sobre nuestros cuerpos, exigimos derechos sexuales y reproductivos para las mujeres y personas con capacidad de gestar a través de: educación sexual para decidir, aprender y protegernos; anticonceptivos gratuitos y aborto libre, legal, seguro y gratuito. Por lo tanto, para cumplir con estas exigencias se debe fortalecer el sistema de salud y educativo, con salarios dignos para sus trabajadoras y trabajadores y un presupuesto suficiente destinado para tener instalaciones dignas con el material necesario.
El Estado tiene una deuda histórica con las comunidades rurales en Hermosillo, en especial, por los acontecimientos ocasionados a manos del narcoestado con la población de jornaleras y jornaleros a principios del año. Buscamos la unidad de los movimientos de mujeres y de organizaciones sociales y de la clase trabajadora para exigir un alto a la precarización laboral por las transnacionales y nacionales. Reclamamos mejores servicios médicos, educativos, agua potable, electricidad en las zonas rurales.
Buscamos mejores condiciones para la clase trabajadora, nuestras familias, y por todas aquellas mujeres oprimidas a manos del capital triplicando jornadas laborales en los centros de trabajo en condiciones precarias.
Necesitamos espacios públicos, culturales, escuelas, parques, calles y transporte público eficiente. Que sean lugares seguros para todas, todos y todes. Espacios libres del acoso y hostigamiento sexual que nos incluyan desde la planeación urbana a niñas, maternidades, mujeres y disidencias. Queremos ciudades y espacios urbanos que favorezcan la crianza compartida entre hombres y mujeres y que los espacios sean incluyentes para las personas con discapacidad.
Denunciamos también la criminalización de mujeres periodistas independientes que hacen los medios de comunicación.
Nosotras, las feministas socialistas y anticapitalistas, exigimos el fin de la guerra en la franja de Gaza por el brutal genocidio al pueblo palestino que ha causado el asesinato de 30.100 personas, el 70% de mujeres e infancias, por parte de las tropas israelíes. Alto a los bombardeos de intervención militar. Este 8M marchamos también por la liberación de Palestina.
¡Por la libertad del pueblo palestino! Alto al fuego
¡Juicio a Israel por crímenes de guerra!
¡Libertad política, sexual y cultural para todas las mujeres!
¡Por nuestro derecho al Pan y también a las Rosas! | 
