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La Izquierda Diario
18 de marzo de 2024 Twitter Faceboock

Una decisión para continuar su lucha
El mejor homenaje: aportar a la construcción de un partido para vencer
Maine García | Hija de desaparecides | Miembro del CeProDH y de Justicia Ya!
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Mi mamá se llamaba Matilde Itzigsohn y mi papá Gustavo Delfor García Cappannini. Ella trabajaba en el Astillero Río Santiago, él en el Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires. Estudiaban juntes Física cuando se enamoraron. Ella también estudió Filosofía y él Arquitectura. Militaban en Montoneros, después de las FAP, y antes ella en el PC y PCR y él en el MLN.

A 47 años de su desaparición. Homenaje a Matilde Itzigsohn y una reivindicación a la militancia de las mujeres trabajadoras en los ’70

En el año 1994 bajo el gobierno menemista se votó la ley 24.411 que otorga indemnizaciones a les hijes de les desaparecides de la dictadura genocida que se impuso en el país entre 1976 y 1983. Esta ley fue impulsada por el gobierno con la recomendación de organismos internacionales de crédito para bajar el índice del riesgo país, indicador importante para los negocios de los sectores financieros entre otros. Era una etapa política en el país signada por la impunidad de los genocidas a través de las leyes de punto final y obediencia debida impulsadas por el gobierno alfonsinista y los indultos del menemismo, y ya en ese momento se profundizaba el plan económico de ajuste y represión hacia la clase trabajadora y los sectores populares con la anuencia de amplios sectores de la burocracia sindical.

Las Madres de Plaza de Mayo eran un faro muy importante para los sectores en lucha, denunciando lo que poques querían escuchar, los objetivos de les dueñes del país, el pacto de silencio de los sectores del poder que habían perpetrado el genocidio. Un año después de la aprobación de esta ley fundamos HIJOS a nivel nacional, éramos jóvenes hijes de desaparecides, exiliades, preses polítiques y asesinades que peleábamos por cárcel a los genocidas, por la restitución de nuestres hermanes apropiades, por la apertura de los archivos de la dictadura. Inventamos los escraches para señalar dónde vivían los genocidas en total impunidad, sufrimos represiones en varios de los mismos, así como en otras luchas de las que participábamos con trabajadores, jubilades, movimiento estudiantil del que muches formábamos parte.

Uno de los objetivos de la ley era entonces bajar la conflictividad social que generaba el reclamo permanente de los organismos de derechos humanos que muchas veces se unía a otros sectores cuyas condiciones de vida eran atacadas brutalmente por el gobierno menemista. En esta etapa difícil para militar, en las que dábamos muchas peleas en soledad, se fundó nuestro partido. El menemismo cumplió mucho de sus objetivos pero no logró que a través del cobro de dinero se acallaran los reclamos de los organismos. Años después se desarrollaron las jornadas revolucionarias del 2001 y con posterioridad se asentó en el poder el gobierno kirchnerista. En su búsqueda de legitimar el régimen político que había sido tan fuertemente cuestionado, el gobierno llevó adelante algunos gestos y acciones que ganaron la simpatía de amplios sectores de los organismos de derechos humanos.

Luego de décadas de lucha contra la impunidad, en el marco de una herida social que aún está abierta en nuestro país, el gobierno se adjudicó el logro de la nulidad de las leyes de impunidad. Varios organismos de derechos humanos perdieron así su independencia política, tan necesaria para señalar las violaciones de los derechos humanos que lleva adelante el estado, no sólo bajo la dictadura genocida, aún bajo el régimen político de la democracia burguesa. Hoy estamos frente a un gobierno negacionista que tiene un plan integral de continuidad con el plan de la dictadura.

El estado después de la dictadura a través de todos los gobiernos garantizó la impunidad de clase: de los sectores empresariales, de la iglesia, de sectores de la burocracia sindical, de amplios sectores de las fuerzas represivas, se negó a abrir los archivos que echarían luz sobre el destino de nuestras madres y padres, de les más de 300 hijes apropiades así como de sectores involucrados en los crímenes de lesa humanidad.

Siempre sentí que ese dinero está manchado con sangre del genocidio de clase, cívico, militar y eclesiástico. Con la sangre de les 30000. Siempre este dinero me hizo pensar en el dolor, en las torturas, los delitos sexuales, les niñes que sufrieron también horrores y algunes no sobrevivieron. Cuando me preguntaban por qué no lo quería cobrar yo pensaba que la pregunta tenía que ser al revés, por qué cobrar. Siempre pensé que se intentaba "reparar" lo profundamente irreparable. Porque nada repara el daño ocasionado a mi madre, a mi padre, y a toda mi familia. Porque los genocidas torturaron, violaron, les tiraron vives al mar y ese horror no se repara con nada.

Cuando por motivos familiares me vi en la situación de decidir hacer el trámite para no trabarle a otras personas la posibilidad de cobrar, o renunciar, el Estado no me dio la oportunidad de renunciar y que ese dinero no lo cobre nadie. En ese momento decidí donar el dinero al Partido de Trabajadores Socialistas en el que milito hace muchos años por cambiar esta sociedad de explotación y opresión y lograr "un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres". Además, con parte del dinero realizaremos con compañeres de ContraImagen un material audiovisual con la intención de aportar a la búsqueda de les hijes apropiades durante la dictadura, investigando sobre los archivos del mismo período y otro reivindicando la lucha de las trabajadoras en esa etapa.

Este año, frente al gobierno negacionista y continuador del plan de la dictadura tenemos que ser miles en las calles. Para seguir denunciando que son 30000, que fue un genocidio, contra la impunidad de ayer y de hoy, para derrotar el DNU y el protocolo de Bullrich, para exigir un paro y un plan de luchas de las centrales sindicales frente al avasallamiento de los derechos laborales, sociales, educativos, alimentarios, culturales, de género, de las disidencias, por el no pago de la deuda y fuera el FMI: el 23 movilizamos en La Plata, desde las 17 hs en Plaza San Martín. Y el 24 marchamos a Plaza de Mayo junto al Encuentro Memoria, Verdad y Justicia. Seamos miles en las calles por cárcel común, perpetua y efectiva a los genocidas, restitución de nuestres hermanes apropiades, apertura de los archivos de la dictadura, condena a los responsables civiles, contra la impunidad de ayer y de hoy.

 
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