En la conferencia matutina de este lunes, el presidente López Obrador mostró fragmentos de una entrevista que le hicieron para el programa estadounidense 60 Minutes Overtime. Ahí, fue cuestionado sobre el uso político del tema migratorio en el contexto de las próximas elecciones en Estados Unidos, particularmente los dichos del presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, quien el mes pasado pidió al presidente Biden restablecer un programa para exigir a los migrantes esperar sus casos de asilo en México; ante la negativa del presidente estadounidense, Johnson respondió que “somos Estados Unidos y México hará lo que digamos”.

AMLO respondió que el legislador es irrespetuoso, que somos un país independiente, libre, soberano; que no somos colonia ni protectorado de ningún país extranjero; que tenemos una buena relación con el gobierno de Estados Unidos pero no de subordinación. Agregó que el presidente Biden es respetuoso de nuestra soberanía, “como lo fue el presidente Trump”.

Respecto al gobernador de Texas, Greg Abbott, quien se encuentra en disputa con la Casa Blanca a partir de su intención de implementar una política migratoria de encarcelamientos y deportaciones exprés, el mandatario mexicano calificó sus actos, como poner alambradas en el Río Bravo, de oportunismo, politiquería y faltos de seriedad.

Para López Obrador, con México como primer socio comercial de Estados Unidos, los presidentes Trump y Biden han sido muy respetuosos, “hemos tenido diferencias, pero hemos puesto por delante el interés general, de los dos pueblos; nos necesitamos mutuamente”.

Sin embargo, aunque el presidente busca mostrarse como defensor de la soberanía nacional y la relación con el vecino del norte como una entre iguales, su discurso oculta la relación real de nuestro país con Estados Unidos, que es de subordinación a la potencia imperialista (en continuidad con los gobiernos anteriores del PRI y el PAN), tanto en materia económica como de seguridad y migratoria. Para ilustrarlo, recordemos por ejemplo la utilización de la Guardia Nacional para perseguir y detener migrantes, luego de las exigencias de Donald Trump (quien además sostiene hasta ahora un discurso xenófobo y racista) al gobierno mexicano para tomar mayores acciones antimigratorias, chantajeando que de lo contrario Estados Unidos impondría aranceles a exportaciones mexicanas.

Lázaro Cárdenas y la expropiación petrolera

Posteriormente, como parte de las exposiciones que viene haciendo sobre personajes de la historia de México, AMLO habló de Lázaro Cárdenas, quien se refirió como un político visionario que dividió su sexenio en tres partes: los dos primeros años se dedicó a atender a los pobres, a los campesinos, a los obreros, pues durante mucho tiempo, luego de la Revolución, no se habían atendido los anhelos de justicia.

La segunda etapa fue de organización, expresada en el surgimiento de la Confederación Nacional Campesina (CNC) y la Confederación de Trabajadores de México (CTM), mediante las cuales “organiza a las masas”. En esta lectura oficial, quedan ausentes las consecuencias de la integración al Estado de las organizaciones obreras y campesinas, lo que ha sido un gran obstáculo para la organización independiente de estos sectores. También en esta etapa se reforma al PNR, que se convierte en el PRM, antecesores del PRI.

La tercera etapa estuvo dedicada a recuperar, particularmente con la expropiación petrolera, los bienes que habían entregado durante el porfiriato a extranjeros. Sin la expropiación petrolera, agregó AMLO, México no habría contado con una palanca de desarrollo, pues su economía se apoya en la industria petrolera. Aquí el discurso contrasta con la política de la 4T, pues a pesar de los intentos de reforma en materia energética, aunque bloqueados en buena medida por la oposición, no han buscado revertir de fondo los avances privatizadores en el sector; por el contrario, no se pretende expropiar “ni un tornillo”, como dijo en su momento la Secretaría de Energía.

Ayotzinapa

Cuestionado acerca de los fallos judiciales que determinaron la liberación de presuntos involucrados en la desaparición de los 43, pues no se liberó únicamente a quienes habían sido torturados, el presidente dijo que “lo que más nos ocupa es encontrar a los jóvenes, y en eso estamos trabajando día y noche”, lo cual se contradice con su descalificación al trabajo realizado por el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes, quienes señalaron la imposibilidad de continuar con sus investigaciones por no poder acceder a 800 folios en poder del Ejército, cuya existencia es negada por el Ejecutivo.

En este tema, AMLO aprovechó para arremeter nuevamente contra los organismos de derechos humanos y abogados que asesoran a los familiares de los 43, diciendo que tienen sospechas de que tuvieron acuerdos políticos, pues celebraron cuando salió la sentencia judicial para liberar a los presuntos torturados, pero luego se supo que algunos sí habían participado en las desapariciones. Todo esto, en línea con las intenciones del mandatario de reunirse a solas con los familiares de los normalistas desaparecidos, para supuestamente darles información que no se explica por qué no se hace pública.