El 29 de marzo el año 1985, en la comuna de estación central de Santiago de Chile, los hermanos Rafael (18) y Eduardo (20) Vergara Toledo, ambos militantes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), fueron ejecutados por una patrulla de carabineros comandada por el subteniente Alex Ambler Hinojosa, quien tenía al mando en ese momento a los carabineros Nelson Toledo Puente, Marcelo Muñoz Cifuentes y Jorge Marín Jiménez.
El mismo día del asesinato de los hermanos Toledo, pero en la comuna de Lo Barnechea, Paulina Aguirre (19), también militante del MIR, fue asesinada por la Central Nacional de Investigaciones (CNI), policía secreta de la dictadura de Pinochet.
También en la mañana de ese día, fueron secuestrados por los organismos de seguridad del Estado los militantes del Partido Comunista (PC) José Manuel Parada y Manuel Guerrero, quienes junto a Santiago Nattino, que había sido detenido el día anterior, fueron degollados el día 30 a manos de Carabineros.
Para el caso de los hermanos Toledo, el informe Retting (como se conoce a la investigación de la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación de Chile), desmintió la versión oficial, que decía que los hermanos habrían muerto tras un enfrentamiento generado tras un intento de asalto a un supermercado. Dicho informe emitido el 1991 determinó que habrían sido ejecutados y recién 17 años después los policías responsables habrían sido condenados por homicidio, condena que solo significó una libertad condicional bajo fianza.
Por otra parte, el caso de Paulina Aguirre fue cerrado el 2004 con las confesiones de los agentes involucrados, quienes quedaron finalmente en libertad.
Por estos actos de brutalidad de parte del Estado y por la juventud de las víctimas, el 29 de marzo se conmemora el “Día del Joven Combatiente”. Ícono para distintos sectores de la izquierda, de la lucha en contra la dictadura militar y la represión.
En los últimos años la juventud siguió demostrando que es la chispa de la rebelión social. La lucha de los estudiante secundarios (conocida como la "revolución de los pingüinos" por su uniforme) en 2006, la de los estudiantes universitarios y secundarios en 2011 contra la reforma educativa bajo la llamada Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza (LOCE) y más recientemente la rebelión de 2019 que comenzó con los estudiantes evadiendo los molinetes en el subterráneo para no pagar el aumento desmedido del Gobierno y terminó recogiendo las demandas de toda la sociedad empobrecida por años de neoliberalismo.
En estos días vuelven a estar en las calles en apoyo y solidaridad con los docentes de Antofagasta que muestran la bronca con la situación educativa en Chile tras el suicidio de una docente tras sufrir reiteradas situaciones de abuso y acoso laboral, sin ser escuchada, y siendo amedrentada con medidas como la reducción de horas de trabajo y una considerable disminución de su ingreso. Esto desató una serie de movilizaciones y huelgas en distintos sectores, incluyendo fuertemente a estudiantes secundarios de distintos liceos.
Como señalan desde La Izquierda Diario de Chile "En este nuevo 29 de marzo volvemos a reivindicar la lucha contra la impunidad en las violaciones a los derechos humanos, por la libertad de lxs presos políticos de la revuelta, mapuche y la disolución de Carabineros. Por educación gratuita, por el derecho a la alimentación con un aumento y extensión de la BAES (ayuda alimentaria para estudiantes), por la democratización de los centros educativos donde los distintos estamentos tengan voz y voto para frenar el autoritarismo académico, por la implementación de una educación sexual integral para cortar de raíz la violencia machista y apostamos a la autoorganización de les jóvenes y estudiantes, en sus lugares de estudio y de trabajo para ser nosotres quienes decidamos nuestro futuro". | 
