El desafío de las y los trabajadores de Huachipato es claro ¿Cómo romper el consenso neoliberal que aniquila la industria nacional? Todos los partidos de los 30 años son parte de ese consenso, aunque ahora algunos hagan demagogia con el cierre aprovechando el pánico para golpear al gobierno, el que también de hecho se ha subordinado con todo al dogma neoliberal de libre mercado, que los ata de manos también para cualquier solución de largo plazo, desde donde lo único que asoma a la vista como realista, es la reestatización de Huachipato, pero no bajo control de burócratas del ministerio de economía, sino que quedando bajo el control de sus propios trabajadores.
Ayer jueves 28 de marzo se realizó la primera asamblea general entre los sindicatos 1° y 2° de la Siderúrgica Huachipato, a una semana luego de que la patronal amenazara con el cierre de las faenas de no aprobarse el aumento de tasas arancelarias que le estaban pidiendo al gobierno. La asamblea definió que daría 10 a 15 días al gobierno para que la Comisión Antidistorsiones dicte las nuevas tasas de 25% y 33% que esta pidiendo la empresa.
La asamblea contó con la presencia de las y los trabajadores de planta de la siderúrgica, con representantes de los tres sindicatos de ASMAR, los Astilleros y Maestranzas de la Armada, dirigentes de la Unión Portuaria, de San Vicente y Talcahuano, así como representantes sindicales de la Celulosa Arauco y del sindicato Forestal, también dirigentes de ENAP-PETROX, parte del cordón industrial del sector, y de la FENPRUSS, de funcionarios de la salud. También estuvieron alcaldes de la región del Bio Bio, y parlamentarios y senadores de la zona.
La asamblea se realizó al día siguiente de una masiva movilización desde Talcahuano a Concepción, y luego que la Comisión Antidistorsiones, aprobara un aumento de aranceles, pero no en la cantidad que viene exigiendo la dueña de la siderúrgica CAP, y los mismos sindicatos, que exigen un 25% para las barras de acero y 33% para las bolas de acero, donde la Comisión fijó 22,5%, 14,2% y 9,2% para distintas empresas chinas por concepto de importaciones de bolas de acero forjadas para molienda y en 10,4%, 10,3% y 19,8% los aranceles para las importaciones de barras de acero, de otras tres empresas chinas.
La aprobación de estas nuevas tasas arancelarias tampoco estuvo exenta de problemas, ya que aunque los representantes del Ministerio de Hacienda, del Ministerio de Agricultura, del Ministro de Economía, del Ministerio de Relaciones Exteriores y de la Dirección Nacional de Aduanas, aprobaran la suba de tasas, los representantes de la Fiscalía Nacional Económica y del Banco Central, que conforman esta Comisión, se opusieron a la medida. La presidenta del Banco Central Rossana Costa fue designada por Piñera y es una reconocida neoliberal ligada a la UDI y a su centro de estudios el Instituto Libertad y Desarrollo que realiza estudios de economía de libre mercado, mientras que el fiscal nacional económico no se aleja mucho de allí, designado por Boric, Jorge Grunberg ha desarrollado su carrera como experto en materias de libre competencia. Boric no solo puso al neoliberal Mario Marcel en Hacienda.
Se lee en el acta de la Comisión que el FNE y el Banco Central que se opusieron “porque consideran que en la reconstrucción del valor normal para el cálculo del margen de dumping no se debe prescindir sin más de los registros contables de las empresas productoras del producto investigado, debiendo la Comisión cerciorarse si ellos están en conformidad con los principios de contabilidad generalmente aceptados en el país exportador y reflejan razonablemente los costos asociados a la producción y venta del producto considerado”.
Se ponen en línea con lo que los otros grupos económicos y los principales diarios patronales vienen advirtiendo sobre la suba de tasas arancelarias, que viene a cuestionar el dogma neoliberal, como El Mercurio y el Diario Financiero, que celebran que una empresa "ineficiente" para el mercado, que no pueda competir en el escenario internacional muera, reflejo de esto también es el propio mercado financiero en Chile, que "premio" las acciones de CAP al conocerse que podrían ser suspendidas sus faenas. En la asamblea de hecho una de las palabras de uno de los trabajadores advertía sobre las reales intenciones de los dueños de querer salvar o no la siderúrgica.
Claudio Agostini, economista de las patronales chilenas, profesor en la reaccionaria Universidad Adolfo Ibañez, lo dejaba claro en una entrevista en Radio Infinita: "Está claro que el cierre de Huachipato es la decisión correcta y así lo leyó el mercado: se cerró Huachipato y las acciones de CAP subieron. Ese es el mejor signo, o sea, la empresa es más rentable. Las acciones suben cuando cierra Huachipato y eso no hay ninguna duda, es el test del mercado".
El desafío de las y los trabajadores de Huachipato: romper el consenso neoliberal
La economía neoliberal chilena es clara en estos temas económicos, es parte de lo más profundo y central de la herencia de la dictadura, si no es competitiva en el escenario internacional la empresa muere, lo que significa en la practica para países dependientes como Chile, que solo nos dediquemos a reventar nuestros recursos naturales, solo extractivismo, mientras las grandes potencias desarrollan su industria.
Y acá nadie quiere romper ese consenso, ni los viejos partidos de los 30 años, ni los nuevos partidos de los 30+ años, con Mario Marcel a la cabeza del ministerio de hacienda y la firma del TPP11, ha quedado demostrado la orientación económica de este gobierno, la misma que los viejos partidos de la Concertación y la derecha, por eso exigirle al gobierno que rompa con eso, es literalmente pedirle peras al olmo, como dice el refrán popular, menos por supuesto a los partidos de la vieja concertación y la derecha chilena, que hoy falsamente tratan de cargarle el problema a este gobierno, cuando ellos mismos nunca se atreverían a romper ese consenso.
La única salida posible a este conflicto es que la empresa sea estatizada, la misma CAP parece poco interesada en salvar esa parte su negocio, porque tiene otros, ligados de hecho más al extractivismo que a la industria, y por supuesto que la empresa no quede en manos de burócratas del ministerio de economía, o de cualquier otra dependencia estatal, sino que en manos de sus propios trabajadores, lxs mismos que echan a andar la industria día a día.
Esta sería una lucha difícil, pero no imposible, más utópico sería confiar en los partidos del regimen político chileno adictos al libre mercado, las y los trabajadores de Huachipato cuentan con el apoyo de todo el pueblo trabajador, como se los han hecho ver en toda la región, una región que conoce de primera fuente lo que es el industricidio neoliberal, que conoce la cesantía, y que conoce de reconversiones laborales humillantes.