La situación generada a raíz del caso de Katherine Yoma, es un llamado de atención para luchar por la defensa integral de la educación pública, de la atención de niñeces y adolescentes, dejados de lado por el sistema y por salud mental de calidad en cada lugar de trabajo. Un llamado de unidad entre apoderados, profesoras y profesores, asistentes de aula, trabajadoras de aseos y alimentación, quienes cotidianamente vivimos las condiciones miserables que padece la educación pública.
Los problemas de violencia y convivencia escolar son una lucha que compromete a toda la comunidad, tiene su raíz en el abandono, degradación y destrucción de la educación pública, con falta de recursos urgentes, con hacinamiento, con una alimentación precaria, sin contar con las y los profesionales y especialistas necesarios para la cantidad de situaciones y casos. Sin escuelas, liceos o jardines nuevos porque hace 12 años no se construye una unidad educativa; con 2.000 niños, niñas y adolescentes sin derecho a la educación en una de las regiones más ricas del país. Son siete liceos a los que la Seremi
de Educación les estaría solicitando abrir nuevos cursos para ingresar a cientos de estudiantes nuevos. Y, ¿en qué condiciones?
En respuesta a este malestar generalizado por Kathy y la crisis educativa, se vota paro nacional el 25 de marzo en una asamblea de más de 1.000 personas, entre profesores, asistentes de aula, diversos trabajadores de la educación. Y, si bien, no tuvo expresión nacional -ya que el Colegio de Profesores nacional no lo organizó para que realmente fuese un paro efectivo a lo largo del país- en la región se convocó una marcha histórica, con más de 10.000 personas, sumándose algunas comunas como Mejillones, además de liceos subvencionados, jardines infantiles, universidades, etc, mostrando que hay fuerza para imponer nuestras demandas. La misma fuerza también se mostró en el ejemplo de unidad
entre trabajadores de la educación, apoderados y estudiantes, que dieron los liceos como los liceos A-14, B-13, A-22, Escuela E-77, Escuela D-136, entre otras, donde se han impulsado asambleas triestamentales, tecitos rebeldes y otras instancias.
Sin embargo, la unidad y mayor fuerza, no es algo que quieren quienes buscan dividir a la comunidad educativa. Por ejemplo, el alcalde junto a la extrema derecha de Republicanos, que busca poner a apoderados contra docentes, mientras ha sido su gestión la que recortó $2.000 millones para la educación. Otros como el Colegio de Profesores Nacional que junto al gobierno, buscan cerrar esta crisis mediante una ley con foco en sanciones, sin una claridad en cuanto a los tiempos de legislación y promulgación, y planificada “por arriba”; sin expresar las demandas más sentidas del gremio educativo, ni mucho menos considerando medidas concretas como la entrega de recursos inmediatos. Incluso hay algunos que dicen que luchemos solo por nuestras demandas gremiales, sin tener un diálogo y unidad con el conjunto de la comunidad.
Pero, hay otra alternativa de quienes pensamos que debemos unificarnos en un gran reclamo común por estas condiciones. Uniendo todas las demandas luchando por un cambio estructural que termine con cerca de 40 años de destrucción de la educación pública. Solo así podrá ser un avance real una ley surgida a raíz del brutal caso de Kathy.
Por ello, nos propusimos llevar adelante la propuesta de los liceos A-14 y B-13 de impulsar un Encuentro Educativo organizado desde las bases, expuesta en la asamblea abierta del Colegio de Profesores y del Sindicato de Profesores y Profesionales de la Educación, impulsando una comisión organizadora del encuentro, compuesta por dirigentas, delegados, trabajadores de la educación, apoderadas y estudiantes de diversos establecimientos educativos, con quienes estamos haciendo esta invitación a la comunidad de Antofagasta, a sumarse al Encuentro Educativo, este lunes 1 de abril, a las 17 hrs., en el ISCA.
Para que juntos y juntas fortalezcamos una alternativa que se proponga realmente resolver los problemas de fondo, que no se conforme con aspirinas, ni confíe en reuniones y resoluciones a puertas cerradas con el gobierno, sino en la unidad de las y los trabajadores de la educación, apoderados, estudiantes, junto a otros sectores de trabajadores, poblaciones, organizaciones sociales; la única fuerza que puede ser capaz de transformar el conjunto del sistema educativo. Esta perspectiva comienza hoy uniéndonos en un petitorio común, planificándonos de conjunto en este Encuentro Educativo, para fortalecer y aumentar nuestra fuerza y cohesión en la lucha por la educación y futuro de los niños, niñas
y adolescentes.
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