En los últimos días los medios kirchneristas denunciaron, con varias pruebas, las maniobras que Mauricio Macri, sus funcionarios del gobierno porteño y el PRO/Cambiemos realizaron para financiar su campaña electoral. Un verdadero escándalo que supera, incluso, al affaire protagonizado por Fernando Niembro. Pero aunque no lo digan Página 12, C5N ni Radio Nacional, desde el propio Frente Para la Victoria se realizaron maniobras similares.
En otro artículo informamos que para la campaña presidencial de Daniel Scioli se desviaron fondos y hasta se echó mano a sueldos enteros de empleados públicos apelando a maniobras fraudulentas con las que se blanqueó la triangulación de dinero de la Provincia que terminó en las arcas del partido de Cristina Fernández de Kirchner.
Pero como los gastos fueron muchos y variados, los “recaudarores” del gobernador bonaerense recurrieron a los favores de varios amigos, entre los que se encuentran sus propios funcionarios y una serie de empresarios que hace años viven haciendo negocios con el Estado.
Recientemente la Cámara Nacional Electoral publicó los informes que presentaron las fuerzas políticas en los que figura lo recaudado y lo gastado en la campaña de las PASO del 9 de agosto. Según esos informes, el Frente Para la Victoria gastó casi $40 millones.
Vale aclarar que eso es lo que el kirchnerismo declaró públicamente, lo que está muy por debajo de la cifra real de los gastos volcados en función de la fórmula Scioli-Zannini. Con sólo mencionar que el gobierno gasta $7 millones diarios en concepto de “publicidad oficial”, alcanza para imaginar lo poco que significan esos $40 millones recaudados con “aportes privados”. Sin embargo el informe legal sirve para ver quiénes comprometen sus nombres y apellidos para bancar el proyecto de Scioli.
En ese informe se presenta un listado de 1616 personas que hicieron “contribuciones y donaciones privadas” para la campaña. Cada una con su identidad, su documento y la cantidad aportada. En su gran mayoría son sumas que van de los $10 mil a los $50 mil. Según ese informe el total recaudado por el kirchnerismo fue de $26 millones.
“Hoy por tí, mañana por mí”
¿Qué une a Guillermo Viegener, Máximo Testoni, Martín Leiva, Jorge Sabha, Antonio Solimeno, Alfredo Ballarino, Chrystian Colombo, Hernán Campagnoli y Marcos Cytrynblum?
Todos son empresarios. Algunos de rubros tecnológicos, otros pesqueros, varios de productos alimenticios y hasta hay quienes poseen medios de comunicación. Pero además de su pertenencia de clase, estos burgueses (y muchos más) también integran la selecta lista de “contribuyentes y donantes privados” del Frente Para la Victoria. Y todos, como era de esperar, tienen mucho que “agradecerle” a los gerentes del Estado. De allí sus aportes y su compromiso con el Frente Para la Victoria y con Daniel Scioli.
Un breve repaso por sus trayectorias permite imaginar qué motivó a cada uno de ellos a seguir bancando este proyecto... “proyecto nacional y popular”.
Guillermo Viegener dirige la cerámica y metalúrigca Ferrum S.A. Puso para la campaña, al menos en blanco, $40 mil. Un vuelto, si se piensa todo lo que el Estado le hizo ganar a su empresa, a través de ProCreAr y otros programas habitacionales. Hace un mes, luego de recibir el aporte financiero de Viegener, el mismo Scioli reivindicó a Ferrum en una visita a la planta de Avellaneda. “Una empresa de más de 100 años que hoy sigue con muchas expectativas de cara al futuro”, dijo el gobernador mientras le prometía a su amigo nuevos créditos del Banco Provincia.
Máximo Testoni también aportó, en blanco, $40 mil. Es gerente comercial de Cronos, empresa que fabrica y vende toda la aparatología necesaria para el control de personal, de accesos, de rutinas y de procesos. Un verdadero vigilante. Su firma se dedica nada menos que a brindarle a patrones privados y estatales la tecnología para exprimir al máximo a los trabajadores: relojes, tarjetas, lectores, detectores, molinetes y otros aparatos.
La cartera de clientes de Testoni la pueblan empresas obsecionadas en perseguir y controlar a los obreros como Alicorp, Cargill, Cedinsa, Copetro, Honda Motor, Molinos Río de La Plata, Nidera, Telecom, Telefónica y Volkswagen.
Pero también el Estado adquiere muchos de los servicios de Cronos. A los gobiernos de la Ciudad de Buenos Aires, de Río Negro y de San Juan, a la Secretaría Legal y Técnica que maneja Carlos Zanini, al Poder Judicial de la Nación, a los ministerios de Justicia, de Defensa, de Relaciones Exteriores y de Salud de la Nación, al de Salud de la Provincia de Buenos Aires y al de Educación de Chubut, a la Cámara de Diputados de Santa Cruz, a la Fuerza Aérea Argentina, a la Policía Federal y a decenas de municipalidades, universidades y obispados Testoni les está muy agradecido. Su aporte a la campaña de Scioli no es más que un cumplido.
Según la lista de aportantes Martín Leiva también puso $40 mil. Él es gerente de Newell Rubbermaid, la multinacional dedicada a productos escolares y profesionales con marcas como Parker, Paper-Mate y Lenox. Un lujo.
Jorge Sabha y Nicolás Cuevas Zárate pusieron, también en blanco, $40 mil cada uno. Ambos son socios en varias empresas junto al hijo del primero, Sergio Jorge Sabha, quien no aparece en el listado de aportantes de este año pero sí puso $10 mil para la campaña de 2013 del FpV.
Sabha hijo y Cuevas Zárate son presidente y vice, respectivamente, de Estar Compañía de Seguros, una empresa fundada a principios de este año. Pero hace mucho más tiempo manejan otras empresas, fuertemente entrelazadas con el Estado. Una de ellas es América Virtual, autodefinida como un “referente ineludible” en el mercado de “servicios de consultoría, diseño, desarrollo, implantación y mantenimiento” para redes y sistemas informáticos.
Los Sabha a su vez dirigen Eqqus (constructora de torres lujosas en Pinamar), América Consulting (“servicios y asesoramiento empresarial”) y América Broad Call (dedicada, entre otras cosas, a perseguir a clientes “morosos” de otras empresas hasta que paguen por las buenas o en un juicio). Entre la cartera de clientes de esta última se encuentran Telecom, Garbarino, Megatone y... la ANSES.
Casi todas los sellos de los Sabha y sus socios tienen un mismo domicilio legal: el cuarto piso del lujoso edificio ubicado en Alicia Moreau de Justo 1120, Puerto Madero. Son vecinos de Boudou.
Antonio Solimeno puso, en blanco, $40 mil pesos para la campaña de Scioli. Parece que al empresario pesquero le cambió la suerte. Hace apenas dos años, quien hoy apuesta al “proyecto” kirchnerista le decía al diario La Nación que estaba en el peor de los mundos, que las cuentas no le cerraban y que “en estas condiciones, la rentabilidad no existe”.
Tan bien parece que le va ahora que hasta su empleado Alberto Procelli colaboró con otros $40 mil para la campaña del gobernador.
Alfredo Ballarino también integra el grupo de “los $40 mil”. El hombre es, nada más y nada menos, que director ejecutivo de la Cámara de Informática y Comunicaciones de la República Argentina (CICOMRA), que agrupa a parte de las empresas tecnológicas estratégicas del país, desde IBM y Microsoft hasta Samsung, pasando por Telecom, Telefónica y Claro. Ballarino mantiene una relación más que estrecha con el Estado provincial, ya que las empresas a las que representa realizaron innumerables negocios con la gestión de Daniel Scioli, proveyendo servicios y conveniando proyectos de “colaboración” entre el sector privado y la administración pública.
Aliancistas y procesistas
Uno de los aportes, si se quiere, más curiosos, fue el realizado por la empresa de alfajores y chocolates Havanna, que puso (en blanco) más de $160 mil para la campaña de Scioli. Ese monto se distribuyó entre cuatro de sus capitostes: Hernán Campagnoli ($40 mil), Julio Vaccaro ($40 mil), Alejandro Alcedo ($40 mil) y Chrystian Colombo ($40 mil). Quien se haya detenido en en este último nombre, no se equivoca. El actual presidente de Havanna no es otro que el exjefe de Gabinete de Fernando De La Rúa. Colombo no salió volando en el helicóptero con “Chupete” aquel 20 de diciembre de 2001 pero le hizo el aguante a su renuncia. Hoy, lejos de estar preso por las decenas de muertos que su gobierno dejó antes de retirarse de la Casa Rosada, hace pingües negocios con el kirchnerismo.
Por último vale mencionar a un aportante “ejemplar”: Marcos Cytrynblum. Un donante más que simbólico. Cytrynblum no es otro que el exsecretario general de redacción del Diario Clarín durante la dictadura, padrino periodístico de Joaquín Morales Solá, Eduardo Van del Kooy y Ricardo Kirschbaum, entre otros espadachines de Magnetto. Su paso por Clarín fue entre 1975 y 1990, acompañando la transformación del “gran diario argentino” que pasó de ser un importante matutino a una poderosa corporación, con el negociado de Papel Prensa como hito fundamental.
Cytrynblum es uno de los que se negó a publicar los hábeas corpus por los desaparecidos y que le hizo el aguante a Videla y Massera hasta bien entrada la década del 80.
El tiempo pasó y hoy Cytrynblum maneja Telviso, una empresa de cable de Pilar que se lleva de maravillas con el kirchnerismo y es una de las más beneficiadas por Martín Sabbatella y la AFSCA, recibiendo licencias y permisos como pocos. Para la campaña “Scioli Presidente” puso, en blanco, $10 mil. Estuvo medio flojo, dicen por ahí, con todo lo que le dio el “proyecto”.
“Mis muchachos”
Además de los amigos del “sector privado”, una parte importante del listado de aportantes a la campaña de Scioli lo ocupan sus propios funcionarios. En lo que se podría considerar un aporte a la causa (de sus privilegios) ministros, viceministros, directores, jefes y hasta un excapo de la Bonaerense pusieron sus morlacos para bancar el proyecto.
Como ya se dijo, en la lista figuran los aportes “en blanco”, es decir lo que cada uno creyó conveniente que figure ante la población.
Del gabinete provincial están las ministras de Gobierno Cristina Álvarez Rodríguez y de Economía Silvina Batakis; los ministros de Asuntos Agrarios Alejandro “Topo” Rodríguez y de Trabajo Oscar Cuartango (uno de los que también arrebató sueldos de empleados públicos como aportes para la campaña); el secretario general de la Gobernación Martín Ferre y el presidente de IOMA Antonio La Scaleia. Todos ellos pusieron entre $20 mil y $35 mil.
También está la plana mayor del Banco Provincia. Su presidente Gustavo Marangoni puso $49 mil y su vicepresidente José Pampuro $50 mil. Entre los directores se destacan Rafael Peremilter ($40 mil), Omar Galdurralde ($45 mil), Marta Helguero y Javier Mouriño ($20 mil cada uno). El presidente del Grupo BAPRO, Santiago Montoya, puso $30 mil, lo mismo que aportó el vicepresidente de la entidad y hermano del gobernador, Nicolás Scioli.
Un problema fundamental en la Provincia de Buenos Aires es el déficit habitacional que afecta a cientos de miles de familias. Pero la vergüenza no rozó siquiera el bolsillo del Director de Ejecución del Instituto de Vivienda provincial, Pablo Vázquez, quien puso para la campaña nada menos que $40 mil.
Y otro que no faltó a la cita fue el exjefe de la maldita Bonaerense, Juan Carlos Paggi, quien colaboró con su amigo gobernador poniendo $20 mil.
Lo que no pudo confirmar este diario es si realmente alguno de todos estos funcionarios puso una moneda de su propio (y abultado) sueldo, o bien todos blanqueron con sus nombres aportes quitados de partidas subejecutadas del presupuesto provincial.
Lo que sí estamos en condiciones de confirmar es que la campaña Scioli Presidente, a juzgar por sus destacados aportantes, tiene todas las características de una promesa puesta en boca del gobernador de la Provincia de Buenos Aires: “Síganme, que no los voy a defraudar”...
Se adjunta a esta nota el listado completo de aportantes del Frente Para la Victoria que hizo público la Cámara Nacional Electoral. Cualquier dato o información de nuestros lectores que sirva para seguir demostrando quiénes “bancan” el proyecto, será bienvenido.
Listado de aportantes del FpV
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