Durante el primer debate presidencial, del 7 de abril, entre muchos otros temas, Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez discutieron sobre la vivienda de cada una de ellas. La candidata de Morena planteó que mientras Gálvez vivía en una casa del cartel inmobiliario, ella habitaba un departamento rentado. Esta acusación dio pie a que días después, durante un evento político, Gálvez dijera: “Si a los 60 años no has podido hacer un patrimonio, eres bien güey”.
Las declaraciones de la candidata de la oposición generaron una ola de reacciones negativas en redes sociales, al punto que tuvo que salir a clarificar que se refería únicamente a Sheinbaum pues con sus trabajos de funcionaria pública podría haberse generado un patrimonio. A pesar de sus intentos por revertir el impacto, el daño ya estaba hecho y puso de nuevo sobre la mesa, la crisis de vivienda que atraviesa la CDMX y otras ciudades del país, pues si eres joven y/o trabajador con el salario promedio, es prácticamente imposible conseguir un departamento donde vivir de manera independiente.
Según datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) el salario promedio de los profesionistas es de $7.048, y las rentas que se consiguen en menos de $10 000 se ubican en las alcaldías Iztapalapa, Gustavo A. Madero, Iztacalco, o en la zona conurbada como Tlanepantla de Baez, etc.
Si se desea rentar en zonas céntricas como la alcaldía Cuauhtémoc las rentas se disparan hasta casi los $23 000. Un precio completamente inalcanzable para la mayoría de los trabajadores. Si se optara por habitar, porque no hay más opción, en las alcaldías más cercanas a la periferia, sigue siendo imposible para una sola persona rentar un departamento, pues la renta ya absorbe gran parte del salario. Lo que ha llevado a que muchos jóvenes y familias trabajadoras, compartan departamento para poder tener un lugar donde vivir. En muchos casos sobre todo para la juventud, esta situación impide que se puedan independizar y deban seguir viviendo con sus familias.
El crimen de las grandes inmobiliarias
El jueves 11 de abril, en la madrugada, más de 50 hombres armados con palos, mazos, armas blancas y un arma larga de fuego irrumpieron en un edificio de departamentos en la colonia Buenavista. Comenzaron a invadir las viviendas y a desalojar de manera ilegal a los habitantes, quienes relatan que los hombres iban encapuchados y argumentaban tener una orden de desalojo que nunca mostraron. Algunos de ellos vestían ropas de policías y militares. Los vecinos activaron los botones de pánico en la calle y llegaron las patrullas. Todos los sospechosos huyeron y no hubo ningún detenido. Salió a relucir que el predio estaba intestado y que una inmobiliaria había comprado el terreno.
Las empresas inmobiliarias han tenido un papel protagónico en el encarecimiento de las viviendas de los últimos años, desarrollando departamentos de lujo y zonas residenciales en colonias populares, con precios exorbitantes y que en realidad están pensados para los ricos y extranjeros que vienen a residir a la ciudad.
Para poder garantizarse de espacios, en una zona tan poblada como lo es la CDMX, las inmobiliarias no dudan en ejercer toda clase de métodos que garanticen el desplazamiento de residentes que en muchos casos llevan décadas habitando vecindades y barrios populares. Así, lugares como la colonia Anáhuac son renombradas como “La nueva Polanco” y se establecen centros comerciales, restaurantes, torres de departamentos, etc. que incrementan el precio de la vivienda y encarecen del costo de vida de los habitantes de la zona, provocando la expulsión de muchos a las periferias.
Luchemos por el derecho a la vivienda
El debate de la gentrificación ha tenido un impacto importante, sobre todo en los jóvenes que ven cada vez más alejada la posibilidad de vivir en un lugar que no quede a 3 horas de su centro de trabajo o estudio. Ya ni pensar en comprar una casa, algo irreal con los salarios actuales y la falta de trabajos con prestaciones que permitan pensar en usar un crédito Infonavit.
Si bien el mayor rostro de la gentrificación lo encarnan los estadounidenses o europeos que muestran actitudes prepotentes en el país, el problema de raíz viene de las facilidades y privilegios que los gobiernos conceden a las empresas inmobiliarias o de renta temporal como AirBnB, priorizando sus negocios por encima del derecho a la vivienda para la juventud y la población trabajadora.
Mientras se sigan priorizando las ganancias de las empresas, situaciones como la del edificio en Buenavista, o el desplazamiento de habitantes y pueblos originarios de sus hogares continuará aumentando. Por ello es necesario exigir a los gobiernos que garanticen el derecho pleno a la vivienda digna, por medio de impuestos progresivos a estas empresas para financiar la construcción de viviendas digas para la juventud y familias trabajadores.
|