El 23/4 es necesario que las escuelas preuniversitarias de la UBA, impulsen el paro activo y enfrenten al plan del gobierno en las calles, estudiantes, familias y docentes, en unidad con todos los sectores en lucha.
El gobierno de Milei mantiene una cruzada sin cuartel en contra de la educación pública. Ya desde su campaña electoral sostenía la eliminación de la Educación Sexual integral (ESI) y la privatización encubierta con la voucherización. Ahora, carga contra las universidades, impulsando un desfinanciamiento sin precedentes. No solo pone en peligro a las facultades, sino a todo el sistema de hospitales universitarios, centros de investigación y escuelas de distintos niveles. Es un ataque al sistema educativo en toda la línea.
En este escenario, la Marcha Nacional Universitaria, convocada por el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) y el Frente Sindical de Universidades Nacionales, es un punto de inflexión que puede poner en pie un movimiento que resista en las calles a las políticas del gobierno. Sin embargo, no podemos descansar en que la pelea es solo presupuestaria. Como ya han señalado diferentes analistas, la educación pública es a Milei, lo que los mineros ingleses fueron a Margaret Tacher. Su cruzada contra las universidades es parte de la totalidad del programa político y económico del gobierno, que involucra el DNU, la Ley Ómnibus y el Pacto de Mayo. Es una política criminal, que no puede ser contestada con una lucha que se limite al presupuesto, sino que tiene que enfrentar al gobierno en conjunto. Esta pelea es la que se esquiva sistemáticamente desde las centrales sindicales y el CIN.
En las escuelas preuniversitarias, el ajuste nacional, la inflación y el particular ajuste a las universidades, ya se siente ferozmente. La situación económica en la comunidad educativa, como el caso de la Escuela Secundaria Técnica UBA de Lugano (ETEC UBA), cada día es más apremiante y se resiente en los comedores de la escuela. Las soluciones políticas a este ataque no pueden ser la “racionalización” de los gastos, el ahorro del consumo o de puestos de trabajo. Dichas políticas impulsan y dan aval a los despidos en el Estado, lo cual ya están llegando a la UBA. Ante esto, las familias, estudiantes y docentes comienzan a autoorganizarse en defensa de la educación pública. Con abrazos en los colegios Nacional Buenos Aires; Carlos Pellegrini; la escuela Agrotécnica de la UBA, la comunidad educativa toma en sus manos lo que esquivan las conducciones sindicales.
La necesidad de un paro general es un reclamo que se sintió hasta en la marcha del 24 de marzo, a los gritos, frente a una CGT que mantiene una inmovilidad trágica para todo el pueblo trabajador. Así mismo, las conducciones de las universidades plantean una jornada de lucha sin el llamado a un paro educativo. Tanto CTERA, como la mayoría de las centrales sindicales, adoptan una actitud cómplice del ajuste y el gobierno reaccionario de Milei. Es necesario que exijamos un paro activo y plan de lucha, tanto a la CGT, como a las CTAs, impulsando asambleas de estudiantes y docentes y, unificando la lucha de todxs lxs despedidosestatales; de GPS, tercerizada de Aerolíneas Argentinas; el INCAA; las asambleas barriales, para que muestre la fuerza de la clase obrera de conjunto. Ese, creemos, es el camino para voltear el plan del gobierno de conjunto.