El pasado 22 de febrero, los charros de la CTM presionaron a la base trabajadora para que votara el aumento al salario lo más pronto posible para poder validar el Contrato Colectivo de Trabajo. Con engaños, y prometiendo que el aumento era bueno y que sería depositado de manera inmediata, lograron que se aceptara la supuesta negociación que realmente fue pactada sin una comisión revisora elegida democráticamente en una asamblea en donde se expusieran y se escucharan los intereses de la mayoría de la base trabajadora.

Aunque no se tiene dato exacto de los resultados de las votaciones para aceptar la nueva negociación, en esta ocasión hubo más participación por parte de los empleados para evitar que se repitiera la traición del año pasado (en donde tampoco se negoció a favor de la base), por lo que este esfuerzo fue en vano.

En palabras de un trabajador para La Izquierda Diario, nos comenta:

“Han pasado más de 3 meses y aún no se resuelve nada por parte del Centro Federal de Conciliación, quien solamente tiene que dar el visto bueno y dar luz verde para que la empresa nos pueda dar nuestro aumento, pero ya pasó mucho tiempo sin que las autoridades sean sensibles con nuestras necesidades, y en eso se escudan los dirigentes sindicales.”

Asimismo, otros trabajadores aseguran que la tardanza en los aumentos no es más que un “teatro” para bajar la cantidad del reparto de utilidades que se debe preparar para el siguiente mes de mayo; esta tampoco sería la primera vez que se evita un reparto justo de utilidades. Mientras el gobierno de la 4T y la mayoría de las direcciones sindicales halagan la Reforma Laboral, las y los trabajadores sienten en carne propia cómo las autoridades laborales siguen favoreciendo a los empresarios.

De acuerdo con los charros sindicales y el personal de Recursos Humanos, hubo un “error” en la entrega de las utilidades, y por eso es que no se han aumentado los salarios.

Pero para los trabajadores esto ya es un método que el año pasado provocó un espontáneo paro de la producción en la planta, ya que intentaron robarles sus utilidades con el pretexto de que los empleados administrativos habían depositado cantidades mayores que no correspondían al reparto, esto a pesar de que en 10 años la empresa no había cumplido con el reparto que obliga y marca la ley. Y todo esto, con la complicidad de los burócratas cetemistas.

En diversos grupos en redes sociales, el hartazgo se ha expresado vivamente, por lo que la la empresa ya inició una persecución política advirtiendo a las y los trabajadores de no publicar nada relacionado a estos eventos.

Este tipo de artimañas son utilizadas por el charrismo sindical para defender los intereses de la empresa, es por esto que la base trabajadora no puede confiar otra vez más en esos “representantes” del Comité Ejecutivo, quienes a pesar de haber sido votados en una elección, aparentemente democrática, se subordinaron a las exigencias de la patronal y del charro Aceves del Olmo.

Ante tantas traiciones de los burócratas sindicales de la CTM, es necesario que se saquen lecciones necesarias y que se avance en la autoorganización procurando discutir los temas de interés entre todas y todos.

Es necesario que la base trabajadora retome la experiencia y los logros del paro de hace un año (que puso a temblar a la CTM y la CATEM - que buscaba en ese entonces controlar el sindicato de Mazda y organizarse de manera independiente por grupos de trabajo, tripulaciones, turnos, etc., para exigir la salida de los charros y poner el sindicato al servicio de las familias para negociar mejores condiciones laborales y aumentos realmente suficientes, para afrontar la constante alza los precios de los producto, y que sea entregado de manera inmediata.

La industria automotriz tuvo importantes ganancias en los últimos años, pero se niega a entregar lo que merecen quienes producen esa riqueza. En esta vil política anti obrera, cuentan con la complicidad de los dirigentes que traicionan los intereses de la clase trabajadora.

Por eso necesario que los sindicatos tengan direcciones combativas e independientes; que no busquen quedar bien con los patrones.

En Mazda, como en las demás empresas, las y los trabajadores tenemos que lucha por sindicatos que sean una herramienta de lucha al servicio de los intereses obreros.