Desde el inicio de la ofensiva israelí contra el pueblo palestino en la Franja de Gaza las movilizaciones de solidaridad de nivel internacional no se hicieron esperar. Estas se han desarrollado con especial fuerza en los países de Europa y EE.UU, donde la juventud no solo enfrenta al gobierno genocida de Israel sino que a sus mismos gobiernos imperialistas que apoyan política este verdadero exterminio. La respuesta de estos gobiernos ha sido la persecución y represión a los activistas, tal como lo demuestran las acciones de los gobiernos alemanes y franceses.
EE.UU ha sido un centro de estas movilizaciones, que desde la semana pasada han dado un salto, especialmente en la juventud universitaria. El epicentro fue la Universidad de Columbia, que desde el 17 de Abril inició una movilización con un acampe de sus estudiantes dentro del campus universitario exigiendo que la universidad se deshicieran de sus participaciones financieras con fabricantes de armas, compañías tecnológicas y cualquier otra entidad que se beneficie materialmente de la ocupación israelí y el genocidio hacia los palestinos.
La respuesta de las autoridades universitarias fue la represión, permitiendo el ingreso de la policía de Nueva York, quienes por medio de la violencia desalojaron a los manifestantes, terminando con 100 detenidos. Esto como el punto álgido de una serie de represalias previas a activistas universitarios pro-Palestina, donde se denuncian persecuciones, sanciones académicas, etc.
La brutalidad de la represión policial no apagó las protestas, al contrario, fue un motivo para que se expandieran a otras universidades como Yale y Harvard. Cientos de estudiantes se suman a exigir la desinversión de sus centros de estudios e investigación con todo lo relacionado al genocidio llevado adelante por Israel. La respuesta en todas estas universidades es la persecución y represión.
Esta política criminalizadora que busca acallar las voces que denuncian el rol concreto del imperialismo norteamericano en el genocidio hacia el pueblo palestino es avala por el gobierno del demócratas Biden. Un punto que une tanto a Republicanos como Demócratas.
Pero el movimiento sigue creciendo, recordando las movilizaciones contra la guerra de Vietnam, la lucha contra el genocidio imperialista y la defensa al derecho a la protestas, contagia a estudiantes, académicos y distintas organizaciones, generando un arco de solidaridad que se expande. |