Después de que la rectora de la universidad de Columbia, Minouche Shafik, pidiera a la policía de Nueva York que arrestara a más de 100 estudiantes que habían instalado un Campamento de Solidaridad con Gaza, este tipo de protestas se han extendido por todo el país.
Desde la represión a los estudiantes de Columbia el 18 de abril, han surgido aproximadamente una docena más de campamentos en universidades de todas partes, y se anuncian otros nuevos todos los días. Si bien la demanda de "Alto el fuego inmediato" ha sido la consigna más publicitada del movimiento por Palestina en los últimos meses, los grupos estudiantiles se están centrando en la exigencia de la desinversión por parte de las universidades a fabricantes de armas y empresas israelíes, además de exigir una amnistía total para los manifestantes que fueron detenidos y se les han abierto causas, o han sido suspendidos o expulsados por protestas.
Estas protestas tienen lugar la misma semana en que la Cámara de Representantes aprobó otros 17.000 millones de dólares en financiación para Israel, mientras que Israel está bombardeando la ciudad de Rafah y se están descubriendo fosas comunes en Gaza.
Además de los arrestos, decenas de estudiantes han sido suspendidos, incluido más del uno por ciento de todo el cuerpo estudiantil del Barnard College, que funciona como asociado a la universidad de Columbia. Algunos de los estudiantes suspendidos de ambas universidades han sido desalojados de sus dormitorios; lo que es algo novedoso ya que generalmente los estudiantes suspendidos conservan el acceso a los servicios de alojamiento y comedor.
Si bien las opiniones sobre el genocidio en curso –y cuán motivada está la gente para movilizarse por esas opiniones– varían considerablemente dentro de la academia, la bronca sobre el genocidio que Israel está llevando adelante sobre el pueblo Palestino ha ido creciendo a medida que el número de muertos aumenta día a día, haciendo que también los docentes y no docentes de las universidades estén comenzando a realizar acciones en oposición a la dura represión que la Universidad de Columbia y del Barnard College están ejerciendo sobre sus estudiantes. Ha comenzado a circular un manifiesto de boicot académico a nivel nacional, con casi 50 páginas de firmas.
El domingo por la noche, un trabajador no docente de Barnard College renunció después de que se le pidiera que acompañara a un estudiante suspendido a su dormitorio y le diera 15 minutos para desalojar su cuarto antes de ser expulsado. Otro grupo de trabajadores universitarios de Barnard College, organizado dentro de sindicato local de UAW, está realizando una "baja por enfermedad durante tres días" en protesta por la represión a estudiantes. El lunes por la tarde, profesores y estudiantes de posgrado de Columbia se manifestaron en el césped del campus contra las suspensiones, mientras que los trabajadores de la Universidad de la Ciudad de Nueva York se reunieron afuera de las puertas en apoyo. Mientras tanto, los profesores de la Universidad de Nueva York (NYU) unieron sus manos en una cadena humana alrededor del campamento de sus propios estudiantes, incluso durante la oración vespertina de los estudiantes musulmanes.
El lunes por la mañana, la policía arrestó a estudiantes en Yale, y el lunes por la noche, la policía de Nueva York comenzó a realizar arrestos en la Universidad de Nueva York, incluidos algunos miembros de la facultad.
Si bien en los últimos años se han visto muchas huelgas de trabajadores graduados y profesores eventuales, es muy inusual en las últimas décadas que los profesores se movilicen hasta este punto fuera del contexto de la negociación colectiva. Y es muy inusual que los profesores corran el riesgo de ser arrestados en su calidad de profesores fuera del contexto de acciones coordinadas de desobediencia civil.
Es cierto que no estamos en la década de 1960, y no estamos viendo el mismo nivel de militancia y movilizaciones que durante el movimiento pacifista universitario de entonces, pero la actual situación estuvo precedida por multiplicidad de factores que permiten entender al actual movimiento. La pandemia de coronavirus y lo que produjo, el movimiento Black Lives Matter, el intento de toma al Capitolio de parte de militantes trumpistas, el surgimiento de un renovado movimiento obrero que se empieza a organizar y pelear y una juventud que empieza a sindicalizarse. En toda esa ecuación la educación superior es un sector particularmente dinámico en medio de la alta inflación local y del impacto del genocidio que Israel está llevando adelante en Gaza.
Este cambio en el clima del campus y la voluntad de los profesores y trabajadores no docentes de tomar acciones colectivas más duras es una respuesta al espíritu de los tiempos. Columbia, Barnard y NYU son sede de recientes campañas de sindicalización, luchas por contratos colectivos y huelgas; la lucha de clases ya estaba en el aire y ahora se manifiesta de una nueva manera.
La versión original y completa de este artículo se puede leer en inglés en el sitio Left Voice, parte de la Red Internacional La Izquierda Diario en Estados Unidos. |