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1ro de mayo de 2024 Twitter Faceboock

Entrevista
Laura Bogado del Hospital Posadas: “Quieren dejar nuestras vidas en manos del mercado”
Liliana O. Calo | @LilianaOgCa

Laura Bogado.

Integra la Comisión Directiva Cicop por la minoría en el Hospital, en la Agrupación Marrón-PTS. Compartimos un recorrido por la situación de la salud pública y la pelea que vienen dando: “Tenemos que recuperar la experiencia del Directorio obrero del Hospital”.

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Las imágenes de movilizaciones de trabajadores y trabajadoras de la Salud han ocupado en el último tiempo un lugar destacado a nivel internacional, también en nuestro país. El sistema de salud pone en juego el oficio de médicos, especialistas, enfermeras, un colectivo de trabajadores integrado en un alto porcentaje por mujeres. A propósito de cumplirse un nuevo 1° de Mayo conversamos con Laura Bogado, trabajadora del Hospital Nacional Alejandro Posadas, uno de los más importantes del país. Actualmente integra la Comisión Directiva Cicop por la minoría en el Hospital, en la Agrupación Marrón-PTS.

Nos cuenta sobre la situación del sistema de salud pública y particularmente del Hospital, donde trabaja desde hace más de 10 años. Fundado a finales de la década de 1950, ubicado en una zona estratégica, el Hospital atiende un área de influencia de alrededor de 6.000.000 de habitantes en la zona Oeste del Gran Buenos Aires.

Repasamos la situación de precariedad laboral en la que se encuentran sus casi 5 mil trabajadores, dando asistencia a la población más necesitada y cómo los efectos del desfinanciamiento que atraviesa el sistema de salud pública repercuten en tiempo presente, “la falta de neurólogos infantiles en La Matanza”, relata, “deja a una población de casi 500.000 jóvenes sin acceso a la atención en el distrito, deambulan buscando atención y solo la reciben en caso de transitar una emergencia”.

Para enfrentar esta situación no se comienza de cero. El Hospital Posadas tiene una enorme tradición de lucha. “Defender este hospital es también conocer su historia. Es retomar esa experiencia para que sea bandera en cada una de las peleas que llevamos adelante. Porque el negacionismo que lleva adelante este gobierno, lo que quiere borrar es la militancia política”, destaca Laura cuando recordamos que apenas producido el golpe de marzo de 1976 el Hospital fue intervenido por las Fuerzas Armadas, con el fin de terminar con la experiencia que como parte del ascenso obrero abierto con el Cordobazo realizaban sus trabajadores. No solo habían tomado el Hospital como ocurría con otros establecimientos públicos, sino que habían desplazado a sus autoridades creando un Directorio obrero, poniendo en pie un proyecto sanitario integrado y de puertas abiertas a las necesidades de la comunidad, participando también de la Coordinadora Interfabril de la zona Oeste.

Los trabajadores y trabajadoras de la Salud no se quedan de brazos cruzados. Ante la grave situación que atraviesa el sistema público, exigen un presupuesto de emergencia y que no se pague al FMI, “seguimos peleando por poner en pie un sistema único nacional de salud, donde todos los recursos (ya sean obras sociales, prepagas y sector público) puedan centralizarse y funcionar al servicio de las necesidades sanitarias de la población, sobre todo de los sectores que más lo necesitan.” Pasen y lean.

A poco del fin de la pandemia de COVID, sin tiempo a recomponerse el sistema de salud, especialmente sus trabajadores, nos encontramos frente a un gobierno que profundiza el desfinanciamiento de la salud pública. ¿Cómo afecta o se traduce en el Hospital Posadas? ¿Cómo se refleja en la situación de sus trabajadores?

Laura Bogado [LB]: La situación del Hospital Posadas no es ajena a lo que ocurre en otros ámbitos del Estado nacional. El presupuesto vigente de salud es exactamente el mismo que el del 2023 que implica, en el actual contexto inflacionario, profundizar el ajuste que arrastramos en todos los ámbitos del sistema de salud incluyendo laboratorios, medicamentos, estudios, cuyos valores han aumentado de manera exorbitante. Te encontrás con hospitales colapsados, guardias con esperas de horas, sin insumos ni recursos, el personal exhausto y con la incertidumbre del despido.

En el caso del Hospital Posadas el colapso viene de larga data. Más del 80% de los trabajadores se encuentran bajo distintas formas de precarización laboral (contratos basura que se renuevan anualmente y monotributos), que llevan más de 20 o 30 de antigüedad, y que todos los gobiernos anteriores en alianza con la burocracia sindical, lo instalaron y sostuvieron como modalidad de contratación laboral.

Los bajos salarios además provocan la expulsión por goteo de profesionales altamente calificados que lleva un funcionamiento mínimo de los servicios. A lo que se suma la falta de insumos y equipos averiados, abandonados hace largo tiempo, y han llevado muy lejos de ser lo que se pretende de un Hospital Nacional de alta complejidad.

En cuanto a la población que se acerca al Hospital por mencionar solo la región sanitaria a la que pertenece, distritos como Gral. Las Heras, Gral. Rodríguez, Hurlingham, Ituzaingó, Marcos Paz, Merlo, Moreno, Morón y Tres de Febrero, hablamos de una población de casi 2.400.000 habitantes, explica la enorme demanda de pacientes: muchos han quedado sin trabajo, otros tantos no han podido pagar las prepagas y en muchos casos concurren a un hospital nacional después de haber intentado la atención en hospitales municipales y provinciales. Por tomar un ejemplo, la falta de neurólogos infantiles en La Matanza deja a una población (menor de 18 años) de casi 500.000 jóvenes sin acceso a atención en el distrito, que deambulan buscando atención y solo la reciben en caso de transitar una emergencia.

La realidad es que la gestión sanitaria del gobierno pretende dejar en manos del mercado nuestras vidas. Es muy claro frente a la reciente epidemia del Dengue. No existieron campañas de prevención, no hay fumigaciones selectivas en las zonas más afectadas o de alta precariedad ambiental, como tampoco hay entrega de repelentes ni en escuela ni en hospitales, ni siquiera la emergencia de fabricar en grandes cantidades el producto más simple y deseado por toda la población, un repelente de mosquitos que quedó en manos de “la regulación del mercado”.

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Comentaste las condiciones de trabajo de enorme precariedad, en el Hospital trabaja un sector importante de mujeres…

LB: En general la salud es una actividad ultra feminizada, especialmente en los sectores de enfermería y maestranza, que realizan el trabajo más precarizado, peor pago y con menor reconocimiento y sin embargo, son los que más vínculos tienen con les pacientes en tareas de cuidado y prevención. Aunque la precarización alcanza también a los sectores profesionales. La realidad más común en Salud, sobre todo entre las mujeres, es el pluriempleo, labores en distintos ámbitos, precariedad en la contratación siendo la más común la modalidad del monotributo.
Hay un dato de la OIT revelador en este sentido. En uno de sus últimos informes (2020) daba cuenta de que en el país las mujeres constituyen el 70% del empleo en el sector de la Salud, y que a su vez representa un 9,8% del total de las mujeres ocupadas del país. Si bien son mayoría en prácticamente todas las ocupaciones del sector de la Salud, el porcentaje de mujeres es significativamente mayor en las ocupaciones técnicas (enfermeras, parteras, etc.), las profesiones vinculadas a la gestión administrativa y en los servicios de limpieza y gastronomía.
Las condiciones en las que trabajamos son altamente inseguras para nuestra propia salud. Y esta precariedad se convierte en dolor, afecciones que inciden en la vida cotidiana, se reproduce en los cuerpos… Por eso es muy difícil hablar solo de números.

¿Lograron articularse con otros movimientos de trabajadoras?

LB: Sí, de alguna manera la composición altamente femenina en ámbitos como la Salud facilitó que la fuerza del movimiento feminista encontrara eco en el Hospital. Además de la participación en los Encuentros Nacionales de Mujeres, a partir de un activismo importante en cuanto a los derechos de las mujeres y trabajadoras, las iniciativas que impulsamos desde la CICOP [Asociación Sindical de Profesionales de la Salud de la provincia de Buenos Aires], venimos organizadas y peleando por el derecho a la salud pública gratuita y de calidad, muy ligada a los derechos de las mujeres y disidencias. Fuimos las primeras en garantizar el derecho al aborto seguro en los hospitales antes de que se aprobara la Ley y las primeras en pelear para que se garantice su cumplimiento.

Como decías el Hospital tiene una larga tradición de lucha, se remonta a los años setenta…

LB: El Hospital fue protagonista de experiencias de lucha y organización muy importantes en distintos momentos en la historia del país, momentos claves. El mes pasado participamos de una visita al “Chalet”, el centro clandestino de detención que funcionó durante la dictadura cívico-militar en el predio del Hospital. Que para nosotros tiene una doble valoración. Primero como un espacio para la memoria en tiempos de negacionismo y en segundo lugar, pensando en el presente, se trata de recuperar la experiencia de gestión obrera que se llevó adelante en ese momento, cuando su directorio era elegido por el conjunto de los trabajadores en unidad con las organizaciones de vecinos de los barrios circundantes.

Ex Centro Clandestino de Detención "El Chalet", del Hospital Posadas.

Defender este hospital es también conocer su historia. Es retomar esa experiencia para que sea bandera en cada una de las peleas que llevamos adelante. Porque el negacionismo que lleva adelante este gobierno, lo que quiere borrar es la militancia política.

Otro momento importante anticipando lo que serían las movilizaciones de diciembre del 2001, se dio en agosto de aquel año cuando se tomó el Hospital en reclamo de mejores condiciones laborales y la exigencia de renuncia del entonces interventor Ignacio Katz. Fue importante porque se creó una asamblea permanente, como instancia democrática de deliberación y toma de decisiones. Y más reciente, la pelea de 2018 en defensa de la salud pública, por el pase a planta permanente de todos los contratados y por la reincorporación de despedidos y despedidas.

El gobierno actual impulsa la mercantilización de la salud en todos los planos pero no parte de cero. Hay una herencia de los gobiernos anteriores que favorecieron a los lobbys farmacéuticos y el negocio de la medicina privada…

LB: Hay varios planos a considerar me parece. El primero reafirmar algo elemental que hoy está en discusión, defender la salud como un derecho elemental y no un negocio. Ya vimos cómo en manos privadas solo se busca la ganancia de los empresarios de la salud.

Ante la grave situación que atraviesa el sistema público, exigimos un presupuesto de emergencia y que por supuesto no se pague al FMI. Seguimos peleando por poner en pie un sistema único nacional de salud donde todos los recursos (ya sean obras sociales, prepagas y sector público) puedan centralizarse y funcionar al servicio de las necesidades sanitarias de la población, sobre todo de los que más lo necesitan. Y asegurar la producción estatal de medicamentos que permita abastecer a todo el país.

La situación de los trabajadores y trabajadoras de la Salud no puede quedar en segundo plano. El gobierno quiere profundizar la ya precaria situación en la que nos dejaron gobierno tras gobierno, tanto de Cambiemos como de los gobiernos peronistas. Esto es central porque condiciones dignas y seguras para los trabajadores y trabajadoras es una garantía de Salud pública de calidad. Y es urgente porque tampoco pueden esperar los miles de pacientes que necesitan ser atendidos.

¿Cómo empezar a enfrentar estas medidas y a reconfigurar el sistema de salud?

LB: No estamos de brazos cruzados. Venimos participando de las Asambleas de la Zona Oeste y de la Posta de Salud que surgieron enfrentado el DNU y la Ley Ómnibus. Venimos acompañando activamente la lucha contra el ajuste del gobierno, participamos de las convocatorias y marchas como la del 23 en defensa y por mayor presupuesto para la educación pública. Aquí en la zona Oeste estamos en varios hospitales, en Morón, en Moreno, en La Matanza. Integramos la CICOP y desde nuestra agrupación Marrón y el PTS llevamos la propuesta de forjar una unidad se refleje en todas las instancias de coordinación con otros sectores, fortaleciendo un polo independiente para imponer a la burocracia de manera unificada un plan de lucha.

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