A pesar de que hasta el momento la inmensa mayoría de las encuestas desde que ha empezado la campaña electoral para las elecciones al Parlament de Catalunya del 12M, no dan representatividad alguna a Aliança Catalana, no deja de ser una posibilidad real su entrada al emiciclo catalán, y se hace oportuno analizar el discurso antiimigrante del partido de extrema derecha catalán que genera la adhesión en diferentes sectores de la sociedad catalana.

Sílvia Orriols, la cabeza de lista en el Parlament y principal dirigente de Aliança Catalana, abandonó el Front Nacional de Catalunya durante la pandemia de la Covid por diferencias con la crítica hacia el govern de la Generalitat, en aquel momento ERC y Junts. La ruptura con el partido hizo que creara Aliança Catalana y conseguir la alcaldía de Ripoll en las pasadas elecciones municipales.

Desde este espacio político ganado se ha ido construyendo un ideario profundamente racista e islamófobo, basado en dos ideas fundamentales como son el discurso del odio y la "defensa de Catalunya". Discursos identitarios y ultra reaccionarios que recuerdan a los utilizados en otras latitudes por Meloni, Orbán o Le Pen.

La principal baza en la que se ampara el partido de Orriols para intentar entrar en el Parlament de Catalunya es la de recoger votos de sectores profundamente descontentos con el rumbo del procesismo después de su derrota a base de golpes de la judicialización españolista y de la desmovilización por parte de los partidos independentistas para recuperar la normalidad autonómica.

Todo, además, ligándolo con el discurso xenófobo y haciendo una vinculación clara y directa entre delincuencia, violencia y migración. Entre sus propuestas en materia de inmigración, el programa de Aliança Catalana expone el cierre de las fronteras y controles más estrictos en toda Europa, así como la construcción de campos de refugiados en África y Oriente Medio, acabar con los recursos públicos económicos en cuanto al mantenimiento de las ayudas y mantener y aplicar la Ley de Extranjería.

Un discurso racista que se asemeja también al sector más reaccionario del PP y, por supuesto, a la extrema derecha españolista de Vox. No obstante, la política imperialista del gobierno del PSOE y Sumar (antes en coalición con Unidas Podemos) no tiene nada que envidiar a Orriols o a Abascal.

En este sentido, Pablo Castilla, candidato de la Corriente Revolucionaria de Trabajadores y Trabajadoras a las próximas elecciones europeas, explica que "es el "progresismo" aplicando la agenda de la derecha quién le abre el paso a la extrema derecha. Lo ha hecho el gobierno del PSOE promoviendo un pacto contra la inmigración en la Unión Europea, militarizando las fronteras, consiguiendo que la inmigración sea una amenaza híbrida o asesinando a cuarenta migrantes en Melilla".

En Catalunya, además, son los partidos del mismo procés los que le dejan el paso libre a Aliança Catalana y a Sílvia Orriols. Más concretamente la derecha de Junts y dirigentes como el propio Carles Puigdemont o Jordi Turull han mantenido declaraciones en esta dirección. El candidato de Junts manifestó en una entrevista a RAC1 que aceptaría los votos de aquellas candidaturas con ideas diferentes pero cuestiones en común, refiriéndose a Orriols (y también al nuevo partido de Clara Ponsatí).

Hay que recordar también que el secretario general de Junts hizo unas declaraciones en clave racista el pasado mes de enero, viendo el avance que ya estaban generando formaciones como Aliança Catalana. Preguntado sobre la transferencia de competencias en materia de inmigración entre el gobierno de Moncloa y el catalán, Turull respondió que "Catalunya tiene que tener la capacidad de poder “expulsar o no a multirreincidentes”", asumiendo y dando cobertura a los discursos más racistas y de odio contra las personas migrantes.

Frente a estos programas, que en el fondo hacen todos pagadores a uno de los sectores más desprotegidos de la clase trabajadora como son los inmigrantes, Pablo Castilla expone que "lo hace falta es poner de pie un gran movimiento que luche para echar abajo el Pacto de Migración y Asilo, las leyes de extranjería y por el cierre de los CIE. Si miles de personas huyen de la miseria que genera el imperialismo en África, Asia y América Latina, hay que ir a la raíz del problema, y este pasa por la abolición de la deuda externa a los países semicoloniales y la retirada de las multinacionales europeas que roban sus recursos. Basta de expolio en los pueblos del mundo".