Las elecciones están a la vuelta de la esquina. Las fuerzas políticas que durante todo el sexenio se han enfrentado: la oposición de derecha conformada por los viejos partidos responsables de aplicar las políticas neoliberales y Morena, que a seis años de gobierno mantiene una gran legitimidad, aunque con importantes contradicciones, buscan ganarse el voto y la confianza del pueblo trabajador, de los sectores más populares, las mujeres y la juventud.
En este panorama, diferentes organizaciones y colectivos de la izquierda independiente vemos la necesidad de conformar un Bloque de Izquierda Independiente, Anticapitalista y Antipatriarcal para fortalecer la organización y la movilización independiente del gobierno y de la derecha. A continuación, compartimos nuestro balance y posicionamiento ante la situación actual con la intención de poder abrir un diálogo con todos aquellos sectores que comparten la necesidad de construir una alternativa política para la clase trabajadora, las mujeres, las disidencias sexogenéricas, los pueblos originarios y todas las personas oprimidas en nuestro país, en perspectiva de conquistar una verdadera transformación radical de la sociedad.
En los últimos años hemos entrado en un periodo convulso a nivel internacional, lo vemos en la catástrofe ambiental, en la guerra en Ucrania y el genocidio sionista en Palestina apoyado por las grandes potencias, la crisis económica, y el resurgimiento de la ultraderecha con personajes como Milei y Trump. A nivel global, después de la pandemia, hemos visto la degradación de las condiciones de vida de las grandes mayorías, e importantes escenarios de la movilización de la clase trabajadora del campo y la ciudad, de la juventud y de las mujeres contra los intentos de las clases dominantes por descargar esta crisis sobre los más desposeídos. En particular, saludamos la lucha internacional en solidaridad con el pueblo palestino, que estos meses ha dejado ver bloqueos, movilizaciones y paros en repudio al Genocidio. Hoy, el movimiento estudiantil ha entrado en escena en países como Estados Unidos y Francia, enfrentando la represión y levantando la voz por una Palestina libre, conmoviendo a docentes y estudiantes en todo el globo, incluyendo a nuestro país.
En este contexto, México parece estar a contra tendencia, con una situación económica relativamente estable, la cual, sin embargo, no está exenta de las presiones de la realidad internacional y de contradicciones internas. Tras la enorme crisis de los partidos tradicionales, PRI, PAN y PRD, en el 2018 López Obrador llegó a la presidencia con los votos de millones que veían en él y en Morena importantes posibilidades de cambio para acabar con la herencia de las políticas neoliberales.
En este sexenio, el gobierno de la Cuarta Transformación implementó políticas como el aumento histórico al salario mínimo, el incremento de vacaciones y nuevos mecanismos de justicia laboral. Sin embargo, es importante contemplar que estas políticas únicamente alcanzan a un sector de la clase trabajadora con empleos estables y relación laboral reconocida, dejando fuera a la gran parte de la población trabajadora que labora en la precariedad, sin contratos o sin relación laboral reconocida -entre los que la mayoría son mujeres-. Los aumentos salariales se ven reducidos por la propia inflación la cuál ha generado aumentos en la canasta básica y en bienes esenciales, y han sido insuficientes para recuperar la pérdida del 80% del poder adquisitivo de los sectores populares que significaron las políticas neoliberales. Por otro lado, una de las políticas privilegiadas del gobierno han sido los programas sociales, que han impactado positivamente a millones de personas cuyos ingresos o desempleo les impiden cubrir plenamente sus necesidades para sobrevivir, pero que son una salida que no ataca la raíz de la inseguridad laboral y la desocupación.
La supuesta “austeridad republicana”, el discurso del gobierno para combatir los privilegios de los altos funcionarios, en realidad, se tradujo en golpes a las y los trabajadores estatales con cientos de miles de despidos. A pesar de prometer acabar con el outsourcing y la flexibilidad laboral, la precarización e inseguridad en el empleo continuó y se extendió durante este sexenio, como demuestran los programas sociales o contrataciones como nómina 8, capítulo 3000 o trabajadores sin derecho a dígito sindical.
En el sector salud las mejoras salariales no han tocado al conjunto de los trabajadores. El actual gobierno presume el “mejor sistema de salud del mundo”, sin embargo, las y los trabajadores de este sector continúan enfrentando trabajos sin derechos y con bajos salarios, muchas veces han denunciado también la escasez de insumos para la atención a los usuarios de clínicas y hospitales.
Un caso similar es el de la educación, a cuyos maestros y maestras el gobierno prometió otorgar un salario de 16 mil pesos, que aún no es realidad para el conjunto de docentes de educación básica y menos para los de educación media superior y superior, además la infraestructura educativa mantiene múltiples déficits, con falta de mantenimiento y poca inversión, con hacinamiento en grupos, en ocasiones sin acceso al agua y aumento de la carga laboral administrativa, sin abrogar en su totalidad la reforma educativa de Peña Nieto y sin involucrar a las y los docentes de base en el desarrollo de los contenidos educativos. Esto explica la enorme movilización reciente del magisterio de democrático de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación los últimos meses.
En el sector público, trabajadoras y trabajadores de alcaldías y dependencias, del sector salud y de la educación son perseguidos o reprimidos cuando intentan organizarse de manera independiente para defender sus derechos, a pesar de lo cual se movilizan y exigen insumos, aumento de presupuesto y basificación. Esta realidad contrasta con el 60% que aumentaron las fortunas millonarias de empresarios como Carlos Slim y Germán Larrea en el sexenio, así como con el enorme presupuesto y concesiones otorgadas a las fuerzas armadas -el ejército, la marina y la Guardia Nacional-, presupuesto que debería haber sido invertido en educación, salud, vivienda, en inversión para zonas rurales, así como en garantizar trabajo digno en el campo y la ciudad.
En el terreno de las libertades democráticas, muchas de las demandas más sentidas en el país no han sido resueltas a pesar de las políticas del gobierno, quedándose en promesas. Por ejemplo, el regreso de los militares a los cuarteles, la resolución del caso y la acción de la justicia para Ayotzinapa,el cese de las desapariciones forzadas, de los feminicidios y trans feminicidios y de las violencias. Lejos de ello, el gobierno de la 4T ha desplegado una campaña de relegitimación de las fuerzas armadas, encubriendo y negando su responsabilidad en los crímenes de Estado del pasado como en el genocidio del 02 de octubre de 1968, en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco y el 10 de junio de 1971, el llamado“Halconazo”, así como en la desaparición de los 43 normalistas, donde el ejército tuvo una participación activa al momento de los hechos y posteriormente al obstaculizar las investigaciones. Mientras tanto, el gobierno intenta presentarse como la culminación de las luchas populares por la memoria, la verdad y la justicia. Pero la militarización se ha profundizado tanto en territorio como en funciones, con la entrada de la Guardia Nacional, con este gobierno el ejército ha conquistando un control y un peso que en ningún gobierno anterior había logrado, otorgándoles concesiones de inversión y administración de megaproyectos como tramos del Tren Maya, mientras su letalidad y abuso continúan, violando los derechos humanos de muchas y muchos, principalmente de nuestros hermanos y hermanas migrantes en su paso por el país. De esta forma, se perpetúa la subordinación militar al imperialismo estadounidense cumpliendo los mandatos de la Casa Blanca para convertir a México en el verdadero muro de Trump para garantizar la estabilidad en su patio trasero, una plataforma para el saqueo de materias primas y maquila de exportación.
La realidad es contraria al escenario que la 4T pretende presentar, sin descontento ni conflictos. En el sexenio han destacado como la huelga del SUTNOTIMEX, las protestas y paros en el sector estatal, de salud y educativo (como los paros de la CNTE en distintos meses de 2023 y 2024, la lucha de las y los trabajadores del SUTIEMS y huelgas como la de la Universidad de Sonora). De la misma forma ocurre con las luchas que poblaciones campesinas e indígenas encabezan por la defensa del territorio, los bienes naturales comunes, contra el despojo y el saqueo de un modelo económico extractivista y depredador. Mientras, López Obrador califica de pseudo ambientalistas a quienes se oponen a sus megaproyectos y al extractivismo, pretende así aparejar y descalificar a todo sector que enfrenta sus políticas tildándolo de conservador o derechista.
Caso aparte del movimiento de mujeres y disidencias sexogenéricas contra la violencia y opresión patriarcal, por el enorme alcance que han conquistado en los últimos años con movilizaciones de cientos de miles en las principales ciudades del país y una dinámica creciente por el hartazgo contra la violencia, los feminicidios, trans feminicidios y crímenes de odio que no cesan. La contínua irrupción de estos sectores demuestra que el aumento de penas y tipificaciones de delitos son insuficientes mientras no se garantice derecho a la vivienda, a la salud, a la educación, al trabajo digno ni a derechos sexuales y reproductivos básicos como el aborto legal en todas las clínicas y hospitales para las personas gestantes. Lo cual implica un aumento presupuestario y muchos avances en el acceso a estos derechos, así como el liberar a las mujeres de las tareas de cuidados. También requiere superar la brecha salarial con empleo estable y un aumento al salario no solo frente al ingreso de varones sino según la inflación y el costo de la canasta básica y los servicios. No es casualidad que las dos principales candidaturas a la presidencia sean encabezadas por mujeres, esto responde a la potencia del movimiento de mujeres, sin embargo, ya muchas veces se ha demostrado que el que unas pocas logren acceder a puestos de poder, no significa un mejoramiento de las condiciones de vida del grueso de mujeres trabajadoras.
En diferentes países hemos visto cómo gobiernos progresistas que llegan al poder por las amplias expectativas de la población de acabar con las políticas neoliberales, deciden no confrontar los intereses de grandes empresarios ni del imperialismo. Sometidos al mercado internacional pesa sobre ellos el fin de ciclo de las materias primas que permitieron el crecimiento económico que fue la base de las políticas progresistas. En ese marco, al no cumplir las expectativas de cambio y de mejora en las condiciones de vida de la población, pierden apoyo electoral y abren el camino al avance de la derecha con la cual han administrado y cabildeado leyes, y a la que no han enfrentado consecuentemente en las calles. O incluso, abren el camino a la ultraderecha como ocurrió en el caso argentino. No obstante, las luchas de nuestros pueblos y de trabajadores, jóvenes y mujeres han mostrado que los derechos se defienden en las calles y que a la derecha se le enfrenta en ese terreno también, con nuestros métodos de lucha y sin ninguna confianza en sus salidas por arriba. Y hay experiencias como la del Frente de Izquierda Argentina, muestran que es posible construir una alternativa política entre distintas fuerzas organizadas a partir del principio de la independencia política del gobierno, la derecha y los empresarios.
En este sentido, lejos de ignorar el peligro que podría significar para las grandes mayorías el regreso al gobierno de la oposición de derecha (PAN-PRI-PRD), opinamos que tenemos que enfrentar decididamente a esas variantes de derecha que no prometen otra cosa que entreguismo y subordinación. Hay quienes piensan que para lograr esto hay que votar por la candidata de MORENA. Entendemos que frente a los partidos neoliberales la población vea como alternativa la continuidad de la Cuarta Transformación, pero por lo desarrollado anteriormente, quienes suscribimos este pronunciamiento no otorgamos apoyo político electoral alguno al partido de gobierno ni a su candidata, Claudia Sheinbaum. Pensamos que ninguna de las candidaturas con registro representa una alternativa para las y los trabajadores, el movimiento de mujeres, la juventud y el conjunto de los sectores populares del campo y la ciudad y que no será de la mano de los partidos del Congreso que se resolverán las expectativas populares. Ya tuvimos la experiencia del gobierno de AMLO, que tampoco las resolvió. Consideramos que la defensa de nuestros derechos y la resolución íntegra de nuestras demandas requiere que sigamos movilizándonos en las calles y organizándonos de manera independiente a la derecha y al gobierno, así como frente a los empresarios y terratenientes.
Estamos convencidos de la necesidad de construir una alternativa de la izquierda independiente que enfrente decididamente tanto los ataques y la política entreguista de la derecha como las políticas de continuidad neoliberal que mantiene el gobierno, que enfrente la subordinación al imperialismo y que luche por conquistar una sociedad superior al capitalismo decadente en el que nos encontramos, de la mano de la clase trabajadora y los pueblos indígenas, campesinos, y con las mujeres al frente. Este 2 de junio reafirmamos la necesidad de levantar una alternativa clara a favor de la independencia política de las personas más explotadas y más oprimidas, y un programa que recoja las demandas y aspiraciones campesinas, obreras y populares. Por lo que vemos una gran oportunidad para comenzar a construir un amplio bloque de izquierda independiente del gobierno y la oposición conservadora, anticapitalista y antipatriarcal.
Este es un llamado a construir un referente amplio y combativo, con el fin de prepararnos para los retos venideros después de la elección presidencial, por la cual invitamos a las organizaciones, colectivos, corrientes y compañerxs que compartan esta perspectiva de independencia política de la oposición conservadora y del gobierno actual, a que suscriban este documento, se sumen a este llamado, lo compartan y lo difundan. |