Ella eligió llamarse Cristina Barbara. En su barrio todos la llaman Cris, tiene 30 años y hace casi 2 que pelea por recuperar a Mily, una niña a quien crió desde los 4 meses de vida, cuando la madre biológica la dejó a su cuidado. Ambas decidieron inscribirla con el apellido de Cris.
El 16 de Diciembre de 2013 el Juez Orlando Stoyanoff Isas, a cargo del Juzgado Civil
de Familia y Sucesiones de la IV Nominación, decide suspender la tenencia de Cris hacia Mily. La niña es enviada entonces a la Sala Cuna.
Transcribimos a continuación fragmentos de la charla que mantuvo Cris con La Izquierda Diario en su casa del barrio La Costanera: “Me citan y me piden que lleve a la bebé. Cuando llego el juez me la quita, la chiquita lloraba a no poder más… yo tenía una desesperación... Es feo porque yo la crié de chiquita, y que te la saquen así… Hace dos años que yo no la veo, que no se si está bien...Si la mamá no me la daba a la chiquita...¿qué iba a ser de ella?… la madre no tiene condiciones para tenerla”.
Mily cumplió 3 años el pasado 14 de Julio. Ese día Cris y su familia golpearon la puerta de la Sala Cuna con regalos, torta y golosinas. En el establecimiento recibieron las cosas, pero no les permitieron ingresar. Hecho que se reiteró cada vez que intentaron ver a la niña. Hoy ,según informó el personal de Sala Cuna, Mily se encuentra con una familia transitoria.
Expediente 1348/12: cuando el vínculo es vulnerado
El expediente cuenta con más de 280 fojas de argumentos y posiciones jurídicas, que intentan justificar la suspensión de la guarda. Términos legales que parecen no contemplar ni el vínculo afectivo construído entre ambas, ni la importancia fundamental que tuvo Cris en el cuidado y desarrollo de la vida de Mily. Damos lugar a las palabras de Cris: “¿Que no tiene corazón?¿No ve el daño psicológico que está haciendo tanto a mí como a la chiquita? Porque le guste a quien le guste he sido yo a quien le ha costado desvelo, quien ha estado con ella, como ella conmigo”.
El juez argumentó su obligación de intervenir para “custodiar la integridad psico-fisica de la menor”, basándose en la situación irregular generada por la presunción de que la niña fue víctima de supresión de identidad de origen.
La realidad es que Cris reconoció como su hija a una niña con la cual no presenta vínculo biológico, legalmente esto se denomina “Reconocimiento discrecional o complaciente”, y constituye una práctica profundamente extendida (principalmente en el NOA) cuyo carácter ilegítimo se desconoce.
Es innegable que el reconocimiento de la niña como propia nace de un profundo acto de amor, sin intención alguna de ocultar su origen e historia. Resulta evidente la buena fe con la que actuó Cris. Es por el vínculo que construyó con Mily que lucha por su tenencia, teniendo la convicción que su condición de persona trans fue un factor que influenció negativamente en la decisión de Stoyanoff Isas.
La transfobia no logra esconderse tras los argumentos de un juez sobre el cual pesa un pedido de destitución.
Así lo evidencia el punto de vista psicológico, documentado en el expediente, que utiliza entre otras cosas para alegar su postura, y que señala que “le cuesta adaptarse socialmente, ya que su condición sexual lo lleva a que se sienta perseguido, discriminado e inseguro (…) se detecta un conflicto en el área de la sexualidad especialmente en la asunción de la identidad sexual (A todo evento se deja constancia que Cristian se presenta como un travesti)”.
Durante la entrevista, Cris relató a La Izquierda Diario su experiencia en las audiencias y por qué sostiene que fue discriminada en función de su género: “El juez me preguntó cómo comencé a ser así y qué sentía, que tenía que pensar bien las cosas. Según la psicóloga Martínez, yo estoy confundida con mi sexualidad, y yo le conteste que cómo voy a estar confundida, si yo tengo hecha cirugías, tengo el pelo largo, estoy transformada… la madre de Mily está satisfecha de que la tuviera yo, pero el juez dice que no la puedo tener por mis condiciones y que no estoy apta para tener una criatura, pero como ustedes ven, vivo bien, no tengo lujos pero tengo comodidades, pero fui muy marginada con todo esto...supongo que para esa gente estamos enfermos, que tanto las persona trans como las lesbianas estamos psicológicamente mal”.
Dulce como el azúcar, resistente como la caña.
El 3 de Septiembre pasado, Cristina Guerra presentó un pedido de audiencia e informe con el objetivo de conocer el paradero de Mily. En el mismo denuncia también situaciones de discriminación basadas en su identidad autopercibida.
La respuesta del juez Stoyanoff Isas fue denegar la solicitud, estableciendo que Cris no reviste la calidad de parte legitimada en el proceso, en tanto considera que no tiene ningún tipo de vínculo familiar con la niña. A su vez, desestima que hayan existido situaciones de discriminación.
La lucha de Cris se libra en Tribunales, pero lo que enfrenta va más allá de una contienda judicial. La provincia de Tucumán se encuentra bajo un régimen en el cual la influencia de la Iglesia Católica y los prejuicios homolesbotransfobicos tienen un peso enorme. Es el Poder Judicial tucumano el que absolvió a los proxenetas implicados en la desaparición de Marita Verón, y el que mantiene la impunidad que cubre el asesinato de Paulina Lebbos.
Cris, consciente de lo que enfrenta está dispuesta a seguir luchando: “La Justicia no hace ver la realidad de la vida… Yo voy a seguir luchando por esta criatura hasta que no de más, supongo que como yo estoy luchando hay mucha gente que capaz está peor que yo… me siento re orgullosa por lo que soy, pero solamente para que esté completa tengo que recuperar a mi bebé”.
En esta historia se hacen visibles algunos de los innumerables obstáculos que las instituciones del Estado imponen a quienes deciden rebelarse contra la heteronormatividad, y las difíciles condiciones de vida que deben afrontar. La conquista de una identidad, sexualidad y vida plenas sólo puede llegar de la mano de la lucha en las calles, junto a los sectores oprimidos de la sociedad, para acabar con este régimen social que se sostiene mediante la perpetuación de la opresión y la explotación.
Es en este sentido que se hace indispensable la aprobación del proyecto de ley presentado por Nicolás del Caño del PTS en el Frente de Izquierda para la Creación de un Plan Nacional de Emergencia contra la violencia de género; teniendo muy en claro que la lucha por acabar con toda forma de violencia de género se libra contra el sistema patriarcal, contra los gobiernos patronales, la justicia y la Iglesia. | 
