Todo el país estuvo sacudido por la movilización universitaria, en la que participaron más de un millón de personas. El 23 de abril salimos a las calles estudiantes, graduados, docentes y no docentes pero también jubilados, trabajadores, desocupados con un objetivo común: decirle a Milei que con nuestra educación pública no. Estas semanas también fueron de intenso debate en la facultad. Acá un primer balance de cómo llegamos hasta acá y cómo la seguimos.
En la Facultad de Derecho de la UBA, el rector, todas las autoridades y el Centro de Estudiantes responden a la misma fuerza política: la Unión Cívica Radical. Si, los mismos que dieron discursos que resonaron mucho en la marcha educativa, pero que al día siguiente no dieron quorum para la sesión dónde se iba a tratar de emergencia el incremento del presupuesto educativo y que a la semana le entregaron votos a Milei para pasar la Ley Bases que incluye una reforma laboral semi esclavista escrita a puño y letra por los mismos radicales. De eso no se vuelve, muchos diputados empezaron a ser escrachados en las calles por haber actuado cómo lo hicieron en el congreso. Nuestro favorito: el colectivero que le grita a un De Loredo de ojos vidriosos por ser un careta que no dió quórum pero sí estuvo en la marcha para la fotito.
La conducción de nuestro centro de estudiantes (Franja Morada + Nuevo Derecho) no sólo no buscaron ninguna instancia de participación estudiantil en la previa a la organización, sino que lo único que hicieron fue llamar de un momento a otro una Comisión Directiva del Centro a puertas cerradas con intervención sólo para agrupaciones y no para estudiantes no agrupados, mientras desde la asamblea autoconvocada se realizaba un ruidazo en la puerta. ¿Será que ellos tampoco querían ser cuestionados como los diputados radicales? ¿Tendrán miedo de que les estudiantes les critiquemos que con Yacobitti están rosqueando a cambio de sacarle a los jubilados la comida de la boca y que los trabajadores estemos cada vez en peores condiciones? De la agrupación del rectorado nada se puede esperar, son quienes suspendieron las elecciones estudiantiles en toda la UBA y traen patotas a pegarle a estudiantes. Nobleza obliga: todo esto lo pudieron hacer porque La Cámpora y La Centeno (PJ) les dieron quórum.
Sin embargo, les estudiantes de la facultad no nos quedamos de brazos cruzados. Nos pusimos en marcha para organizar nuestros propios espacios y desde ahí pensar cómo intervenimos en una facultad dónde los docentes hicieron clases públicas y las autoridades nos apagaron las luces. Desde las cursadas y los pasillos se empezaron a organizar espacios autoconvocados, dónde participamos estudiantes agrupados y no agrupados. Pasamos por cursos, volanteamos, nos movimos para que en toda la facultad se escuche nuestro reclamo: la UBA no se vende, se defiende pero para eso, nos tenemos que organizar.
En concordancia con el resto de las facultades tanto de la UBA como de todo el país, ante la inacción del centro de estudiantes dirigido por el frente reformista, el 16 de abril organizamos la primera asamblea autoconvocada en la Facultad de Derecho donde participaron más de 130 estudiantes no agrupados y agrupados debatimos la necesidad de adoptar medidas de lucha concretas ante el ataque del gobierno de Milei a la universidad pública. Desde el CeProDH (Izquierda en Derecho) planteamos la necesidad de la coordinación de los distintos espacios en lucha de la universidad, junto a los trabajadores despedidos de Aerolíneas Argentinas que se habían acercado a traer su solidaridad con nuestros reclamos y pidieron que los acompañemos en los suyos. Esa intervención fue aplaudida por toda la asamblea y también se materializó el apoyo con los aportes al fondo de lucha de quienes estábamos ahí.
En esta asamblea las resoluciones que se votaron fueron: realizar un ruidazo el día previo a la marcha universitaria, el 23A movilizar con todo y realizar una nueva asamblea la semana siguiente. Cabe señalar que sólo participamos agrupaciones de la izquierda, entre quienes conformamos el Frente de Izquierda Unidad, el Ya Basta y el POT. Las agrupaciones del arco peronista-kirchnerista de la facultad decidieron abiertamente boicotear el espacio: La Centeno (PJ) a sabiendas de la propuesta, convocó a una reunión propia el mismo día, a la misma hora y La Cámpora decidió ir a volantear en la misma asamblea para invitar a un acto propio con Katopodis en la facultad. Incluso cuando fuimos a invitarlos a participar ya nos habían adelantado que no participarán de estos espacios porque no les da rédito a su propia agrupación.
La asamblea fue un éxito en cuanto a participación. Sin embargo, un sector de los autoconvocados referenciados en el peronismo (varios ex militantes de agrupaciones peronistas de la facultad y territoriales) se sintieron incómodos ya que en las intervenciones se cuestionó el rol que vienen teniendo las conducciones peronistas en el contexto del brutal ataque que viene llevando adelante Milei. Por lo que dicho sector, que se fue consolidando en una mesa chica, sacó un comunicado que no fue discutido con nadie, mucho menos votado y aprobado por el espacio autoconvocado que venía de votar resoluciones de forma unánime en la asamblea, dónde se cuestionaba el contenido planteado en la misma y también cuestionamientos a la dinámica. Denunciaron también que se había ido con remeras de las agrupaciones, llevando ese desprecio a otro nivel: en el afán de borrar todas las insignias partidarias, borraron la leyenda “Son 30mil” de la remera de una militante sólo porque tenía además el nombre de su agrupación. Desde el CeProDH planteamos que en un contexto dónde las políticas negacionistas están a la orden del día eso no lo podíamos permitir, que reivindicamos a los 30 mil y su lucha por espacios y salidas colectivas y también insistimos desde un primer momento que las instancias asamblearias deberían estar coordinadas por compañeres no agrupades, que puedan tener prioridad para intervenir y que desde la agrupaciones sólo intervenga un orador. Pero principalmente que las diferencias políticas que hayan puedan ser abordadas de manera fraternal ya que si bien hay lecturas y propuestas diferentes, se puede seguir construyendo ese espacio alrededor de los puntos que nos unen.
Pasada la enormemente multitudinaria Marcha Federal Universitaria, los intercambios en el grupo de autoconvocados se fueron acrecentando alrededor de la pregunta “¿cómo la seguimos?” allí se presentaron dos posiciones distintas, tanto en las reuniones como en los grupos de whatsapp: por un lado, aquellos que planteaban que la lucha del espacio tenía que ser “meramente estudiantil” donde se argumentaba que lo único que nos une es la pelea presupuestaria y que al día siguiente que se consiga negociarlo el grupo debería dejar de existir y nada de lo que pase por fuera de la facultad es de nuestra incumbencia; y aquellos, entre los cuales nos incluimos así como también muchos estudiantes no agrupados, que planteamos que no podemos quedarnos solo con lo presupuestario, dejando a los docentes y no docentes en banda, que además el ataque del gobierno es tan grande y grave, que no hay manera de defender la educación pública si no derrotamos todo el plan de Milei de conjunto, empezando por rechazar la Ley Bases cuando se tratara en el Congreso. Sobre esto se realizó una votación en el cual salió por mayoría que debíamos movilizar como espacio con la bandera de Autoconvocados Derecho UBA. Esta votación empezó a generar rispidez, al punto que la mesa chica de los autoconvocados peronistas no quiso que la bandera del espacio se hiciera presente en la Plaza de los Dos Congresos. desconociendo que también se había llamado a participar por organizaciones que no se las podría catalogar cómo de la “izquierda partidaria” como la UTEP, Ni Una Menos, asambleas barriales, centros de estudiantes como el CEFyL y espacios autoconvocados cómo la asamblea de Psico UBA y FADU en lucha. Fue un orgullo participar con más de 20 compañeras y compañeros de este espacio ese día.
Que se haya planteado la necesidad de movilizar contra la Ley Bases, a algunos les pareció “muy politizado, muy de izquierda” y empezaron una campaña en contra de la participación de las agrupaciones (de izquierda claramente) que habíamos sido parte de impulsar el espacio desde el primer día. Algo que se profundizó luego de la segunda asamblea (30/04). En dónde intervinieron varios compañeras y compañeros no agrupados que plantearon que nuestra tarea cómo espacio era pensar como no dejamos tirados a los jubilados que marcharon por nuestra futuro y que nosotros tenemos que estar bancando su presente y también porque no se puede pensar en cómo seguimos peleando por la educación pública sin pensar todo el contexto en el que estamos inmersos tomando posiciones al respecto. El debate en esta instancia no se dió en los mejores términos, llegando incluso al punto dónde una militante del Ya Basta insultara a una autoconvocada, acto al cual repudiamos. Sin embargo, desde el CeProDH planteamos una y otra vez que la división del espacio y los ataques personalizados sólo son funcionales a la Franja Morada y que dentro de nuestras diferencias podamos plantear los puntos para continuar fortaleciendo este espacio, buscando que se sumen cada vez más estudiantes. Apoyamos la moción presentada por una compañera no agrupada dónde se proponía que se realicen comitivas para movilizar en cada ocasión que creamos necesario para mostrar que la bandera de autoconvocados está en las calles luchando y que allí participen quienes les parezca importante. En esta asamblea se votó un plan de lucha que incluía ruidazo en la facultad por el presupuesto universitario, una próxima asamblea, movilizar cuando se tratara la Ley Bases en el Senado, entre otras propuestas.
Sin embargo, la mesa chica de los autoconvocados decidió que la asamblea no era representativa por tener poca participación y decidió convocar a un meet un domingo a las 20h con ¡aún menos participación! para plantear ataques directos a la izquierda, buscando limitar nuestra participación, llegando al punto de expulsarnos de los grupos no solo a los agrupados sino también a quienes no compartían la línea de quienes convocaron a dicha reunión virtual. Escondiéndose detrás discusiones metodológicas (por ejemplo, cómo deberá ser la votación sí por whatsapp o en una asamblea) que eran fácilmente solucionables, se decidió anular a las únicas fuerzas políticas que acompañaron desde el minuto uno al reclamo. Los argumentos que se usaron fueron irrisorios y notoriamente prefabricados antes de la reunión para poder justificar de alguna manera su conducta proscriptiva. Lo que está detrás de todo esto, es que quieren silenciar a las únicas voces críticas al gobierno, a la UCR y al peronismo, además de ser quienes planteamos una perspectiva que intente romper la burbuja de la facultad y pelear para que no tengamos que vivir un presente y futuro de hambre y miseria. Se puso muchísima más energía en los días posteriores a la masiva movilización en buscar las formas de silenciar nuestras voces que en buscar ampliar este espacio llegando a más y más estudiantes en una facultad que agrupa a más de 25 mil alumnos, miles de docentes y de trabajadores no docentes. Todo esto llegó al punto tal que se forzó una votación presentada entre gallos y medianoche, sin justificación, debate previo ni derecho a réplica (con los grupos cerrados sólo para que los administradores puedan enviar mensajes) para eliminar a las agrupaciones y desconocer lo votado en la asamblea.
Mensajes enviados al único grupo abierto de la comunidad dónde se ve que todo lo ocurrido fue conspiración de quienes administran el grupo para eliminar a la izquierda.
Para nosotros, la coordinación entre estudiantes y trabajadores es nuestra perspectiva y el camino que nos parece importante seguir, ya que se trata de poner en debate que pelear por presupuesto en las mismas condiciones que estamos no garantiza que podamos continuar con nuestros estudios. Sin ir más lejos, la masiva marcha del 23 de abril confluye a trabajadores organizados, no organizados, estudiantes, docentes, jubilados y todo aquel que sabe que la educación pública de calidad se merece la más fuerte defensa contra cualquier intento de ataque por parte de este gobierno.
Como estudiantes, graduades y docentes de la facultad de Derecho y abogades del CeProDH buscamos la constitución de espacios de deliberación de forma democrática donde todes les estudiantes puedan hacer oír su voz, dónde los debates se den de modo fraternal y democrático y que sea independiente de las autoridades educativas y de la oposición que no toma una posición activa contra el ajuste y que, por sobre todo, se proponga enfrentar al plan de ajuste del gobierno libertario que pone en riesgo la continuidad de sus estudios así como los puestos de trabajo ya precarizados de el cuerpo de profesores. La unidad entre estudiantes y trabajadores es vital para que podamos derrotarlo. Sin embargo, también queremos poder construir estos espacios entre quienes tienen visiones diferentes de cómo hay que hacer pero que en los debates podamos encontrar los puntos en común para no abandonar la lucha, sino hacer que cada día crezca más. Tenemos un desafío enorme que es refundar un espacio democrático y participativo, nuestro centro de estudiantes nos sigue dando la espalda, construirlo depende de nosotres, apostamos a que ese espacio sea Derecho en Lucha.
En un momento donde el gobierno denuncia cualquier tipo de organización estudiantil llamándolo “adoctrinamiento” nos parece importante plantear que los espacios de debate y deliberación de los estudiantes son una parte fundamental para combatir estas concepciones. Limitar las discusiones a una cuestión presupuestaria es limitarnos como actores de cambio en un contexto donde desde el gobierno se demoniza la discusión política en las universidades a tono con la forma de actuar de la Franja Morada y la Nuevo Derecho que pretenden que los Centros de Estudiantes funcionen como mesa de entradas para asuntos administrativos y discutiendo la política a puertas cerradas del estudiantado. Nosotros nos reivindicamos dentro de los miles que salieron a la calle el 23 de abril, de los que acompañaron la lucha contra la impunidad contra el nefasto 2x1 de la casta judicial y de los que continúan la tradición de esos estudiantes que junto a obreros pusieron en jaque a la dictadura de Ongania en el Cordobazo. Desde nuestro espacio, siempre vamos a utilizar nuestras herramientas para difundir, colaborar, defender y por sobre todo expandir toda expresión desde abajo que busque la organización independiente de los estudiantes frente al ajuste, los tarifazos y la creciente precarización laboral.