El Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) declaró este martes un Estado Operativo de Emergencia en el Sistema Interconectado Nacional, lo que resultó en apagones en diversas ciudades del país. Este fenómeno, que afectó zonas como la Ciudad de México, Guadalajara, Monterrey, León, Querétaro, Mérida, entre otras, se ha atribuido al aumento del consumo energético debido a las altas temperaturas que han azotado el país y que se prevé continúen en las próximas semanas.
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El comunicado emitido por el Cenace señala que la demanda máxima de energía alcanzó niveles críticos, con una generación neta inferior, lo que llevó a la activación de medidas de emergencia. Este escenario, que causó interrupciones en el suministro eléctrico en varias localidades, pone de relieve la fragilidad del sistema eléctrico frente a fenómenos climáticos extremos, como las olas de calor. Asimismo, expone que instancias como la Comisión Federal de Electricidad no están preparadas para afrontar los incrementos de temperatura.
A pesar de que los apagones por climas extremos no son nuevos en México (en 2021 una tormenta invernal causó apagones en el norte y noreste del país), la respuesta del gobierno ha sido insuficiente y dista de significar una propuesta concreta y viable de transición energética, concepto que, por otro lado, ha sido enarbolado como bandera del llamado "capitalismo verde" para alentar la inversión y consumo de otras fuentes de energía sobre las mismas bases de desigualdad y explotación irracional de los recursos naturales.
Las declaraciones del presidente Andrés Manuel López Obrador, atribuyendo los apagones al intenso calor y asegurando que México tiene la capacidad para generar energía, reflejan una falta de reconocimiento de la magnitud del problema. Aunque México sea signatario de protocolos y compromisos internacionales contra el cambio climático, la desconexión entre las palabras y las acciones deja en evidencia la impotencia de los pronunciamientos gubernamentales para abordar la crisis climática de manera efectiva.
Expertos en energía advierten que estos apagones son una clara señal del impacto del cambio climático en la infraestructura energética del país. El aumento de las temperaturas, exacerbado por el calentamiento global, está generando picos de demanda energética que ponen a prueba la capacidad de generación y distribución eléctrica.
Resulta preocupante que, en lugar de abordar las causas subyacentes de estos problemas, las autoridades gubernamentales culpen al consumo individual de energía, instando a la población a reducir el uso de aires acondicionados y ventiladores. Esta respuesta simplista pasa por alto la responsabilidad del gobierno en la implementación de medidas de mitigación efectivas, así como de regulación de consumidores industriales de energía.
Es hora de reconocer que la solución a esta crisis no vendrá de las acciones individuales, sino de un enfoque integral que aborde las causas estructurales del cambio climático. En este sentido, es crucial que nuestra clase trabajadora tome en sus manos el destino climático del país. Los apagones recientes son una llamada de atención urgente. La respuesta al cambio climático debe ser un esfuerzo colectivo que involucre a todos los sectores que enfrentan y resisten el embiste del cambio climático en el planeta.
Fuente: Centro Nacional de Control de Energía (Cenace). | 
