El plan de ajuste del Gobierno genera cada vez consecuencias más graves. Debido a la caída del consumo por la pérdida de poder de compra de los salarios, el sector industrial es uno de los más golpeados como refleja la comparación con el año pasado, según los datos del Indec. La construcción se encuentra por el piso por el recorte de la obra pública, habiendo retrocedido un 42 % interanual. Los empresarios ya están descargando está crisis en los trabajadores mediante despidos y se espera que se multipliquen en los próximos meses. |
Las políticas económicas de Javier Milei y Luis Caputo son un ataque frontal a las condiciones de vida de los trabajadores y sus familias. Las cifras elaboradas por el Indec reflejan una situación cada vez más alarmante, como consecuencia del ajuste en forma de shock del gasto público y el pico de inflación generado por el devaluatorio de diciembre. Con tal de pagar la deuda al FMI y favorecer al capital financiero, el Gobierno está dispuesto a destruir la industria y parar la construcción.
Este miércoles el instituto de estadísticas publicó el índice de producción industrial manufacturero (IPI) para el mes de marzo que se desplomó un 21,2 % respecto al mismo mes del año pasado. En los primeros tres meses la caída fue de 14,8%. También dio a conocer el Indicador sintético de la actividad de la construcción (ISAC) que profundizó su baja al ubicarse en 42,2 % respecto a igual mes de 2023. El acumulado del primer trimestre de 2024 presenta una disminución de 30,3 %.
El sector que más hizo retroceder el índice industrial fue el de “Alimentos y bebidas” con una caída del 14,2 % (seguido por “Maquinaria y equipo”, -37,9 % y “Industrias metálicas básicas”, -34,0 %). No es casualidad que el nivel de derrumbe sea similar al del consumo, la caída de los salarios es la que está provocando que se produzcan menos bienes básicos. Entre diciembre y febrero, como explica Luis Campos investigador de la CTA, los trabajadores registrados del sector perdieron más de un 11 % de poder de compra y los del sector público más de un 20 %.
Milei miente al decir que los salarios le están ganando a la inflación a partir de abril, esto es imposible porque prohibieron la homologación de las paritarias que recuperaban sólo una parte de lo perdido y porque siguen recortando los ingresos de los trabajadores estatales; para los no registrados la situación siempre es aún peor. En este marco, muchos economistas afirman que estamos pasando de una recesión a una depresión económica, llevando a que la producción casi de conjunto se vea fuertemente retraída. Los grandes empresarios se apropian de las ganancias y siempre buscan descargar las pérdidas en los trabajadores, los despidos son el mecanismo más frecuente.
Si a este panorama económico le sumamos la reforma laboral y las privatizaciones incluidas en la ley Bases, el aumento del desempleo podría acelerarse. De aprobarse el proyecto de ley (que se encuentra en proceso de ser tratado en el Senado), las multas a los empresarios que no registran a los trabajadores dejarían de existir, facilitando el despido para estos casos. La venta de empresas públicas, suele ser seguida por los “recortes de personal” aplicados por los nuevos dueños en búsqueda de maximizar las ganancias.
El hundimiento de los salarios y la multiplicación del desempleo no es el único futuro posible, la alternativa es ponerle un freno al plan del gobierno. Con este objetivo desde la izquierda están exigiendo que la CGT y la CTA, después del paro de este jueves, convoquen a otro paro con movilización al Senado cuando se traten la ley Bases y el paquete fiscal. Hacer caer estos proyectos de ley sería un gran primer paso para derrotar todo el plan de Milei.
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