El lunes pasado se dio a conocer la noticia de un ataque de odio contra dos parejas de lesbianas que se encontraban en una pensión en el barrio de Barracas, Ciudad de Buenos Aires. Un hombre lanzó una molotov en la habitación donde se encontraban alojadas provocándoles quemaduras graves.
Andrea Amarante, sobreviviente de la tragedia de Cromañón, se encuentra con el 75% del cuerpo quemado y Sofía Castroriglos con quemaduras pero fuera de peligro. Tras el ataque falleció Pamela Cobos falleció el lunes y el miércoles por la tarde se supo que también falleció Mercedes Figueroa.
La respuesta no se hizo esperar, en la feria del libro un grupo decidió irrumpir al grito de “eso no es libertad, eso es odio”, durante la presentación de la biografía de Milei realizada por uno de sus amigos: Nicolás Márquez. Un fascista que días atrás en una entrevista negó la homofobia y trató de insanas y autodestructivas a las personas homosexuales.
El ataque de odio a las lebianas ocurrido en el barrio de Barracas tiene como trasfondo un discurso de odio desde el propio Estado, donde se señala a los derechos de la diversidad sexual como “privilegios”. Un discurso que legitima socialmente la violencia que luego se materializa en estos hechos. Por eso la convocatoria, realizada para el viernes 10 de mayo a las 17hs. en el Congreso, señala que “No es libertad es odio. Fue lesbicidio. El Estado es responsable”. |