En la conferencia de este lunes 13 de mayo, López Obrador se refirió al informe presentado la semana pasada por la DEA sobre la operación de los cárteles de Sinaloa y Jalisto Nueva Generación en Estados Unidos. Al respecto, lo calificó de "refrito", aunque el elemento nuevo que se menciona es la fabricación de fentanilo en México para su distribución en Estados Unidos. Otro señalamiento es que el Cártel de Sinaloa controla el puerto de Mazatlán y el Jalisco Nueva Generación los de Manzanillo y Lázaro Cárdenas.
Pero más allá de que el poder ejecutivo reste importancia al informe de la DEA, el documento es parte de la presión del imperialismo estadounidense para mantener la militarización del territorio mexicano, con el argumento de la necesidad de "combatir al narcotráfico". Y el despliegue de uniformados busca mantener el control social de la población, en el marco de que lentamente empiezan a agitarse las aguas en México, como lo expresan los paros de la CNTE y los campamentos en la UNAM y la Universidad de Guadalajara contra el genocidio en Palestina, las asambleas y paros contra los ataques porriles en la UNAM, entre otros procesos de lucha y organización.
En otro orden, el presidente se refirió a la reunión que mantuvo con Elizabeth Sherwood-Randall, asesora en materia de seguridad para la Casa Blanca. Subrayó que abordaron el tema migratorio con el objetivo de coordinar su estrategia para reducir el flujo de personas que buscan cruzar la frontera entre México y Estados Unidos y combatir la trata de personas.
De nueva cuenta, insistió López Obrador en atender las causas de la migración -con sus planes sociales- pero mientras tanto, mantiene el rol de México como gendarme de la frontera con la Guardia Nacional y el Instituto Nacional de Migración, siguiendo al pie de la letra las órdenes emanadas desde Washington.
El mandatario aseguró que se deben combatir las causas para controlar el flujo migratorio ilegal, que en diciembre de 2023 provocó una crisis en la frontera entre Estados Unidos y México, por la desmedida llegada de miles de centroamericanos.
Respecto a los apagones, el presidente López Obrador da por resuelto el problema y declaró que en la Ciudad de México se produjeron cortes de suministro eléctrico por la caída de transformadores ante los fuertes vientos.
Sobre la cuestión energética, aprovechó AMLO para señalar que una de las metas más importante de su gobierno fue mantener a las empresas públicas que no tienen fines de lucro, como lo es la Comisión Federal de Electricidad (CFE), y rechazó que se abra otra vez la generación de energía a otras instituciones del sector privado, aunque en febrero pasado la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) canceló su reforma eléctrica.
El mandatario reivindicó que la CFE en la actualidad controla todo el sistema de distribución de energía, “eso no se privatizó”. “Con mucho esfuerzo se ha logrado tener una generación de 50 por ciento, 50-50, vamos a llegar al 60 en unos meses más, porque compramos 11 plantas de Iberdrola precisamente para que la Comisión tenga más presencia en la generación de energía y que no aumenten los precios de la energía eléctrica, eso depende de nosotros, cuando son particulares ellos deciden”, destacó López Obrador.
Sin embargo, la compra de plantas a Iberdrola constituyó un nuevo beneficio millonario a la trasnacional: con las ganancias que se llevó, y en el marco de las necesidades sociales que se mantienen para el pueblo trabajador, como mayor presupuesto para educación, salud, vivienda, salarios, una salida verdaderamente a favor "de los pobres" hubiera sido expropiar sin pago esas plantas, adaptarlas para la producción y suministro de energía con el menor impacto posible para el medio ambiente y ponerlas en funcionamiento bajo control de las y los trabajadores. |