El miércoles 15 en la ciudad de Rawson, Chubut, Ignacio Torres se reunió con Axel Kicillof para encabezar la firma de un acuerdo en el que Buenos Aires cede a Chubut 15 ambulancias en comodato para fortalecer el sistema sanitario chubutense. El convenio contempla, entre otras acciones, la distribución de las ambulancias en distintas comunas y localidades. En sus discursos, ambos mandatarios provinciales exigieron -a sus modos y matices- mayor federalismo de parte del gobierno nacional.
En el marco de la tensión que existe entre Nación y provincias y mientras continúa la rosca en el Senado para aprobar la reaccionaria Ley Bases y Fiscal, Axel Kicillof mostró una apertura hacia otros espacios políticos, en este caso el Pro, en la búsqueda de consensos.
Mientras Milei y sus ministros caminan en estos días tratando de convencer, contra reloj, a los gobernadores provinciales para intentar lograr la aprobación de la Ley Bases y Fiscal en medio de un brutal ajuste fiscal que afecta a las provincias con la paralización de la obra pública, por ejemplo, y el consiguiente aumento de la desocupación y la pobreza.
Hay que señalar también que los gobernadores, aplican sus propios planes de ajuste en las provincias que gobiernan. El ajuste lo hacen todos, Torres en Chubut y también Kicillof en Buenos Aires. Allí no hay más que matices: el ajuste es el programa nacional de todas las administraciones.
El peronismo se repite a sí mismo. Recorre, en estas horas, el mismo sendero que transitó en los últimos años de Mauricio Macri. Deja pasar un ajuste feroz mientras prepara las condiciones para intentar un retorno electoral, pensando en las elecciones de 2025 o 2027. Aunque no lo hizo a bordo del Clio como en 2016, Axel Kicillof inició este miércoles en Chubut un tour transversal para preparar su campaña por el sillón presidencial. Ya había empezado a desandar ese nuevo camino tiempo atrás, cuando decidió entregarle al gobernador de Santa Fe, el radical Maximiliano Pullaro, patrulleros y equipamiento para combatir la crisis de seguridad por narcotráfico en esa provincia.
El proyecto que está en curso en la Argentina tiene el objetivo de construir, sobre los hombros del pueblo trabajador, un país al servicio del capital financiero y las grandes corporaciones, sobre todo, aquellas ligadas a las actividades extractivistas, en esto acuerdan Kicillof, Torres y Milei.
El acuerdo Kicillof - Torres
La reunión de Kicillof con Torres muestra una apertura hacia otros espacios políticos en la búsqueda de consensos y forma parte de gestos del gobernador bonaerense hacia un peronismo que busca reacomodarse tras la derrota en las elecciones de noviembre. Kicillof se mueve como eventual candidato presidencial disputando además una interna con el líder de La Cámpora, Máximo Kirchner.
Torres por su parte busca el equilibrio. Después de confrontar a Milei, cuando amenazó con frenar la producción de hidrocarburos luego de que el gobierno nacional recortó fondos de la coparticipación a la provincia, es un aplicador serial del ajuste en Chubut. Un día antes, el martes 14 de mayo, compartió una actividad junto con Mauricio Macri en la embajada de los Estados Unidos, allí fueron recibidos por el embajador Marc Stanley.
“El federalismo no es solamente el vínculo con un Estado nacional que hoy no está cumpliendo con sus obligaciones, también es trabajar de forma unida entre todas las provincias que integran nuestro país”, explicó Kicillof durante el acto de firma, y agregó: “Si Chubut puede valerse de recursos que la provincia de Buenos Aires está en condiciones de aportar, entonces no importa a qué partidos políticos pertenecemos, sino cómo garantizamos la salud y los derechos de todos los argentinos y las argentinas”.
Por su parte, durante el acto, el titular del Ejecutivo chubutense llamó a trabajar de manera solidaria y mancomunada entre todas las provincias del país para “hacer una Argentina más federal” y garantizar así “la salud, la educación y la seguridad” en todo el territorio. En ese marco, Torres instó a “alcanzar un verdadero federalismo que integre y dé respuestas a las grandes ciudades y a los pueblos chicos por igual”.
Por último, Torres afirmó que “la Argentina no resiste una frustración más. Este es el primero de muchos acuerdos que vamos a firmar con provincias de diferentes colores partidarios. Si queremos corregir asimetrías, hay que sentarse y hablar. Hay que escuchar a cada uno de los jefes comunales e intendentes que están en la trinchera. Hoy estamos todos detrás de una causa para poner a Chubut en el lugar que se merece”.
Lo que no dicen ni cuestionan Torres ni Kicillof de este plan de Milei es la composición política federal de un país muy fragmentado. Ambos gobernadores pugnan por el manejo de los negocios que se desarrollan en sus territorios porque son claves para la existencia de las provincias. El problema federal en la Argentina es histórico y se resignificó en la década de los 90. El gobierno de Menem que pasó casi todos los servicios (salud, educación, etc.) a la órbita de las provincias sin el presupuesto correspondiente y esto no fue modificado por ningún gobierno posterior.
Ajuste
Según un informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC), el Gobierno ajustó en los primeros tres meses del año a jubilaciones y pensiones, salarios públicos, subsidios a la luz y el transporte, el programa Potenciar Trabajo, transferencias a universidades y provincias. Mientras lo destinado a los intereses de la deuda aumentó un7,3% en términos reales en el mismo período.
Las transferencias a provincias bajaron 85,1% en términos reales en el primer trimestre del año por recortes en el Fondo Nacional de Incentivo Docente (FONID), Gestión Educativa y Políticas Socioeducativas, y Aportes del Tesoro Nacional (ATN), entre otros.
Mientras Milei, Caputo y los gobernadores ajustan a la clase trabajadora y a los sectores populares, el gobierno nacional premió a los grandes agroexportadores con la devaluación, a las prepagas que liberaron los precios, a las petroleras con el aumento combustible, y a las alimenticias que remarcan precios a gusto.
El gobierno nacional y los gobernadores priorizan pagar la deuda con el FMI y los acreedores internacionales por sobre garantizar condiciones básicas de vida a las grandes mayorías y por eso desde la izquierda defendemos la necesidad de afectar las ganancias de los grandes empresarios y desconocer la deuda externa ilegal y fraudulenta para obtener los recursos que permitan aumentar las jubilaciones, los salarios y las asignaciones universales, al mismo tiempo que aumentar las partidas para salud, educación y trabajo.
Contra los acuerdos y actos de los gobernadores oficialistas como Torres u opositores como Kicillof que hacen demagogia mientras aplican el ajuste en las provincias y se postulan para 2027, desde la izquierda decimos que es necesario desde hoy organizarse desde abajo en asambleas en cada lugar de trabajo, de estudio y en cada barrio. Queremos abrir paso a la lucha por otra salida. Una salida que empiece por plantear que hay plata para salarios, educación, salud, ciencia, jubilaciones, pero se la llevan los grandes empresarios y el capital financiero. Que plantee la ruptura con el FMI, el no pago de la deuda y la nacionalización de la banca y frente a los tarifazos levante la nacionalización y expropiación bajo control obrero de todo el sistema energético, en el camino de un programa de conjunto para que la crisis la paguen los capitalistas. Eso implica también que al calor de cada pelea apostamos a construir una fuerza política socialista de los trabajadores, sin caer en las trampas del peronismo que viene de fracasar y ajustar durante sus gobiernos, dejando un 41,7 % de pobreza, y que hoy apuesta a dejar pasar el plan de Milei para después “volver” y administrar las ruinas empobrecidas del país. | 
