La Conducción Nacional de la UOM, liderada por Abel Furlán y Naldo Brunelli, propuso un plebiscito para que las bases decidan entre aceptar una oferta patronal que implica una pérdida salarial significativa o rechazarla. La negociación paritaria viene estancada desde hace varios meses. La última oferta de la Cámara Argentina del Acero, comandada por Rocca y el Grupo Techint es de 273,1% mientras que los datos arrojados de la inflación acumulada es de 287,5%. Esto deja el salario metalúrgico 14,5% por debajo de la inflación. Si a esto le sumamos la pérdida del poder adquisitivo que viene teniendo el salario metalúrgico a lo largo de los últimos años, la ecuación da que un trabajador metalúrgico está muy por debajo de la línea de la pobreza.
La propuesta del plebiscito excluyó la opción de profundizar el plan de lucha a través de una discusión desde las bases, siendo que viene participando activamente, lo que generó críticas por no convocar asambleas generales. En cada fábrica y en cada compañero se expresó la necesidad de rechazar la pérdida frente a la inflación y luchar por una recomposición salarial.
Cómo se puede observar en el cuadro que acompaña esta nota, la abrumadora mayoría de los siderúrgicos votó el rechazo a esta propuesta.
El plebiscito demuestra la voluntad de las bases
El rechazo no solo tiene que ver con la discusión salarial, sino también porque hay despidos, suspensiones, reducción de planteles y mayor precarización para los puestos de trabajo. Es por eso que no es casual que Rocca haya incorporado a 8 funcionarios al gobierno de Milei.
Esta política orquestada por las grandes patronales necesita de la fuerza de todo el movimiento obrero para enfrentarlo. Es iluso pensar que se puede discutir salarios dignos en un mar de desocupación. Por eso, es muy importante que unifiquemos la fuerza de los trabajadores y el pueblo pobre para poder dar una batalla que nos permita ganar.
El plan de lucha decretado por el secretariado nacional de la UOM consistió en varias marchas de los cuerpos orgánicos, paros escalonados de 24, 48 y 72 horas y luego las movilizaciones organizadas en las principales seccionales siderúrgicas, Campana y San Nicolás, menos en Villa Constitución donde la UOM Nacional no asistió, sin embargo se logró una movilización con un centenar de metalúrgicos que salieron en caravana desde la fábrica para empalmar con la comunidad y movilizar hasta la Plaza Central. Luego de este plan de lucha, continuaron las negociaciones que se dilataron en interminables reuniones que fracasaron una tras otra.
Para esta nueva etapa, es necesario unificar a la UOM en una sola pelea, sin división por ramas o por empresas. Efectivos, contratados, tercerizados y de todas las empresas y talleres deben estar unificados para lograr salarios acordes a la canasta familiar y frenar los despidos y las suspensiones.
Es necesario que todas las medidas a llevar adelante se discutan y se voten en asambleas, donde los trabajadores podamos tener un rol activo, intercambiando opiniones para salir convencidos y fortalecidos de la lucha llevada adelante.
Una lucha de tal magnitud debe partir de saber que es una lucha contra el plan de la patronal pero también del gobierno. Por eso es necesario enfrentar la Ley Bases.
En el Congreso de Delegados realizado el 7 de mayo en Villa Constitución se resolvió movilizar el día que esta nefasta Ley ingrese al Senado. Contando con el antecedente de la media sanción en la Cámara de Diputados, no podemos dejar en manos de un puñado de millonarios influenciables por el lobby empresarial, el destino de millones de personas. Varios gremios de la CGT y las CTAs ya anunciaron que ese día se movilizarán. Es necesario que se llame a un paro nacional que replique el del 9 de mayo pero con millones de trabajadores en las calles. Este plan lo tiramos abajo si las fuerzas de la tierra se ponen en movimiento.
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