El mítico estadio del boxeo y los recitales, propiedad de la Iglesia católica, recibe al Presidente una vez más. En 2021 lo usó de bunker de La Libertad Avanza y el festejo casi termina a los tiros. Ahora el gatito mimoso del poder canta y presenta un libro que, como a otros de su “autoría”, ya se le detectaron varios plagios. El tufo a chamuyo berreta vuelve a impregnar la esquina de Bouchard y Corrientes.
“Cuando vemos a Javier Milei preparando un acto en el Luna Park, viendo qué payasada hace para entretener a la población, le decimos que no se va a parecer a Rodrigo, se va a parecer a alguien que baila en la cornisa, porque es ahí adonde está llevando a nuestro país”, dijo este martes Myriam Bregman en la sesión de la Cámara de Diputados. Poco antes el vocero presidencial, Manuel Adorni, había anunciado que este miércoles, además de presentar su nuevo libro, Milei cantará ante miles de personas en el mítico estadio de la Ciudad de Buenos Aires.
Según trascendió, el circo libertariano tendrá dos momentos. Uno en el que el Presidente, su vocero y José Luis Espert hablarán de Capitalismo, Socialismo y la Trampa neoclásica, editado por Editorial Planeta (con presentación truncada en la Feria del Libro), y otro en el que entonará algunos temas musicales para complacer al público.
“Entretener a la población”, como dijo la diputada del PTS-Frente de Izquierda, parece ser el objetivo de Milei en medio de la crisis económica y social que sus propias políticas vienen profundizando desde el 10 de diciembre. En ese marco, el Luna Park puede ofrecernos algunas ideas de los verdaderos valores que acarrea La Libertad Avanza, donde el mazazo a la clase trabajadora y el pueblo empobrecido viene acompañado de mentiras y chistes malos.
Desde 2013 el Luna pertenece a la Iglesia católica, más precisamente al Arzobispado de Buenos Aires. Y desde hace algunos años su gestión dista mucho de ser transparente. Es que al sitio donde se realizan eventos de facturación multimillonaria se suma el oscurantismo crónico de la propia Curia. Envuelta en procesos judiciales por los desmanejos del estadio, la conducción eclesiástica dice que a fin de año lo cerraría por “reformas”. Si vuelve a abrir, sería con una administración tercerizada.
Pero vayamos a la relación entre Milei y el Luna Park, lugar elegido por el Presidente para mostrar sus garras de gatito mimoso del poder económico, tal como lo bautizara la misma Bregman durante la campaña presidencial.
El primer capítulo del libro El Loco. La vida desconocida de Javier Milei y su irrupción en la política (también de Planeta), se titula “El lado oscuro del Luna”. Allí el periodista Juan González cuenta algunas de las peripecias que pasaron decenas de militantes del Partido Libertario (PL), muchos llegados de algunas provincias, la noche de los comicios generales de 2021, cuando Milei y Victoria Villarruel fueron electos diputados nacionales por La Libertad Avanza (LLA).
Era la noche del 14 de noviembre. El PL (del que habían surgido eminencias como Lilia Lemoine) tenía existencia previa a LLA. En 2019 Milei se afilió a ese partido, generando un revuelo entre sus jóvenes militantes. En 2021, esa militancia se sumó entusiasta a la campaña y fiscalización del frente creado por el autopercibido león, luego de que éste rompiera con Espert y su sello Avanza Libertad.
González relata en su libro la historia de Gastón, un santafesino veinteañero, militante del PL, que aquel domingo viajó a la Ciudad de Buenos Aires para fiscalizar en una escuela de Retiro. Con el 17,06 % de los votos obtenidos en CABA, LLA lograba dos bancas de diputados. Culminada la jornada, todo parecía ser alegría para los jóvenes libertarios.
“Cuando (Gastón) llegó al Luna Park, el estadio que La Libertad Avanza usó de búnker, toda su alegría voló por los aires. Unos patovicas que estaban en la puerta le prohibieron entrar con la bandera del Partido Libertario colgada en la espalda. Gastón intentó convencerlos (...) Intentó charlar, intentó empujar, pero no hubo caso. O dejaba la bandera y cualquier signo partidario o se iba a su casa. Lleno de bronca y con un nudo en la garganta, se fue. Y cuando volvió a Santa Fe lo primero que hizo fue desafiliarse”, se lee en la página 19 de El Loco.
Esa noche fueron muchos los jóvenes del PL patoteados por los custodios de Milei y Villarruel en las puertas del Luna. Para el periodista, desde ese momento el espacio conformado para las elecciones “comenzó a implosionar” y a “convertirse en exactamente lo contrario a lo que decía ser”. Mientras “cientos de militantes” quedaban fuera del espacio electoral, Milei se quedaba con los “mercachifles y runflas de la política” que en sus discursos decía combatir.
Una de las escenas más recordadas de ese “festejo” en el Luna Park fue la irrupción, mientras hablaba Victoria Villarruel, de un calvo custodio con tapabocas. El hombre encaró hacia el borde del escenario, señalando con su mano izquierda hacia las primeras filas del público y llevándose la derecha a la cintura, amenazando con sacar una pistola. Hay quien dijo que era una 9 milímetros.
Sobre ese episodio Milei le diría a Eduardo Feinmann: “Condenamos y repudiamos el accionar de esa persona que trabaja en seguridad. De hecho, el jefe de seguridad automáticamente lo expulsó del escenario, lo sacó del operativo y lo echó del estadio”.
El “jefe de seguridad” era Jorge “Cachi” Cusanelli, un histórico puntero peronista bonaerense que supo ser figura del motociclismo. Dueño de Argentina Race Team School, empresa dedicada a la “formación profesional de pilotos de motociclismo deportivo”, Cusanelli también tuvo estrecha relación con el PRO de la Ciudad de Buenos Aires. Entre otras excentricidades, en mayo viajó al Vaticano a entrevistarse con Jorge “Francisco” Bergoglio.
En las PASO de 2021 Cusanelli fue candidato a senador provincial de Todos por Buenos Aires, una franquicia electoral filoperonista en cuyas listas Milei había logrado colar a su maquilladora y fotógrafa Lilia Lemoine. El sello no pasó las primarias. Y como Milei había sacado el 13 % en CABA, Cusanelli no dudó en cruzar la General Paz y dedicarle su tiempo a la campaña liberatriana de cara a las generales.
Cuenta la biografía no autorizada de Milei que “durante las elecciones del 2021 ‘Cachi’ pagó de su propio bolsillo la logística y el traslado a los actos, contrató autos, combis e incluso el convoy que Milei usó para su ciclo de ‘clases abiertas de economía’ en el Parque Centenario. El motociclista también repartía sobres de dinero a los popes de la campaña, y en especial a los más cercanos al líder del espacio”.
Cusanelli, a su vez financió la seguridad de los actos de campaña. Sobre todo el de aquella noche de festejos en el Luna Park. Bajo sus órdenes actuaron tanto el pistolero del escenario como los patovicas que seleccionaban en las puertas quién podía entrar y quién no. Por una directiva de "Cachi", en el evento no flamerían más banderas que las que él había mandado a confeccionar, con un león amarillo estampado junto al apellido Milei. Ni siquiera las del mismísimo Partido Libertario pudieron ingresar.
La crónica de La Nación sumó otro hecho vivido en aquella bacanal. “También tuvieron que sacar a Gustavo Durini, uno de los candidatos que se encontraba, según testigos, borracho y estaba generando desorden dentro del Luna Park”. Los hombres de Cusanelli se encargaron de llevar al militante a las bambalinas del estadio hasta que que recompusiera su sobriedad.
Cusanelli de visita en el Vaticano
Los favores de Lombardi
Tal como lo detalla González en su libro, aquella noche hubo más cosas turbias en el Luna, como la propia contratación del estadio. Desde LLA le pagaron a la empresa JLYS SRL $ 453.750 por el uso de todas las instalaciones durante las horas que duró el evento. Al menos así consta en la rendición oficial de gastos de campaña. Pero en aquellos tiempos, si un productor de espectáculos artísticos o deportivos quería alquilar el Luna debía desembolsar no menos de $ 8 millones. Milei y compañía pagaron 16 veces menos.
Y hay más. Para esa noche LLA también contrató por $ 1.030.015 a Macro Insumos y Soluciones S.A.. Oficialmente el partido de Milei informó que se le pagó por “servicios empresariales no clasificados”. El tema es que la empresa, según su inscripción en la AFIP, se dedica a importar y exportar insumos médicos. Nada que ver. Además, figura sin empleados y carece de sitio web y redes sociales.
Pero vale detenerse en JLYS SRL. En 2020, su propietario Sebastián Lombardi firmó un contrato con el Arzobispado porteño por el cual su empresa pasaría a encargarse de la organización de las fechas del estadio. Desde el principio fueron habituales los encontronazos entre la Curia y el “productor”. Diferencias en la planificación de eventos, pérdida de clientes históricos como el Disney on Ice y hasta superposición de espectáculos en una misma fecha. El contrato terminó rompiéndose en 2022 y Lombardi denunció al Arzobispado por “desbaratamiento de derechos acordados”.
El punto es que Lombardi, el que le negó el alquiler del Luna a otros espacios políticos pero a Milei de lo dejó regalado, no parece un tipo de fiar. De profesión abogado, durante su juventud fue íntimo amigo de barrabravas de River que terminaron condenados por asesinato. Ya adulto, abrió empresas de los más diversos rubros, desde producción de programas televisivos a servicios de limpieza. Según la investigación de Juan González, muchas de esas firmas, como la misma JLYS, legalmente figuran “sin empleados”.
Puede ser casualidad, pero tras la ruptura de contrato de la Iglesia con JLYSMilei no volvió a pisar el Luna Park, hasta este miércoles. En 2023 hizo sus cierres de campaña presidencial en el Movistar Arena y en el centro de Córdoba Capital. Y el búnker lo montó en el Hotel Libertador de su amigo Eduardo Elsztain.
El autor de El Loco afirma en la página 28 del libro que “el Luna Park podría ser la mirilla desde la cual observar el verdadero rostro de La Libertad Avanza”. Un año después de la salida de ese libro, la sentencia no perdió vigencia.
Es probable que en la vuelta de Milei al Luna para presentar su libro haya influido la reciente reconciliación del libertariano con el Papa. Cuando aún estaba en el llano, Milei no dudaba en caracterizar a Bergoglio como la representación del “Maligno” en la Tierra. Pero como presidente terminó arrodillándose ante “su Santidad” en el Vaticano. Y se sabe que el gatito no da sus mimos gratis.
Nuevamente Milei y su troupe pagarán mucho menos por su show de lo que pagan otros. En una nota del diario Clarín, el periodista Guido Carelli Lynch informa que por el evento de la presentación de su nuevo libro el Presidente pagará apenas $ 8 millones, lo que debería haber pagado hace dos años y medio. “El precio es una verdadera ganga si se tiene en cuenta que las luces para un show internacional pueden llegar a costar el doble”, afirma la crónica.
Extracto tapa Noticias 17 de mayo
Por si fuera poco, el plagio
Si todo lo que rodea a Milei tiene el tufo de la mentira, parece que lo que él mismo produce directamente apesta. El Presidente fue denunciado por copiar y pegar en varios de sus libros párrafos y hasta páginas enteras que en verdad pertenecen a otros autores, incluso algunos a los que él admira y llama a leer.
De los doce libros que oficialmente figuran de su autoría, tal vez los únicos que no están sospechados de plagio son los cuatro que entre 2016 y 2019 escribió junto a su examigo Diego Giacomini. El ultraliberal profesor de economía de la UBA es quien en 2021, mientras Milei escalaba políticamente, terminó acusándolo de “defección, inconsistencia, contradicciones, falta de ética e inmoralidad”. Hasta lo igualó a personajes como Hitler y Stalin en términos de mesianismo violento y autoritarismo sin límites.
Es tal la creencia de Milei en su impunidad que hoy presenta en el Luna Park, ante miles de personas, un nuevo libro que apenas salido a la calle ya está tildado de plagio. Bajo el título “Javier Milei, el gran plagiador”, el periodista Tomás Rodríguez publicó en la revista Noticias una nueva denuncia contra el Presidente por robo de ideas y palabras.
“Capitalismo, socialismo y la trampa neoclásica, tiene plagios. Y no sólo no es la primera vez que lo hace, sino que en esta ocasión dio un paso más allá: ahora llegó a copiar fragmentos de un investigador del Conicet, el mismo organismo que su gobierno parece empeñado en clausurar”, dice Rodríguez. Habla del economista Fernando Toledo, que en 2007 publicó un ensayo en el libro Teorías Económicas sobre el mercado de trabajo II editado por Fondo de Cultura Económica. El Presidente le plagió un párrafo entero.
Otros diez párrafos se los robó al libro Demanda por dinero: Teoría, evidencia, resultados, escrito en 2000 por los profesores de la Pontificia Universidad Católica de ChileVerónica Mies y Raimundo Soto. Y hay varios párrafos “que figuran casi textuales en distintos archivos de la página Studocu”, un sitio de papers y apuntes usado por miles de estudiantes para sus trabajos prácticos.
Este martes le preguntaron a Adorni qué tenía para decir de las acusaciones de plagio que pesan sobre su jefe. “Todo está enmarcado en el respeto a la ley de propiedad intelectual, no hay nada que se pueda objetar”, respondió el inefable funcionario con rango de secretario de Estado. Otra cosa no podría decir, al menos públicamente. Plagiar es un delito por el que, según el artículo 172 del Código Penal, quien lo haga puede terminar con una pena de hasta seis años de prisión.
