Compartimos con nuestros lectores el siguiente artículo escrito por el profesor Francisco Bustamante de la Universidad de la República, acerca de la polémica sucitada a partir del caso Spectorowsky, en dicha institución educativa.
El martes pasado al ver las noticias mucha gente se habrá sorprendido. Autoridades universitarias acudieron a la Comisión de Enseñanza de la Cámara de Representantes a dar explicaciones sobre un hecho que ni siquiera había sucedido. Un diputado del Partido Colorado destacado por su persecución a la Educacion Pública deseaba saber qué había sucedido con un curso en el que iría a participar el Sr. Alberto Spectorowsky.
Fue sorprendente la actitud de diligente reverencia que exhibió el Rector Arim a apaciguar a elementos retrógrados, enemigos confesos de la Universidad y de toda la Educación Pública. En medio de sus declaraciones, se interrumpió para decirle sonriente a un periodista que había sido llamado por el Presidente de la República. Contrastaba esa actitud con su rostro desencajado y colérico cuando se refería a los estudiantes que se habían atrevido a difundir públicamente las palabras del Sr. Spectorowsky, a eso lo llamó “actitudes de acoso que ha sufrido el Profesor Spectorowsky”, ¡pero si el propio implicado se encargó de repetir su defensa de la carnicería de Gaza, con leves retoques en los medios uruguayos!
Da mucha pena porque la tradición universitaria ha sido muy distinta, en cuanto hubo en nuestra historia personas que supieron plantarse con hidalguía frente a los desbordes autoritarios del Poder. Los casos y personas que se citan son suficientemente conocidos por quienes han seguido la evolución de las actitudes de las autoridades universitarias en la Historia, pero conviene no olvidarlos.
* En 1933 cuando se produce el Golpe de Estado de Gabriel Terra, Emilio Frugoni, Decano de la Facultad de Derecho y legislador y principal dirigente del Partido Socialista, Emilio Frugoni, ocupó con sus estudiantes la facultad. Fueron rudamente desalojados por la policía y el decano terminó preso y luego exiliado en Argentina.
* En 1958 en una de las movilizaciones estudiantiles para lograr la aprobación de la Ley Orgánica que consagró la autonomía y el cogobierno de la Universidad de la República, la policía cargó sobre los estudiantes que se refugiaron en el edificio central de la Facultad de Derecho, si no fuera que el mismo Rector y también dirigente del Partido Socialista, el Dr. Mario Cassinoni con un revolver en la mano se plantó en forma desafiante en las escalinatas disuadiendo a la policía de entrar (Marcha, 3 de octubre de 19589.
* El Ingeniero Oscar Maggiolo fue Rector de la Universidad de la República entre 1968 y 1972 enfrentó la violencia del gobierno de Jorge Pacheco que costó la muerte de varios estudiantes cediendo en varias ocasiones el edificio central universitario como lugar de velatorio de los mártires estudiantiles. Tan comprometido fue su accionar que cuando el Golpe de Estado cívico-militar de junio de 1973, marchó al exilio donde murió en Venezuela en 1980.
* Su sucesor fue el Contador Samuel Lijstenstein, tuvo que exiliarse cuando la Intervención de la Universidad. A su retorno, retomó el Rectorado entre 1985 y 1989. Yo lo vi con mis propios ojos, acompañar marchas por los derechos humanos junto al Decano de la Faculta de Derecho el Dr. Alberto Pérez Pérez.
La Universidad tuvo otros dirigentes que valientemente se enfrentaron a las autoridades nacionales. Por cierto, que no se comparan ni por asomo las circunstancias políticas que les tocó vivir a los de antes con los de hoy en día. Simplemente es lícito pensar que la memoria de aquellos rectores y decanos podría haberle inspirado un poco más de dignidad republicana y no mostrarse tan complaciente con las andanadas reaccionarias de algunos diputados.
Movió la cola al Poder y descargó su furia hacia los estudiantes que se habían limitado a difundir su rostro, difundir sus palabras que ya las había dicho antes de proponerse su contratación. Mencionó el Rector los sumarios estudiantiles –que nada tienen que ver con el caso Spectorowsky— para exhibirlos de prueba de que la Universidad de la República emprende el camino de la represión frente a la disidencia. Nuestra máxima casa de estudios elige defender a justificadores de genocidio y castigar a quienes lo ponen en evidencia y denuncian el genocidio.
Por ahora siento mucha pena y renuevo mi compromiso de procurar que alguien al que 20mil, 30mil, 100mil muertos, no son suficientes para realizar un genocidio, no sea docente de la Universidad de la República porque ésta en su Estatuto del Personal Docente (art. 7) dice: “Para desempeñar funciones docentes se requiere capacidad probada e idoneidad moral.” ¿Cuál es la idoneidad moral de Spectorowsky?