"Si no hay pan, que haya circo". Esa parece ser la máxima que guía en este momento todas las acciones de Milei y su gobierno, cosa que volvió a quedar clara en la noche de este miércoles en el Luna Park. Un show extremadamente bizarro que, a pesar de los esfuerzos de la organización que puso micros para trasladar a la gente y repartió las entradas de manera gratuita, no logró llenar el estadio que cuenta con una capacidad de ocho mil personas.
Con varios claros en las tribunas y un campo por donde se podía caminar tranquilamente gracias al espacio libre que había, Milei salió cerca de las 21:15 a cantar Panic Show, el famoso tema de La Renga por el que la banda lo cruzó en más de una oportunidad. "Hice hacer esto porque quería cantar", dijo al salir al escenario antes de darse el gusto. Los caprichos del presidente no solo demandaron una importante cantidad de dinero en la organización del evento, que no está muy claro como fue financiado, sino un importante operativo de seguridad con una gran cantidad de efectivos de la Policía de la Ciudad que desplegó Jorge Macri. Para algunas cosas parece que sí hay plata...
Luego de su momento de rockstar frustrado, Milei comenzó con su discurso agradeciendo a quienes se hicieron presentes en lo que llamó "la fiesta de la libertad" y en especial a Federico Sturzenegger, para luego dar paso a la presentación de su libro. A lo largo de una hora, combinó alusiones incoherentes e inconexas a distintos autores económicos que suele reivindicar, en medio de nuevas denuncias de plagio. Todo esto combinado con elogios a sí mismo y todo tipo de exageraciones de lo que él considera sus "logros". Pero ese tipo de sobrevaloraciones de su actividad, e incluso de su persona, son la contracara del momento actual que atraviesa el gobierno libertario, que a cada paso que da desnuda la enorme fragilidad que lo caracteriza. Sin ir más lejos, unas horas antes del acto esto volvió a quedar claro cuando el plenario de comisiones del Senado volvió a dejarlo sin dictamen para la Ley Bases luego de completar la tercera semana de discusión sin avances
En medio de su discurso, aburrido y monótono en la mayor parte del tiempo salvo algunas pocas arengas, varios de sus seguidores comenzaron a retirarse. Pero si la convocatoria no fue lo que se esperaba, la reproducción del discurso por streaming y TV no fue muy diferente. El canal oficial apenas superó los 12 mil usuarios conectados en simultáneo y las señales de noticias de TV abierta dejaron de pasarlo en su transmisión. Apenas una pequeña muestra del poco entusiasmo que generó el discurso presidencial, que presentó la movida como algo histórico y terminó exponiendo que el entusiasmo de quienes hace meses lo adulaban ya no es el mismo.
Sin embargo, lo más importante tiene que ver con la enorme distancia con la realidad que vive Milei y sus funcionarios respecto a la enorme mayoría de la población que es la que hoy paga el ajuste y las consecuencias de sus medidas. La puesta en escena no solo fue bizarra por su contenido sino por su contexto, con una crisis económica cada vez más profunda, una pobreza que está al borde del 50%, una recesión que se profundiza y los despidos que empiezan a crecer como una de las principales consecuencias.
¿Cómo caerán los caprichos y las canchereadas del presidente en la provincia de Misiones, que hoy tuvo marchas en Posadas y otras ciudades y hasta la toma del Ministerio de Salud por parte de la rebelión de docentes, enfermeras, estatales y otros sectores de trabajadores? Para colmo, este jueves 23 deberá afrontar el paro de la docencia en todo el país que vienen exponiendo los salarios de indigencia que cobran en la mayoría de las provincias además de los reclamos por la falta de presupuesto y las pésimas condiciones estructurales que atraviesa todo el sistema educativo.
El show patético de Milei y sus payasos, con sus laderos Adorni y Espert a su lado, no logra disimular las dificultades cada vez mayores que enfrenta a medida que avanza la crisis. Hay quienes leen y quienes buscan, intencionadamente, transformar la presentación en el Luna Park como un acto de consolidación y de fortaleza en medio del ajuste. Pero la realidad es diferente y muestra todo lo contrario: cuanto más intentan agigantar sus "logros" y resaltar lo que ellos consideran "virtudes", es porque son mayores las contradicciones que tienen por delante. |
