Era el martes 22 de mayo y suena como tantas veces el whatsapp. Pero esta vez es un video que, dicen, es de obreras que ocuparon una fábrica textil. Lo ponemos para verlo. “Estaban preparando todo para llevárselo. Estaban todas las máquinas preparadas para llevárselas. Así que nos enteramos y vinimos todos”, se escucha a una trabajadora. Parece mentira. No que la patronal haya intentado hacer eso, sino que vemos el video y nos vemos a nosotras mismas. Es nuestra misma historia.
Sigue el video. “Los empresarios se llenan los bolsillos con los subsidios, dos años los financió el gobierno. Defendamos nuestro trabajo. Tomamos la fábrica, sí. Las maquinas no son de los empresarios… ¡Son nuestras, las máquinas son nuestras! ¡Esto es nuestro!”. Definitivamente, esto ya lo conocemos.
El 31 de enero de 2017 a la noche nos llegó un rumor similar. Al otro día teníamos que retomar el trabajo porque se terminaban las vacaciones, pero decían que estaban retirando camiones de la planta. Nos llamamos entre nosotras y salimos algunas para allá. Nos acompañaron obreros de la cerámica Zanon bajo gestión obrera, el diputado Raúl Godoy del PTS-FITU, también obrero de Zanon, y nuestras abogadas del CeProDH.
La imagen era muy parecida a la que describen ustedes desde Catamarca. Se estaban llevando las máquinas. La patronal y sus abogados estaban adentro, y cuando nos vieron huyeron por atrás, literalmente como ratas. No lo dudamos. Saltamos los portones y entramos. Vimos todo incrédulas. Estaban vaciando literalmente la fábrica, la noche anterior a que volviéramos.
Primero fue un momento de angustia, pero después empezamos a organizarnos. Guardias las 24 horas para impedir que vuelva la patronal ni entre la policía. Salir a cortar la ruta, volantear para informar a la comunidad, recorrer las universidades, impulsar el Fondo de Huelga, los “maquinazos” en Casa de Gobierno para mostrar nuestro trabajo y exigir respuestas, empezando porque devolvieran “la máquina a la obrera”. Fueron 10 meses de una larga lucha. Pero ganamos, nos quedamos con nuestras máquinas y nuestros puestos de trabajo, y hoy conformamos la gestión obrera Traful Newen.
Pero si esto fue posible fue porque no estábamos solas. En Neuquén existen desde antes tres experiencias de fábricas bajo gestión obrera, empezando por la emblemática Cerámica Zanon que surgió en el 2001 como respuesta a la crisis, los cierres y despidos, siguiendo por otras dos cerámicas, Stefani y Cerámica Neuquén. Ellos estuvieron desde el primer día, transmitiendo su experiencia, poniendo el cuerpo en cada guardia, al frente ante cada intento de la patronal de volver a la fábrica.
Junto a ellos estuvieron otros trabajadores y trabajadoras, sindicatos y movimientos sociales. Las y los docentes de ATEN votaron en sus asambleas el apoyo a nuestra lucha, y hasta organizaron salir en una de sus marchas desde la puerta de nuestra fábrica tomada, para recorrer caminando los 7 kilómetros que nos separan del centro de la ciudad. También nos donaron rollos de tela para retomar nuestro trabajo, y compraron las pecheras que hacíamos para sostener el fondo de lucha, al igual que enfermeras y trabajadores de la salud que nos compraban nuestros ambos para el trabajo.
Las y los estudiantes también dijeron presente en cada guardia, organizando junto a artistas actividades culturales en la fábrica, para nosotras y también para nuestros hijos e hijas. Nos llevaron a recorrer las aulas de colegios y facultades, que muchas conocieron por primera vez.
Y nuestras familias y la comunidad en general fueron determinantes. Cuando conocieron nuestro reclamo, con cada panfleto, conferencia de prensa, movilización o “maquinazo”, se pusieron incondicionalmente de nuestro lado y nos defienden hasta el día de hoy. Se acercaban todos los días a traer un alimento para sostener un plato de comida para nosotras y nuestras familias durante un año que duró la lucha.
A pesar que desde nuestro sindicato SOIVA no nos acompañaron en la lucha, nunca estuvimos solas, por el apoyo de la comunidad y otros sectores de trabajadores y trabajadoras. Por eso queremos resaltar eso, que lleven el conflicto hacia afuera, defiendan la fábrica pero no se encierren en ella, ahí van a encontrar el apoyo que necesitan.
Compañeras de Textilcom, les queremos hacer llegar, aunque sea brevemente, esta experiencia, nuestra experiencia, para decirles que sí se puede. Que tienen razón, las máquinas son de ustedes, la fábrica es de ustedes. Sin los patrones las fábricas funcionan, sin trabajadores ni trabajadoras, no.
Si las y los trabajadores nos unimos, si buscan el apoyo de otros sectores y de la comunidad, su lucha va a ser imparable. Lo vemos en Misiones, lo mostraron las y los estudiantes universitarios, las mujeres cuando salimos juntas al grito de Ni Una Menos. Cuenten con nosotras. Vamos a difundir su lucha acá en Neuquén, si deciden impulsar un Fondo de Lucha para que nos las quiebren por hambre ahí vamos a estar aportando, si quieren compartir experiencias, acá estamos para contarles la nuestra y escuchar y aprender de la de ustedes.
¡Viva la lucha de Textilcom! |
