Después de los sangrientos bombardeos del domingo contra un campo de refugiados palestinos en Rafah que estremecieron a todo el mundo, Israel volvió a bombardear este martes otro campo de refugiado asesinando a al menos 22 personas, en su mayoría niños y mujeres.
Según diversos medios al menos 21 palestinos murieron mientras se refugiaban en una zona que alberga tiendas de campaña de familias desplazadas, en la zona humanitaria designada de Mawasi, al oeste de Rafah. Los medios libaneses enumeran al menos doce mujeres entre las víctimas y decenas de heridos. Por la tarde del martes, el Ministerio de Salud de la Franja de Gaza anunció que había al menos 64 heridos, 10 de ellos en estado crítico. Además, según la cadena Al-Jazeera, al menos dos trabajadores sanitarios murieron este martes tras otro ataque israelí, lo que obligó a cerrar el Hospital Kuwaití, el principal hospital activo en la Franja de Gaza.
Un nuevo bombardeo sangriento que se produce cuando las escenas apocalípticas de la víspera conmocionaron al mundo entero, con 45 personas muertas y numerosos niños, incluidos bebés, decapitados e incinerados por el fuego israelí, lo que obligó a la llamada comunidad internacional y a presidentes de diferentes países a demarcarse de Netanyahu. Ante el escándalo, este último habló de un “trágico error” con el más profundo cinismo, mientras más de 36.000 habitantes de Gaza han muerto desde el estallido de la guerra.
De hecho, estos bombardeos confirman la política israelí de avanzar en la ofensiva sobre Rafah, donde 1,3 millones de habitantes de Gaza han tenido que refugiarse. Lo hacen a tan solo unos días del fallo de la Corte Internacional de Justicia que exigía frenar toda ofensiva en Rafah, mostrando que estas resoluciones son impotentes ante un Estado que no los reconoce, o que los lamentos de las principales potencias son hipócritas mientras sus Estados y empresas siguen armando y finainciando a Israel, siendo cómplices del genocidio en curso.
La mañana de este martes 28 de mayo, tanques israelíes entraron en el centro de Rafah y se observaron varios movimientos de tropas. Una ofensiva terrestre sobre la ciudad, último refugio de los palestinos en Gaza, sería una verdadera catástrofe humanitaria y obligaría a los civiles a huir a Egipto. La situación en la frontera también es especialmente tensa, con dos soldados egipcios muertos tras intercambios de disparos con el ejército israelí, según informa el periódico Middle East Eye.
Pero independientemente de la presión internacional y de las dificultades que entraña la operación, Netanyahu quiere demostrar con este nuevo bombardeo que está dispuesto a todo para expulsar a los habitantes de Gaza del territorio y llevar a cabo su proyecto colonial en la Franja. Los gobiernos que durante meses han recalcado el “derecho incondicional de Israel a defenderse” son cómplices del genocidio. En paralelo crecen las movilizaciones de repudio internacional, con acciones como las que se vienos en Francia, Gran Bretaña, Estado español, Turquía, Jordania, Irak, Italia, Alemania y Estados Unidos, entre otros.
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