El pasado 20 de mayo, en el marco de las jornadas académicas por el día del estudiante y en vísperas del 110 aniversario de la Batalla de Zacatecas (23 de junio de 1914), la Unidad Académica de Historia de la UAZ fue la sede de la presentación del libro “México en Llamas (1910-1917). Interpretaciones Marxistas de la Revolución” de Ediciones Armas de la Crítica y el Instituto del Pensamiento Socialista.

El evento contó con la asistencia de cerca de 40 estudiantes —mayoritariamente de la licenciatura en historia—, docentes, así como los comentaristas de la obra y, de manera virtual, del coordinador y coautor de esta, Pablo Oprinari.

La moderación corrió a cargo del Dr. David Valerio Miranda de la Unidad Académica de Filosofía, mientras que los comentarios del libro fueron hechos por los académicxs e investigadores del departamento de historia de la Universidad, la Dra. Liliana Libertad Tarango y el Dr. José Jacobo Bernal, así como por el corresponsal de La Izquierda Diario, Norberto Soto Sánchez.

Este último destacó que, como interpretación marxista de la Revolución Mexicana, el libro es una respuesta transgresora al academicismo que, desde los gobiernos priistas, posteriormente panistas y —de cierta forma, aunque con matices propios— ahora morenistas, ha instaurado una versión canónica del proceso revolucionario mexicano de 1910-1917 la cual ha ignorado el eje analítico de la lucha de clases, despolitizándolo.

Otra de las cualidades de la obra que se mencionó es que, de hecho, es un trabajo pensado para brindar a nuevas generaciones de trabajadores, estudiantes y jóvenes la posibilidad de acercarse al estudio y conocimiento de la revolución desde un punto de vista crítico y complejo que toma en cuenta los antagonismos irreconciliables entre las clases sociales que se enfrentaron en la Revolución Mexicana.

De igual forma, se dijo, en “México en Llamas”, se considera a la Revolución Mexicana como un proceso interrumpido que, aunque con las limitaciones que implicó la ausencia de una dirección proletaria, tuvo una dimensión anticapitalista, misma que encontró su mayor expresión en la Comuna de Morelos.

Por su parte, la Dra. Liliana Libertad llamó la atención en el análisis que el libro ofrece sobre la conformación de los rasgos económico-políticos del porfiriato a partir de las contradicciones del capitalismo mexicano de la época y a las cualidades que le daba la ley del desarrollo desigual y combinado.

La Dra., además, se refirió a las publicaciones oficialistas que en el centenario de la Revolución Mexicana abundaron, mismas que planteaban una narrativa ad hoc a los intereses gubernamentales. En ese sentido, mencionó, este libro ofrece una versión distinta del estudio de este momento histórico en la cual las y los estudiantes, a través de las plumas de reconocidos intelectuales marxistas como Manuel Aguilar Mora, Adolfo Gilly, Óscar Fernández, y los autores del libro como Jimena Vergara, Sergio Moissen, y Pablo Oprinari, podrán encontrar un ejemplo de la aplicación del método marxista. La Dra. Libertad destacó el artículo de Jimena Vergara titulado “Rebeldes e insurrectas” en el cual se expone un punto de vista desde el feminismo marxista en torno al papel de la mujer en la revolución.

Finalmente la investigadora se dirigió a los estudiantes para mencionarles que en la obra encontrarán documentos muy valiosos para el ojo historiador, tanto en lo que respecta a la forma en que desde el marxismo se analizó a la Revolución Mexicana a finales de la década de 1930, como en lo que se refiere a documentos clave de las distintas facciones revolucionarias, como lo son el Manifiesto de la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano (1911), el Plan de Ayala (1911) del Ejército Insurgente (también conocido como Ejército Libertador del Sur), el Decreto sobre confiscación de bienes (1913) expedido por el General Francisco Villa, la Ley Agraria del General Francisco Villa (1915), así como la Ley Agraria del General Manuel Palafox.

Posteriormente el Dr. José Jacobo Bernal aseguró que, para él, desde el punto de vista de la historiografía contemporánea, en este libro las y los estudiantes podrán encontrar un ejemplo claro de cómo el método incide en la manera en que se hace historia, pues el método tiene que ver con la manera en que se politiza la discusión sobre un periodo histórico. En ese sentido el Dr. Aseguró que había que quitarse la idea de que la historia debe ser objetiva, aséptica, y de que no debe ser política, puesto que el historiador se asume desde una trinchera política.

El Dr. Jacobo también recordó cómo a partir de la caída del Muro de Berlín se dio la crisis de los paradigmas en historiografía, a partir de lo cual se empezó a cuestionar sobre la utilidad de la historia.

Dentro de esos cuestionamientos hubo quienes dijeron que el marxismo estaba desfasado y que ya no podía aportar más, sin embargo, enfatizó el investigador, “el marxismo no es obsoleto”, tiene herramientas valiosas para entender los procesos históricos y la historia del presente, así como para transformar el contexto en el que vivimos. Sobre esto último llamó la atención en torno al surgimiento del artículo 27 de la constitución —que emerge por las demandas de justicia agraria en la revolución— y cómo su modificación en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari está generando una reconcentración de la tierra que “nos está llevando a la creación de minifundios”, a lo cual había que hacer frente no solo calmando nuestras consciencias a través del estudio de las revoluciones, sino siendo revolucionarios.

Por último el coordinador y coautor del libro, Pablo Oprinari, dijo que la obra nace de una preocupación en el centenario de la Revolución Mexicana —durante el sexenio panista de Felipe Calderón— donde los homenajes estaban vaciados de contenido, desvirtuando su carácter como la más grande revolución de la primera mitad del siglo XX en América Latina y que había marcado en ese momento la irrupción de las masas, particularmente de las masas campesinas, intentando tomar en sus manos la resolución de sus destinos trastocándolo todo, tal como fue la dinámica de la Revolución Mexicana.

Lo que recorre todo el libro, afirmó el autor, es una perspectiva de clase no solo en el sentido de la participación de los sectores populares en la revolución —tal como de hecho ya se había realizado, incluso desde los historiadores del régimen priista—, sino que contiene una perspectiva clasista porque en la obra se busca explicar la Revolución Mexicana —su emergencia, su surgimiento y dinámica, e incluso sus resultados— a partir de entender los antagonismos de clase como su motor fundamental, así como entender el proceso revolucionario como un proceso de crisis y transformación social en el cual surgieron y se posicionaron las clase subalternas en oposición a otras clases y fracciones de clase las cuales terminaron triunfando y van a moldear el Estado postrevolucionario de acuerdo a las circunstancias y su proyecto político.

Oprinari comentó que se trata de entender la revolución en función del antagonismo de clase que cuestiona las bases del joven y atrasado capitalismo —como formación compleja que no puede entenderse como un “capitalismo puro”— que no se detuvo en la obtención de reformas de tipo democrático-político. Asimismo, refirió que además de retomar a la tradición de los autores que se incluyen en la obra, se discute con ellos —así como con las ideas de José Revueltas—.

Pablo dijo que el libro también buscó debatir con las perspectivas predominantes de la revolución, las cuales buscaban establecer una relación causa-efecto entre la revolución y el Estado posrevolucionario cuya mayor expresión fue la frase del régimen priista que pregonaba que era “la revolución echa gobierno”.

Oprinari también mencionó que para el libro se realizó un análisis de la estructura económico y social del periodo prerrevolucionario tratando de entender la articulación compleja que había entre el influjo del capital imperialista y los elementos incipientes del desarrollo capitalista y cómo se mantuvieron y articularon con formas de explotación precapitalistas particularmente en el campo.

Las contradicciones entre los intereses de clase en el proceso revolucionario pueden verse de manera clara, continuó el coordinador de la obra, en los momentos en los que tanto el porfirismo como las fracciones antiporfiristas burguesas, por sus intereses de clase, no podían atender las esperanzas de las masas oprimidas, particularmente en su sentir respecto a la justicia agraria.

Finalmente, todos y todas las participantes coincidieron en que, por ejemplo, en el caso de la batalla de Zacatecas, además de su importancia militar, también resalta su relevancia política desde el punto de vista de la lucha de clases: ya que el ejército federal fue derrotado por uno de los más grandes ejércitos de campesinos de la historia (la División del Norte), dirigido por un general campesino, Pancho Villa, que tomó Zacatecas desobedeciendo las órdenes de Carranza es decir, de un dirigente burgués.

En ello destacó el papel del general Felipe Ángeles, quien “traicionó” a su clase poniendo sus conocimientos militares (secretos de casta) al servicio del ejército revolucionario de los campesinos insubordinados contra las órdenes Carranza.

En las páginas de “México en Llamas” el lector encontrará una visión sobre la revolución como un proceso de crisis y transformación, donde se lleva a cabo también reflexiones de orden estratégico y sobre posibles horizontes de emancipación, mostrando que las masas en cualquier momento pueden tomar en sus propias manos las riendas de sus destinos.