La tendencia a favor de Claudia Sheimbaum es evidentemente irreversible. Las principales encuestadoras como Mitofsky, Parametria y Demotecnia, dan como mínimo 20 puntos a la candidata del Morena por encima de Xóchitl Gálvez.
Con dos dígitos de diferencia, a la oposición se le hace muy difícil argumentar un “empate técnico” sobre el cual basarse para impugnar la elección. Y el llamado voto indeciso, días antes de los comicios dificílmente podría cambiar las tendencias, pues el voto duro ya está definido y se expresó en las encuestas.
Visto así, la disputa del bloque “Fuerza y Corazón por México” -además de ir por puestos en el Congreso para impedir la mayoría calificada del Morena y sus aliados-, no es por la presidencia, sino por las gubernaturas, y por la principal de ellas: Ciudad de México.
Con relación a esta última, la oposición de derecha -sobretodo el PAN- o tiene una visión distorsionada de desgaste sufrido por la mala administración y la corrupción en varias de las alcaldías que ganaron en el 2021, o su optimismo responde a una política de propaganda que busca mostrar que sólo un fraude oficialista le arrebataría el control de las alcaldías -la mayoría de ellas de alta composición de clase media y clase media alta-, que tanto presume como contrapeso a quien ejerce como Jef@ de Gobierno. Además, perder algunas de esas importantes posiciones significarían un retroceso para la alianza de las fuerzas de derecha, que debilitaría cualquier estrategia de desgaste contra un nuevo gobierno morenista.
En Ciudad de México, al llevar Clara Brugada una ventaja de 10 a 12 puntos, la pelea será más reñida, por lo que aunque sean dos dígitos de diferencia, le permite a la oposición intentar judicializar los resultados de la elección, buscando apoyarse en la Suprema Corte de Justicia de la Nación y en sectores del INE, para demandar la impugnación en la entidad que hoy es su fuerte enclave político.
Por su parte, el Morena y sus aliados necesitan recuperar varias delegaciones para fortalecer la eventual gestión de Clara Brugada como Jefa de Gobierno, de modo que tenga un mayor control territorial político en la Ciudad de México, y en el Congreso de la entidad.
Y es que, aunque el Morena, junto con sus aliados, tiene la mayoría del Congreso capitalino -31 de los 66 que componen esa Cámara-, necesita una mayoría más amplia que acompañe las medidas o iniciativas de ley propuestas por la Jefa de Gobierno. Necesita mayor hegemonía para evitar reveses como el que impidió la ratificación de Ernestina Godoy al frente de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México.
Por todo esto, no podemos descartar que la alianza “Fuerza y Corazón” intente una mayor polarización en la capital, radicalizando sus métodos, para deslegitimar la elección capitalina.
Sin embargo, lo que en última instancia puede decidir esa situación, sería la relación de fuerzas que se establezca a nivel nacional como resultado general de las elecciones. Es decir, que si el Morena mantiene sus gubernaturas y controla una más -podría ser Yucatán-, y Movimiento Ciudadano mantiene Jalisco y Nuevo León, el bloque de derecha queda muy mal ubicado como para desarrollar una fuerte campaña de impugnación; incluso le sería contraproducente dadas las condiciones en que quedarían el PRI y el PAN el 2 de junio.
Tendría, en todo caso, que revertir el escenario de las elecciones estatales del 2021, donde, la 4T ganó siete gubernaturas. Eso implicaría que Morena tuviera un retroceso en esos estados -donde los candidatos oficialistas van arriba de la oposición-, retroceso que tendría que estar ligado necesariamente a un debilitamiento de AMLO. Sin embargo, el jefe del movimiento morenista termina su mandato con aproximadamente 60 % de popularidad -la mayor de los gobiernos de la región-, popularidad que le trasmite fuerza a sus candidatos en provincia.
Además, de darse un salto en la polarización en la capital, la movilización de las fuerzas de derecha sería menor a las de los sindicatos, y los movimientos populares y sociales que apoyarían a la 4T.
Lo ideal para el gobierno y sus aliados, sería un triunfo contundente de Clara Brugada en la Ciudad de México, que incluso provocaría una crisis al amplio arco de derecha que se ha formado en contra de la 4T.
Luego entonces, con todo y lo importante que sería para la oposición ganar la capital del país -una posición estratégica-, si no conquista otras posiciones estatales, además de que corre el riesgo de perder Yucatán, le costaría legitimar su política impugnadora.
Aún así, no podemos descartar la salida de la impugnación por parte del bloque de derecha -han intentado de todo con la campaña de rumores y calumnias: autoatentados, “golpe de Estado”, “molestia del ejército”, “narco presidente”, etc.-; tienen mucho que perder los sectores empresariales, políticos, medios de comunicación, e intelectuales ligados al PRI y el PAN.
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