Diccionario de la Real Academia Española:
Idiota: tonto o corto de entendimiento
Idiota: Engreído sin fundamento para ello.
También se puede usar como insulto, dice la Academia, pero no es mi propósito.
Estamos de acuerdo, Milei es un personaje creado y sostenido por la elite dominante. Un deficiente emocional que se cree emperador, rodeado de aplaudidores que, siguiendo su ejemplo de matón de discoteca, forman un grupo patotero, al servicio de los grandes capitales nacionales y extranjeros.
Guiado por “el jefe”, su hermana Karina (la patota gubernamental no dice “la jefa” porque le parece muy de izquierda), que entre una y otra sesión de médium, donde habla con Conan, el perro muerto intermediario de dios, según ellos mismos revelaron, Milei recita las cuatro fórmulas que se aprendió de los liberales originales (en realidad de sus divulgadores) y con su imagen de loco suelto, va por el mundo diciéndole a los que dominan como hay que dominar.
Ya sé que no se trata de resistir y rechazar sus medidas depredadoras resaltando su perfil psicológico. Que lo importante son las consecuencias nefastas para las clases populares, derivadas de su aparente o real locura idiota.
Comparto la teoría que sostiene la necesidad de la clase dominante de barrer todos los obstáculos “populistas”, “progresistas” o “democráticos” que le impiden acumular despiadadamente toda la riqueza que producen los trabajadores. Y que la timidez macrista y el medio pelo kirchnerista no fue suficiente.
Necesitaban un personaje suficientemente idiota (“engreído sin fundamento para ello”) como para arrasar con todo creyéndose un salvador de occidente, un enviado de “las fuerzas del cielo” para cambiar el rumbo no solo de Argentina, sino del mundo entero.
Un idiota profundo (“tonto o corto de entendimiento”), sin reparos para condenar al hambre y la miseria a la mayoría del pueblo argentino, con la excusa que, dentro de 40 años (según Marra, uno de sus descerebrados aplaudidores), se vean los resultados brillantes de una Argentina absolutamente liberal, liberada de “aberraciones” como la justicia social, donde” los mejores, los más fuertes, los más inteligentes, los más poderosos” vivan en una Argentina potencia, aplastando las cabezas de los vagos, los comunistas, los peronistas, los débiles y los que no entendieron eso de la libertad, la vida y la propiedad privada.
La crueldad del idiota
Es tanta y tan variada, que resulta difícil saber por dónde empezar. Por ejemplo los alimentos almacenados que se niega a repartir a las organizaciones sociales, que dan de comer a millones de personas indigentes, 17 millones y medio, pendientes de eso para sobrevivir.
El ajuste (o sea la guadaña) a las jubilaciones, que no alcanzan para cubrir la canasta familiar. Cuando el Congreso dio media sanción para reparar mínimamente, el daño inaceptable del gobierno a las jubiladas y los jubilados, apareció el enviado de Conan con su cara desencajada, para advertir que si finalmente se aprueba la ley reparadora, la vetará. “Me importa tres carajos”, dijo el Milei neofascista, llevándose por delante a la democracia y de paso al liberalismo que dice defender.
Inclusive, se vanaglorió ante una periodista estadounidense, de haber hecho” el ajuste más grande de la historia de la humanidad”. Y puso esa cara de idiota complacido, pagado de sí mismo, como si se tratara de un acto heroico. Como si Jack el destripador, se hubiera auto- elogiado públicamente por haber asesinado más y mejor que todos los criminales del mundo.
Como un emperador del subdesarrollo, como el Llanero Solitario de las “fuerzas del cielo” se enemistó con los gobiernos de Colombia, Chile, España, China, Bolivia, y con quienes se le pongan por delante, ya sea una jubilada que dijo que no le alcanza el dinero, una cantante o el Papa. Ataca a la cultura, al periodismo estatal y a los diputados a quienes califica de “ratas” que atentan contra el equilibrio fiscal. Se ve a sí mismo como un león justiciero contra las fuerzas del mal. Un león que tampoco come vidrio y se pelea con los de abajo; hacia arriba sufre una metamorfosis y se transforma en un gatito amaestrado, dócil y obediente.
La realidad patas para arriba
No solo la situación de las clases populares es desastrosa, sino que los números de la macro economía son también muy deficientes. Descenso notable en la actividad industrial, en la construcción, despidos masivos estatales y privados, merma considerable del consumo, cierre de pequeñas empresas, en fin, un panorama recesivo alarmante.
Por eso este gobierno apela al manido recurso de dar vuelta lo que es, lo que se ve, lo que se sufre y mostrar una realidad totalmente ficticia. No solo, sino también fantasiosa. Para eso cuenta con Adorni, el vocero oficial del gobierno y sobre todo de Milei. Todos los días Adorni, en conferencia de prensa, recita la doctrina anarco-capitalista y sanatea respuestas vagas a preguntas amables. Cuando se enfrenta a preguntas cuestionadoras de la gestión gubernamental, excepcionalmente, se enreda en un palabrerío incomprensible, con la intención de que todo entre en una aparente normalidad sonriente. Falsamente sonriente.
Si hay odios internos, que no se noten
Dicen las malas lenguas que Karina Milei, la presidenta adjunta como la llaman, es la que maneja los amores y desamores, las amistades y enemistades del hermano presidente, la que construye un muro de protección alrededor del anarco-capitalista de la modernidad. Tal vez por eso Villarruel, defensora de los militares asesinos de la última dictadura cívico-militar, exenta de la idiotez dominante y por eso mucho más cruel todavía, está como apartada por ambiciosa. Ella quería mucho más que la presidencia del Senado. Pero con Karina no se juega.
Pettovello, la cuádruple ministra y especialmente el apoyo emocional del descarrilado presidente con ataques de nervios en la intimidad, es la protegida del equipo, que salió a la cancha en su defensa cuando la evidencia y la justicia, la puso en tela de juicio por el asunto de los alimentos guardados y no entregados y otras cuestiones presuntamente vinculadas con la corrupción.
No obstante, en ese ministerio de la discordia, el del capital humano, hubo más de 30 despidos. El más sonado el de Pablo De la Torre, a quien culparon de todos los males y de todos los errores actuales, pasados y futuros.
Espert había dicho, antes de formar parte del gobierno, que para él Milei no es liberal, sino otro populista y además “la segunda marca del Kirchnerismo”. Cambió de opinión, pero Karina no lo ve con buenos ojos.
Milei había dicho de Bullrrich que era “una montonera que ponía bombas en los jardines de infantes”. Y de Caputo que “es un inútil que dilapidó 15 mil millones de dólares del Banco Central”. “Bueno, ya sabemos cómo es Milei, es su carácter, no tiene mucha importancia”, dicen los aplaudidores.
O sea, todo metido debajo de la alfombra. A ver hasta cuándo dura.
A todo esto, el pueblo
“No hay cosa más sin apuro que un pueblo haciendo la Historia”, cantaba Zitarrosa. En Argentina algo comenzó a moverse abajo. Los obreros despedidos se manifiestan, también los estudiantes, los docentes, los jubilados, la gente reclamando el pan que le roban, en Misiones se llenaron las calles de reclamos y represión. Bullrrich y Milei reprimen a mansalva, pero ¿hasta cuándo podrán hacerlo?
La idiotez es difícil de combatir, pero la crueldad y la injusticia no. Y en eso, el pueblo argentino tiene una larga experiencia.
Este gobierno ya ha sobrepasado los límites, no tiene con qué seguir engañando. |