Este sábado el ejercito israelí cometió una nueva masacre en la Franja de Gaza, en el densamente poblado barrio residencial Al Nuseirat, hoy un campamento de refugiados, donde fueron asesinados 274 gazatíes y quedando heridos más de 400 personas, por parte de los ataques tanto del ejercito de tierra israeli, como por los bombardeos en la zona. Testigos de la agencia oficial palestina Wafa hablan de un bombardeo “sin precedentes” que duró más de una hora en las zonas de Nuseirat, Deir al Balá, Zueida y Bureij.

Esta nueva masacre se sucedió en un operacion de rescate de 4 rehenes israelís, mantenidos cautivos por Hamas desde los ataques del 7 de octubre. El Ministerio de Salud en la Franja de Gaza señaló que la mayor parte de las víctimas son “mujeres y niños” quienes han estado llegando al Hospital de Al Aqsa. El portavoz de la Presidencia de la Autoridad Palestina, Nabil Abú Rudeina, describió el ataque israelí contra el campo de refugiados como una “horrible masacre”, y confirmó un “gran número de muertos y heridos”, señalando que “esta masacre es una continuación de la guerra genocida a la que está expuesto el pueblo palestino”.

Hasta incluso la cínica diplomacia europea, bajo el jefe de la politica exterior europea Josep Borrell, se pronunció sobre esta nueva masacre de palestinos, publicando por la red social X: "Los informes procedentes de Gaza sobre otra masacre de civiles son espantosos. Condenamos esto en los términos más enérgicos. El baño de sangre debe terminar de inmediato".

Este nueva masacre de palestinos, se une a los ataques solo de esta semana, como los de este miercoles y jueves, donde en el primero el ejercito israeli bombardeo los campos de refugiados centrales de al-Bureij y Maghazi dejando al menos 75 muertos, y asi el ataque del día siguiente donde Israel bombardeó una escuela de la ONU en Nuseirat en Gaza, asesinando a más de 40 palestinos, entre ellos 14 niños y 9 mujeres. Y todo esto a menos de quince días de la masacre sobre campamentos de refugiados en la ciudad de Rafah, en la que Israel quemó vivos a decenas de palestinos.

Como parte de su polítca de limpieza étnica sobre la población palestina, el Ejército israelí forzó el desplazamiento de 1,5 millones de gazatíes desde el norte de la Franja hacia la ciudad sureña de Rafah, diciendo que esa iba a ser una zona segura. Sin embargo, tras meses de destruir la infraestructura básica, las casas, escuelas y hospitales de la mayoría del territorio, el Gobierno de Netanyahu apuntó contra Rafah, sobre la que mantiene una brutal ofensiva desde hace 20 días. Esto forzó a un nuevo desplazamiento masivo de palestinos intentando buscar alguna zona segura en campos de refugiados, que ahora son atacados salvajemente por tierra y por aire.