El ministro israelí Benny Gantz anunció el domingo su renuncia al gabinete de guerra del primer ministro Benjamín Netanyahu que dirige el genocidio en Gaza, retirando la única fuerza de "centro" en la coalición de extrema derecha ¿Qué significa su salida?
La salida del partido centrista de Gantz no implica el derrumbe inmediato para el gobierno. Pero de si podría tener un impacto grave para Benjamin Netanyahu en una situación delicada, dependiendo de los sectores de extrema derecha del gobierno. Además, no hay un final a la vista para la invasión de Gaza y mientras que continua la escalada en los combates con el Hezbollah libanés.
El mes pasado, Gantz le presentó a Netanyahu una fecha límite del 8 de junio para elaborar una estrategia clara del “día después” para Gaza (es decir quién gobernará la franja) donde Israel ha estado presionando una devastadora ofensiva militar contra el movimiento palestino Hamas que gobierna Gaza. Pero Netanyahu hizo caso omiso del ultimátum mientras continuó con las masacres.
La dimisión de Gantz ha estado precedida por semanas de creciente presión sobre él por parte de miembros de su partido informó Haaretz. Muchos de sus asesores y colegas de partido argumentaron que debería haber dimitido antes y que el gobierno de Netanyahu ha retomado su conducta habitual en la que Gantz y sus socios no tienen influencia.
En su discurso en el que anunció su intención de dimitir, Gantz citó seis temas sobre los que exigió al gobierno que tomara decisiones importantes: la devolución de los rehenes, el derrocamiento de Hamás y la desmilitarización de Gaza, la decisión sobre un gobierno alternativo en Gaza, la posibilidad de permitir a los residentes del norte de Israel regresar a sus hogares, avanzar en la normalización con Arabia Saudita y adoptar un esquema para el servicio militar o nacional para todos los ciudadanos israelíes.
Sin Gantz, Netanyahu perdería el respaldo del bloque considerado dentro de la política israelí como “centrista” que ayudó a ampliar el apoyo al gobierno en Israel y en el extranjero, en un momento de creciente presión diplomática e interna a ocho meses de masacres en Gaza. Es decir, Gantz desde el 7 de octubre garantizó el gobierno de unidad nacional que dio luz verde al genocidio en Gaza.
Vale aclarar que se caracteriza a su coalición en los medios de comunicación como “centrista” en un marco de profunda inclinación a extrema derecha en todo el espectro político israelí. Se lo puede diferenciar de partidos que exigen completa aniquilación de los palestinos en Gaza, pero está lejos de exigir un fin de las hostilidades. Como explica un artículo del diario israelí Haaretz, Gantz funcionaba como un contra peso al ala más extrema del gobierno. De esta manera Netanyahu podría quedar sujeto a las presiones de personajes como Ben Gvir, representante de los colonos ultranacionalistas.
Si bien su coalición sigue controlando 64 de los 120 escaños del parlamento, Netanyahu ahora tendrá que depender más del respaldo político de los partidos ultranacionalistas religiosos, cuyos líderes incomodan a Washington, incluso antes de la invasión a Gaza, y que desde entonces han pedido una completa ocupación israelí de la franja.
Esto profundizará las dificultades ya evidentes de Estados Unidos – principalmente con el presidente Joe Biden- para controlar a su aliado en Medio Oriente. Además intensificaría la presión pública interna, ya que la campaña militar de meses de duración aún no logra sus objetivos declarados: la destrucción de Hamás y el regreso de más de 100 rehenes retenidos en Gaza. Cada semana, decenas de miles de personas se agolpan en la llamada Plaza de la Democracia en Tel Aviv y otros lugares del país para exigir un acuerdo de intercambio para liberar a los cautivos y la destitución del Primer Ministro Netanyahu.
La administración Biden consideró a Gantz como un interlocutor clave dentro del gobierno israelí durante mucho tiempo. Según un funcionario estadounidense que habló con Haaretz, Gantz presentó a la administración el argumento más convincente a favor de una operación israelí en Rafah, lo que en última instancia influyó en su decisión de no oponerse completamente a la incursión de las FDI en la ciudad más meridional de Gaza.
Las encuestas han mostrado que Gantz, ex comandante del ejército y ministro de Defensa, es el rival político más formidable de Netanyahu, cuya imagen como halcón de la seguridad quedó destrozada por el ataque del 7 de octubre de Hamas contra Israel. Además Gantz ha participado durante las protestas contra el gobierno de Netanyahu donde vienen participando familiares de los rehenes en Gaza.
De ninguna manera significa que Gantz sea opositor a las masacres en Gaza. Se trata de otro halcón que está acusado de crímenes de guerra, que ha puesto a ONGs de ayuda humanitaria en listas de organizaciones terroristas y que mantiene una línea histórica de ataques contra los palestinos.
Advirtiendo que el conflicto en Gaza podría durar años, instó a Netanyahu a acordar una fecha para las elecciones en otoño, para evitar más luchas políticas internas en un momento de emergencia nacional.
Gantz se unió a un gobierno de unidad poco después del 7 de octubre como parte del gabinete de guerra interno de Netanyahu, donde sólo él, Netanyahu y el ministro de Defensa, Yoav Gallant, tenían votos. El domingo, Gantz describió a Gallant, quien se ha enfrentado con Netanyahu y algunos ministros ultranacionalistas, como un líder valiente y lo llamó a "hacer lo correcto", aunque no dio más detalles sobre lo que eso significaba.
El Ministro de Seguridad Nacional de extrema derecha, Itamar Ben-Gvir, exigió el puesto ahora vacante de Gantz en el gabinete de guerra poco después de que se anunciara la renuncia. El ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, dijo en un comunicado que Gantz estaba dando a los enemigos de Israel lo que quieren. En este marco, Ben Gvir dice que la salida de Gantz es una oportunidad para "detener la política humanitaria" en Gaza, según Times of Israel.
Según expone el Haaretz, Gantz era visto por los funcionarios estadounidenses como un miembro algo agresivo del gabinete de guerra en lo que respecta a la cuestión del Líbano. "Cada diplomático que se reunió con él en los últimos meses le escuchó decir que no hay otra opción que intensificar los esfuerzos contra Hezbollah, incluso a costa de la guerra", dijo.
Existen pocos indicios de que la salida de Gantz cambie algo para los palestinos que si no mueren por las bombas lo harán de hambre en Gaza. Los israelíes todavía parecen apoyar la campaña militar, aunque marcadamente divididos en líneas políticas, pero pocos confían en que Netanyahu logrará sus objetivos de “destruir a Hamás” y liberar a los cautivos por medios militares.
Aunque Israel enfrente serias denuncias en la Corte Penal de Justicia, Estados Unidos y los Estados occidentales han seguido suministrando armas y dando apoyo diplomático a Israel desde que comenzó a bombardear Gaza en octubre, ignorando las acusaciones internacionales de “genocidio” y las solicitudes de órdenes de arresto internacionales para Netanyahu y Gallant. Incluso el aparente rechazo de un plan de alto el fuego presentado por Biden hizo algo para frenar apoyo de Estados Unidos a Israel en un momento de tensiones regionales sin precedentes en las últimas décadas.