Desde hace más de seis meses el gobierno pro empresarial de Lacalle Pou viene siendo cómplice de la medida de lock out patronal, que sostiene el puñado de parásitos responsables de la explotación pesquera en el país. Eludiendo las responsabilidades legales, como el respeto a la ley de pesca o a los acuerdos salariales. O sea, mano blanda para los empresarios y represión a los trabajadores que reclaman por sus derechos.
Para dejar bien claro su desprecio a los trabajadores el gobierno reprimió duramente a los trabajadores de la pesca, que se concentraron el pasado miércoles en las puertas del Ministerio de Trabajo, el saldo fue de numerosos trabajadores heridos, de balas de goma y golpes.
Como venimos sosteniendo desde hace meses desde La Izquierda Diario Uruguay, la situación de la mayoría de los trabajadores de la pesca es angustiosa, en donde la mayoría no tiene acceso ni siquiera al seguro de paro. Frente a una patronal históricamente explotadora y represiva, sometiendo a los trabajadores a condiciones laborales pésimas y extenuantes, evadiendo todo tipo de remuneraciones a los trabajadores y el Estado (licencias, prórrogas de seguro de paro, etc.), contando con la complicidad del gobierno de Lacalle.
El sindicato informó que realizó una denuncia penal frente a la represión sufrida el pasado miércoles, además denunció en un comunicado público y medios de prensa la situación de lock out patronal y la pasividad del gobierno frente a esta medida de los empresarios.
Estatizar la industria de la pesca y hacer respetar los derechos de los trabajadores
La protección estatal a esta casta de empresarios de la pesca, lleva ya décadas bajo la protección de los distintos gobiernos, hay que terminar ya con la protección de estos parásitos y poner en pie una industria de la pesca estatal, bajo control de los trabajadores.
Se debe hacer respetar y controlar las condiciones laborales, así como asegurar que la pesca se mantenga durante todo el año con el debido cuidado de las especies y evitando la depredación y la pesca que ponga en peligro el medio ambiente y la diversidad.
Las consecuencias de haber dejado la industria pesquera en manos de privados son evidentes, cualquier gobierno que continúe sosteniendo a este puñado de tránsfugas que lucran de los recursos pesqueros nacionales, será cómplice de todo este desastre que ya lleva décadas.
Una industria estatal bajo control de los trabajadores y toda la población, es la única salida de esta crisis, apuntando a garantizar precios accesibles que permitan incluir en la dieta popular el pescado y sus derivados, como parte de una alimentación de calidad para toda la población, y cuidando a su vez el medio ambiente y la propia diversidad de especies. |