El Poder Judicial es uno de los sectores más profundamente conservadores dentro de la política. Sus jueces y magistrados reciben sueldos millonarios y con prestaciones como viviendas y transporte, privilegios con los que no gozan la mayoría de los trabajadores o que, de tenerlos, suelen ser minúsculos en comparación con las condiciones de vida de los miembros del Poder Judicial.

La propuesta de reforma al Poder Judicial tiene en vilo a sus miembros y sectores de la derecha. En la mañanera de hoy, López Obrador afirmó que no piensa retroceder en su propuesta de reforma al mismo.

Están equivocados de manera respetuosa, quienes están pensando que vamos a dar marcha atrás al propósito de reformar el poder judicial que está podrido, que está dominado por la corrupción, sólo porque hay nerviosismo financiero. No, porque sabemos que si limpiamos el poder judicial, en el supuesto que tengamos desajustes en la paridad, al medio o largo plazo eso nos va a ayudar a todos.

Esto, además, debido a los dichos del ministro Luis María Aguilar, quien externó en redes sociales el ya mencionado nerviosismo financiero y que llevó al gobierno a presentarlo como parte del "Quién es quién en las mentiras de la semana" que cada miércoles se exhibe como parte de la mañanera. La respuesta de AMLO fue presentar fotografías del ministro siendo premiado por el gobierno de Calderón junto al infame Genaro García Luna.

Si bien es progresivo el proponer la elección de jueces, la estructura general del Poder Judicial no cambiará, pues seguirá siendo el andamiaje de un Estado que, como se enfatizó la mañanera de hoy, no pretende expropiar ni eliminar la propiedad privada.