Se cumplen 55 años de las revueltas de Stonewall, cuando lxs LGBTTTI+ nos movilizamos, enfrentando a la policía, como consecuencia de años de hartazgo por la violencia por la policía con complicidad de la Iglesia y el Estado. A más de medio siglo de lucha, las demandas de Stonewall siguen vigentes.
Si bien en el último año, hemos visto avances en los derechos como en el matrimonio igualitario que se conquistó en todo el país, en 21 estados existen leyes que reconocen las identidades de género, en todo el país se prohibieron los Ecosig y en 14 más se ha despenalizado el aborto, pero eso no se traduce en la mejora de las condiciones de vida, porque en los últimos años se ha mantido la discriminación, la precarización laboral, los despidos, los transfeminicidios y los crímenes de odio.
En este marco los crímenes de odio son algo cotidiano, tan solo del 2018 a 2023, se registraron más de 519 asesinatos, dónde en este año se ha visto un incremento de transfeminicidios, ya que van más 28 mujeres trans asesinadas, de las cuales 8 son de la Ciudad de México, convirtiéndose en la entidad más violenta para las disidencias y demostrando una vez más que la igualdad ante la ley no significa la igualdad ante la vida.
Mientras las autoridades son cómplices, no solo porque dan carpetazos o disfrazan los crímenes de odio como crímenes pasionales o ajustes de cuentas, sino también porque garantizan las condiciones de desigualdad a las disidencias, provocando que estos crímenes ocurran.
Pero solo en estos días las empresas, la derecha, los partidos tradicionales y el gobierno se pintan con los colores del arcoíris, mientras les estudiantes, las mujeres y las disidencias de los barrios, les que estamos en los call centers, en las aulas, en las fábricas, hospitales, pedaleando en las bicicletas de Rappi, somos quienes les que pagamos las crisis con precarización y nuestras vidas. Esto se ve, ya que más del 60 % de la juventud trabajamos en la precarización y más del 70 % de las mujeres tienen trabajos precarios con los que no llegan al salario mínimo. Es por eso que no le debemos nada a quienes nos explotan, ni a los que votan leyes anti obreras y anti derechos, porque mientras se pintan la cara de rosa, se llenan sus bolsillos de dinero, nos ocupan como botín electoral y hacen alianza con la Iglesia. No pueden hablar en nuestro nombre: tenemos que tomar las calles por nuestros propios reclamos. ¡Fuera empresas, la derecha y el gobierno de nuestra marcha!
Por eso, este 29 de junio volvemos a tomar las calles de manera independiente de los empresarios, la derecha, el gobierno y los partidos que gobiernan, para los de arriba que siguen votando leyes antiobreras y contra la diversidad, y que tienen lazos con la iglesia católica y evangélica.
Nuestro objetivo es volver a poner en pie un gran movimiento de las disidencias sexogenérica antiimperialista, anticapitalista, antipatriarcal y revolucionario que retome la lucha por la emancipación de la sexualidad y la humanidad, que enfrente cualquier tipo de opresión y explotación.
¿Por qué marchamos?
Las disidencias en todo el mundo hemos decidido recuperar las calles no solo en defensa de nuestros derechos, sino también luchar contra el genocidio al pueblo palestino por parte del Estado sionista de Israel, así como enfrentar a los países imperialistas, el avance de la derecha, empezando a cuestionar y poner en evidencia a este sistema capitalista y patriarcal que cercena nuestras vidas.
Es por eso que decimos:
¡No en nuestro nombre! ¡Alto al genocidio en gaza!
Hoy, luchar por la libertad de todas las disidencias significa apoyar la lucha del pueblo palestino contra el Estado colonial de Israel. Porque las mujeres y disidencias palestinas están en primera línea de la miseria provocada por la limpieza étnica en curso.
Pero también porque la liberación de las disidencias en todo el mundo pasa necesariamente por la lucha contra el imperialismo: los palestinos que luchan por la autodeterminación son los aliados de las personas LGBTI y no el Estado sionista de Israel y los países imperialistas que hablan en nuestro nombre para justificar un genocidio.
Contra la represión policial y los crímenes de odio
Basta de acoso policíaco y militar que su única función es la de reprimir y matar a la clase trabajadora y a los que luchan por un mundo distinto y que a 55 años de Stonewall nos siguen acosando, intimidando y reprimiendo, además que son cómplices de los crímenes de odio, por eso decimos que es importante la autoorganización, sin confianza en las instituciones del Estado y los partidos para luchar contra los crímenes de odio, peleando por la conquista de nuestros derechos que nos garanticen una vida digna.
Contra la mercantilización de nuestros cuerpos y sexualidad, ¡Basta de pinkwashing! No a la utilización de nuestras demandas por ninguna empresa, ni gobierno o partido patronal, para lavarse la cara y pintársela de defensores de derechos humanos, mientras continúan con la precarización laboral, la represión y persecución de los que luchamos por un mundo distinto. No olvidamos la represión a nivel nacional al movimiento de mujeres en las marchas del 8 m, así como la represión que hemos enfrentado en la CDMX y en otros estados la juventud que nos levantamos por palestina, así como la represión que enfrentamos las disidencias cada vez que salimos a las calles, tal como ocurrió en la marcha del 31 de marzo por la visibilidad trans y el 12 de junio en la marcha al congreso de la CDMX para denunciar los 8 transfeminicidios que han ocurrido en la entidad y la falta de derechos, protestas que fueron brutalmente reprimidas por el extinto cuerpo de granaderos.
Por acceso a Salud Integral, porque nuestra salud no es un capricho, ni un negocio, es un derecho
Que se termine el ciclo infinito de desabasto tanto de los medicamentos para el VIH como de las hormonas e inhibidores que usamos; que el proceso de reasignación sexogénerica y demás procesos quirúrgicos sean gratuitos y que abran más clínicas especializadas en todo el país. ¡Por la liberación de las patentes! Basta que las empresas hagan negocio con nuestra salud.
Por la separación efectiva de la Iglesia y el Estado, por una educación sexual integral no sexista, ni heteronormada en todos los niveles educativos y por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito, para todas las mujeres y personas con capacidad de gestar, para que nadie muera por abortos clandestinos.
Por condiciones laborales dignas y cupo laboral trans
En los últimos años, se ha profundizado la precarización laboral, los despidos y la no contratación por orientación sexual o identidad de género y en algunos lugares se nos siguen pidiendo estudios de VIH para ser contratados. Luchemos junto con los miles de trabajadores que pelean por un trabajo digno, por plenos derechos laborales, por una jornada laboral de 6 horas por 5 días a la semana y por un salario acorde a la inflación, para que alcance a cubrir la canasta básica. Por eso es necesario pelear por una ley de identidad de género a nivel nacional, no patologizante, que garantice de manera fácil y rápida que a las personas trans y no binarias se les reconozcan sus identidades y por ende todos sus derechos desde la infancia.
Además, llamamos a la solidaridad internacional con los que luchan contra el genocidio en Palestina, contra la derecha y por todos los derechos que se nos han arrancado a las mujeres, lxs trabajadores y la juventud, en especial a las disidencias que en todo el mundo se enfrentan a los discursos y crímenes de odio como ocurre en Francia que no solo se enfrentan a la ultraderecha sino a las leyes transfobicas que se quieren aprobar, lo mismo ocurre en Perú que patologiza a las personas de las disidencias sexogenéricas.
Para esto es necesario recuperar la combatividad e independencia de nuestro movimiento, con una perspectiva emancipadora de todxs lxs oprimidxs y explotadxs, para ello es necesario construir un espacio de coordinación del movimiento, que se apueste a recuperar la calle, la combatividad y la independencia de las empresas, la derecha y el gobierno además de buscar la unidad de todas las luchas, poner en pie un potente movimiento integrado por mujeres, integrantes de la diversidad sexual, estudiantes, trabajadores y otros sectores de explotados y oprimidos.
¡Por un orgullo antiimperialista, anticapitalista, antipatriarcal y revolucionario!
Todo esto es parte de las peleas que damos como Pan y Rosas en los 15 países en los que estamos, por eso si compartes parte de esta perspectiva te invitamos a que marches y te organices con Pan y Rosas y la Agrupación Juvenil Anticapitalista.
Nos vemos este 29 de junio a las 10:00 horas para marchar desde la Embajada de Estados Unidos. Empezaremos con una actividad voguera en solidaridad con Palestina.
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