La semana que pasó dejó en evidencia que, frente a las necesidades financieras de la provincia, quienes pagan las consecuencias son los trabajadores y el pueblo pobre. Miles de trabajadores estatales sufrieron atrasos en el pago de sus salarios por la falta de fondos.
La semana pasada también se conoció la amenaza de los empresarios del transporte de pasajeros que, frente a una deuda del gobierno provincial, amenazan con suspender el servicio nocturno y ponen en peligro la fuente de trabajo de más de 150 familias, al mismo tiempo que perjudicarían al conjunto de los usuarios.
La crisis de las finanzas provinciales no se descarga sobre los grandes grupos económicos concentrados, sino sobre el pueblo trabajador. Quienes más ganaron en estos años no son afectados. Quienes apenas viven con los justos, pagan.
Ante esta situación, el gobierno provincial, en acuerdo con radicalismo, aprobó la Ley 8.816 que permite el endeudamiento por dos años, casi sin controles. Así oficialismo y oposición, que cambiaran de lugar en diciembre próximo, garantizan que los recursos para Mendoza se conseguirán a costa de dejar intacta una estructura económica y fiscal regresiva.
La provincia seguirá funcionando, pero caminará sobre la cuerda floja. Lejos de garantizar que los ingresos de trabajadores estatales, o el presupuesto en salud y educación, estén asegurados por recursos genuinos, esto se hará por un medio que conduce a futuros ajustes.
Una historia repetida
El endeudamiento de las provincias es una historia repetida. Sus consecuencias son conocidas por cualquier persona que supere o se acerque a los 30 años.
La década de los 90’ dejó una enseñanza clara de adonde conduce una política de endeudar a las provincias, en un marco de recesión económica como el que se vive a nivel internacional. Cada provincia, durante la década menemista, se endeudó con el Estado nacional y con organismos de crédito internacionales. Lo que fue presentado como una forma de avanzar y lograr estabilidad, en realidad generaba nuevas crisis que se verían de manera casi inmediata.
En esa década, mientras se garantizaban los negocios de los grandes patrones gracias a la convertibilidad, la población trabajadora sufría un avance descomunal de la desocupación y la pobreza.
La recesión económica terminó empujando a las provincias a un permanente ajuste, precisamente, para pagar los créditos tomados. El endeudamiento se convirtió en el padre del ajuste. Los atrasos salariales se convirtieron en norma; salarios y jubilaciones sufrieron recortes y congelamiento; la crisis llevó a la emisión de cuasi-monedas por la escasez de pesos. Así, nombres como Patacón, Lecor o Lecop entraron en la vida cotidiana. En Mendoza, los trabajadores y el pueblo sufrieron el Petrom bajo el gobierno del radical Iglesias.
El gobierno de Francisco “Paco” Pérez -en acuerdo con Alfredo Cornejo- con la propuesta de endeudarse, está abriendo el mismo camino: el del ajuste, los atrasos salariales, las cuasi monedas y los despidos. En el marco de una situación económica internacional recesiva y más que inestable, la historia podría repetirse.
Los recursos están pero no se quiere tocar
Desde el Frente de Izquierda hemos repetido siempre que hay una importante cantidad de recursos que podrían no solo paliar la actual situación fiscal de la provincia, sino también ampliar el limitado presupuesto que existe para atender la salud y la educación de la población.
Las grandes empresas ligadas al petróleo y el gas tienen ganancias millonarias. Sin embargo, el gobierno provincial, hace poco más de un mes, decidió rebajar las regalías que les cobran a esos empresarios. Desde el FIT sostenemos la necesidad de la estatización del 100% de la industria hidrocarburífera, bajo control de sus trabajadores. Eso generaría enormes recursos para el Estado. Pero tanto peronistas como radicales prefieren hundir a la provincia, antes que tocar esas ganancias.
Las grandes patronales del juego son, precisamente, los grandes deudores el Estado provincial. El Casino del Intercontinental le adeuda al Estado provincial 112 millones de pesos. A pesar de esta deuda gigantesca, el gobierno no ha tomado ninguna medida.
Como queda en evidencia, ante la crisis financiera, el gobierno provincial no tiene reparo en atrasarse y dejar de abonar salarios, pero es incapaz de tomar una sola medida que afecta las ganancias de los grandes patronales. Una confirmación de a qué intereses sirve y garantiza.
El Frente de Izquierda ha sido la única fuerza que ha propuesto, en la legislatura provincial, medidas que permitieran proveer recursos para garantizar salud, educación y vivienda para el pueblo trabajador. Hemos sido, asimismo, los únicos que nos hemos opuesto a aquellas decisiones que garantizan grandes beneficios a los patrones, a costa del desfinanciamiento estatal.
Solo nuestra voz se ha escuchado como oposición a todas esas medidas favorables a los empresarios. Esa voz es la que nos proponemos llevar al Congreso Nacional desde Mendoza y por eso le pedimos el apoyo a los y las mendocinas. Estamos a muy poca distancia de lograrlo. Volvemos a pedir ese apoyo para hacer realidad una fuerte bancada de izquierda que defienda los intereses del pueblo trabajador en Mendoza y en todo el país. | 
