Al verse sin respaldo político ni social, el ex comandante general del ejército Juan José Zúñiga, tuvo que aceptar su relevo y el nombramiento de un nuevo Estado Mayor mientras se desmovilizaban las tropas de la Plaza Murillo. Casi inmediatamente de la detención de Zúñiga y casi una veintena de militares comprometidos en el levantamiento, cobraron fuerza las voces que interpretaban los recientes acontecimientos como un intento de autogolpe y hasta un “montaje circense” impulsado por el presidente Luis Arce “para recobrar popularidad”. Esta interpretación se apoya en las declaraciones de Zúñiga que afirmó haber sido traicionado por el presidente Arce, la inexistencia de muertos y/o de fuertes enfrentamientos y la supuesta tranquilidad con la que funcionarios del gobierno atravesaron la crisis. Sin embargo, lo más llamativo de esta disputa sobre el carácter de los acontecimientos del 26J, es que a la misma se sumó el ex presidente Evo Morales, quien en su cuenta de X pidió disculpas a la comunidad internacional por el uso desvergonzado por parte del gobierno de un supuesto golpe de estado para encubrir el montaje de un espectáculo de circo.
Evo Morales y su alineamiento con la derecha nacional y continental
Según Evo Morales, “militares patriotas” le abrían informado que lo sucedido el 26J era en realidad un autogolpe para detenerlo e impedir su eventual candidatura para las elecciones del 2025 como había afirmado Zúñiga el 24J durante una entrevista televisiva.
En su programa matutino por Radio Kausachun Coca (RKC) Evo Morales declaraba:
“Antes de su detención (de Zúñiga) él informó a sus camaradas y familiares que Lucho lo traicionó, lo acaba de confirmar. En celdas de la Felcc, el general Zúñiga dijo ‘Lucho me ha traicionado’, repitió eso. Estos nuevos elementos me hacen convencer de que es un autogolpe, o finalmente que ha planificado bien Lucho para usar al Ejército, para hacer tanto daño al Ejército, (luego) victimizarse con lágrimas de cocodrilo con semejante mentira. Yo quiero aprovechar esta oportunidad para decir al mundo entero, pedir disculpas. Lamentablemente Lucho mintió, engañó al pueblo boliviano y al mundo entero con este golpe o autogolpe”.
Al finalizar su programa y acompañado por el diputado Héctor Arce, quién mostraba documentos de supuestos “negocios millonarios” de familiares del presidente, Morales dijo que “una mafia familiar gobierno Bolivia”.
Lejos de que la presencia de tanques en la Plaza Murillo pueda haber permitido la “unidad” del MAS como algunos pensaron, parece que la división entre dos de las fracciones más fuertes del MAS, “arcistas” y “evistas”, sería irreversible. Las declaraciones de Evo Morales fueron tomadas por nada menos que Javier Milei, presidente de Argentina, quien se negó a repudiar la intentona golpista y al igual que Morales descargó sus dardos contra Luis Arce. Este alineamiento objetivo de Evo Morales con la derecha nacional y regional se realiza sin temor a desempolvar los más rancios argumentos que la oposición de derecha utilizó en su momento para negar el golpe y las masacres de noviembre del 2019.
Morales, al constatar que sus declaraciones eran aprovechadas por todo el arco iris derechista tuvo que publicar otro mensaje denunciando a Milei por injerencia, pero sin retroceder en sus denuncias contra el gobierno de Arce.
Estas declaraciones de Evo, luego del 26J, motivaron que desde el canal estatal la ministra de la Presidencia, Marianela Prada, se dedicara a “desmontar” uno a uno los argumentos de Evo afirmando que "sufre de vaciamiento ideológico”.
Los “militares patriotas” del proceso de cambio, ilusión compartida por evistas y renovadores
Según Evo Morales, las fuentes de información que sustentan sus declaraciones negando el intento de golpe de estado, fueron suministradas por un grupo de “militares patriotas” quienes habrían alertado a los simpatizantes del ex presidente para que se pusiera a resguardo ya que Arce tenía el plan de detenerlo luego de que una junta militar tomara el palacio. Sin embargo todo este relato choca con los acontecimientos sucedidos ese día y con la forma en que se resolvió la intentona golpista.
El hecho de que Morales apele nuevamente a estos supuestos militares patriotas revela que lejos de haber aprendido algo durante el golpe del 2019, mantiene la misma estrategia de depositar confianza y embellecer a las FF.AA. de la misma manera que Luis Arce y el ala renovadora lo hacen con otras fracciones del ejército. En este punto no tienen diferencias con la oposición de derecha que llevó adelante un golpe de estado exitoso el 2019 de la mano de las instituciones armadas.
Recordemos que Evo Morales fue enviado fuera de palacio y del país gracias a que Kaliman, comandante general en aquel momento e íntimo amigo de Morales, le pidió la renuncia el 10 de noviembre del 2019. De la misma manera, el senador Rolando Cuéllar, afín a Arce, un día antes de la intentona golpista de Zúñiga, estaba impulsando en la cámara de diputados una condecoración para este militar que debería realizarse esta semana, mientras declaraba que a diferencia de Evo Morales y Kaliman, la relación de Arce con Zúñiga estaba basada en la lealtad y no había ningún riesgo de golpe de estado. Como vemos, estas confiadas declaraciones de Cuellar hoy o antes de Morales con Kaliman, son ilusiones que lejos de ser errores como algunos califican son la expresión y el resultado de una estrategia política.
El llamado “Proceso de cambio”, como acuñaron en el MAS al inicio de su primer gobierno el 2006, tuvo como objetivo último una supuesta revolución democrática y cultural, que jamás se planteó superar los límites de la sociedad capitalista sino más bien apuntar a su democratización. Como parte de estos objetivos se impulsaron diversas reformas legislativas que penalizaban el racismo y la discriminación, ampliaban la estructura estatal por medio de las autonomías indígenas y/o departamentales, se alentaba el pluralismo jurídico y diversas disposiciones que, según los ideólogos del MAS, conducirían a una democratización radical de la sociedad boliviana. Empero estas reformas al Estado, siempre se detuvieron en el umbral de las FF.AA., llegando incluso el gobierno de Evo Morales a reprimir y perseguir a los rangos bajos del ejército que el año 2015 exigían “descolonizar las FF.AA.”. Morales intentó compensar la formación ideológica y doctrinaria de las FF.AA., cuyos miembros en su amplia mayoría pasaron por la Escuela de las Américas, impulsando una “Escuela Antiimperialista de las FF.AA.” que se reveló como una simple fantochada el 2019.
Los objetivos del MAS en sus diversas alas, jamás pretendieron superar los límites de la sociedad capitalista y sus instituciones, lo que condujo a que las FF.AA. mantuvieran su estructura y naturaleza clasista y racista, coherente con la estructura clasista del Estado, que, aunque con el nuevo adjetivo de plurinacional, continuó siendo el Estado garante de la reproducción de las relaciones sociales capitalistas.
La lealtad del ejército y las FF.AA. se garantizó mediante diversas prebendas y privilegios como el hecho de que para jubilar con el 100% a los militares el gobierno invierte 2,6 veces más que en el resto de la población; participación en la administración de algunas empresas estatales, misiones imperialistas como en Haití, y otras. Lejos de acercar las instituciones armadas al pueblo como prometían desde el MAS en realidad acercaba estas instituciones a los círculos de poder económico y político, mientras iban conquistando cuotas de mayor protagonismo político.
Los rasgos cada vez más autoritarios de los últimos años del gobierno de Morales lo empujaron a apoyarse crecientemente en el poder de todos los aparatos punitivos del Estado, como la policía y las FF.AA., llegando el 2019 a ser absolutamente dependiente de las decisiones de estas fuerzas, que horas antes del golpe eran calificadas como “antimperialistas” y hasta de revolucionarias. Actualmente, durante el gobierno de Luis Arce, su profunda debilidad luego de la ruptura con el evismo, también lo conduce, al igual que a Evo Morales a recostarse cada vez más sobre las instituciones armadas, provocando ese creciente protagonismo militar en la vida política nacional.
Los peligrosos y reaccionarios llamados del evismo a la intervención de las FFAA
El coqueteo del evismo con las posiciones de la derecha continental, sin embargo, son aún más peligrosos de lo que parece toda vez que diputados del evismo empiezan a emitir declaraciones que lindan con un llamado a las FF.AA. para que intervengan. Las declaraciones del diputado evista, Freddy López, no dejan lugar a equívocos de esta peligrosa tendencia golpista. López al ser entrevistado por la Radio Kausachum Coca (RKC) no solo que exigió una investigación de lo que calificó como autogolpe sino que además cuestionó al ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo, por las detenciones de militares que siguieron al fallido intento de golpe. En sus palabras:
“(…) Porque no es posible que sigan mellando la dignidad de los militares, solo por interés del Ejecutivo, del general Zúñiga y del mismo presidente. (…) Lamento mucho que el Ministerio de Gobierno esté presentando como maleantes y criminales al Ejército. (…) El ministro de Gobierno se está "pasando de la raya" por actuar de esta manera, presentando a estas personas que han estudiado durante 5 años y estaban sirviendo a la patria. Es algo inexplicable lo que está pasando ahora”.
Al ser consultado por el periodista sobre qué deberían hacer las FF.AA., López remató: “Pienso que las autoridades militares deben manifestarse y no puede quedar así. Porque estos hechos no deben quedar así, por eso los militares que están comprometidos están viendo de cerca todos estos hechos (…) Yo que he sido soldado y sabemos cómo se debe trabajar y respetar en las fuerzas militares. Los comandantes deben manifestarse contra este manoseo y decir sus molestias contra estas caserías de brujas a los militares.”
Con estas declaraciones pareciera que López hace un llamado a las FF.AA. para que actúen y diriman la enorme disputa que arcistas y evistas sostienen y donde pareciera que ambas fracciones del MAS apuestan a que sean los tribunales o las FF.AA. quienes terminen resolviendo si Evo Morales o Luis Arce será el próximo jefe del MAS. En este marco, los movimientos sociales, que se suponía eran lxs sujetos del "proceso de cambio" terminan siendo invitados de piedra en esta ecuación.
Lo que alguna vez pretendío ser el Instrumento Político de los Movimientos Sociales terminó alejándose de las necesidades de las y los de abajo y repitiendo la "trayectoria" del MNR en los años 60.
La situación de profunda crisis política que amenaza con agravar cada vez más la delicada situación económica obliga a un balance de los gobiernos del MAS con Evo y con Arce porque aunque no se cansan de destilar mutuas acusaciones de traiciones y derechización lo cierto es que la situación actual es expresión de una continuidad en su política de adaptación consciente en favor de los intereses de los empresarios y agroindustriales que termina abriendo el paso a la derecha.
Frente a este escenario, abierto, es momento que, desde abajo, el pueblo trabajador del campo y la ciudad, la juventud trabajadora, el movimiento de mujeres y de las diversidades y disidencias sexuales y de género, los sectores populares, el movimiento indígena y campesino empecemos a prepararnos y avanzar en nuestra autoorganización democrática y movilización independiente del Estado y de todos los partidos que defienden a la sociedad capitalista. | 
