La conferencia mañanera de este jueves 4 de julio, comenzó con la información del avance del huracán Beryl que no sólo cruza por la península de Yucatán, sino que, aunque su fuerza se ha reducido a categoría 1, pudiera atravesar el Golfo de México e impactar la zona noreste del país. Por ahora la atención se concentra en la península del sureste, especial a la zona entre las poblaciones de Tulum y Carrillo Puerto.
Sin embargo, el informe central se concentró en la presentación de la red de internet construida por el Estado, basada en tecnología de fibra óptica soportada por la Comisión Federal de Electricidad y que tiene la virtud de lograr la cobertura del 96% del país,lo que llevaría la señal de internet a muchas comunidades remotas a donde las empresas comerciales no quieren llegar porque no las consideran redituables.
Pero el tema que estaba en el sentir de todos era el de la reunión que López Obrador tuvo con los padres de los normalistas desaparecidos de Ayotzinapa. A pregunta expresa, AMLO tuvo que expresar su cambio de retórica en relación a los asesores y abogados de los padres, que en semanas habían sido prácticamente satanizados, con un trato casi delincuencial dado por el presidente en una búsqueda inútil de separarlos de los padres bajo la ilusión de que así se resolvería más prontamente su asunto. No lo logró, y AMLO, ante la reincidencia de la pregunta periodística interesada, tuvo que reconocer el derecho de los padres de acompañarse de quienes consideren necesario.
"somos respetuosos de las decisiones de los padres y si ellos deciden que estén presentes los abogados y las organizaciones de derechos humanos, tanto "de la llamada" sociedad civil como de la OEA y Naciones Unidas, como sucedió ayer, van a participar."
A diferencia de los padres, que declararon al final de la reunión de ayer que no ven avances en la investigación y que lo único que recibieron fue una postergación de la entrega del informe del presidente sobre la investigación a cargo del Estado. Durante varias semanas López Obrador había agitado que el 3 de julio era una fecha muy importante porque entregaría pruebas contundentes, pero éstas, brillaron por su ausencia. Esta vez no hubo, la arenga de que ¡no fue el ejército! y toda la parafernalia montada previamente por AMLO que parecía que se aplicaría en esta reunión tendrá que seguir en espera.
López Obrador dio mucha importancia al hecho de que se encontraron “huesos de los 63 mineros” de Pasta de Conchos, e incluso se llevó a Claudia Sheinbaum al lugar de los hechos, llegando a deslizar la idea de que la identificación de los huesos sería una salida para resolver el paradero de los normalistas desaparecidos. Al parecer, la operación en Pasta de Conchos no rindió muchos frutos y tuvieron que dejar esta opción de lado por ahora. El caso es que los restos encontrados ahí solo corresponden a un solo minero y continuar por esta senda es contraproducente pues desatarían el justo reclamo de los familiares de los mineros: ahora faltan 62.
Por el lado de los padres de Ayotzinapa, a quienes el gobierno anunció que tenía restos para identificar mediante el análisis mitocondrial, al parecer el gobierno no encontró de donde sujetarse, más allá de que, como dijeron acertadamente los padres producto de la experiencia con los expertos del GIEI y de la universidad de Insbruck, Austria, este tipo de pruebas es poco confiable e induce a error. La falta hallazgos importantes llevó, al parecer al gobierno de la 4T a postergar la entrega del tan cacareado informe para el 29 de julio, ofreciendo como consuelo a los familiares afectados que en esa fecha estará presente el relevo presidencial, la doctora Claudia. Así, el fallo de AMLO en la reunión de este miércoles 3 de julio, sólo le mereció un comentario lacónico de tres minutos. |