Desde ya esto incluye seguir desfinanciando Aerolíneas Argentinas, que, a pesar de no ser privatizable, el gobierno insistirá en su destrucción y pérdida de soberanía en favor de las líneas aéreas privadas de capitales extranjeros, muchas de ellas con importantes potencias capitalistas detrás.

Ley Bases y Aerolíneas. La quita de la línea aérea de bandera del pliego de empresas a privatizar dejó una sensación contradictoria. Sin dudas la gran campaña y acciones desplegadas contra la privatización y contra los despidos en GPS, en un principio levantada por los tercerizados pero que después fue tomado por los sindicatos aeronáuticos, combinado con una crisis parlamentaria con los gobernadores, lograron evitar momentáneamente el plan de máxima de Milei. Sin embargo, pasó la ley con ataques de todo tipo y color al pueblo trabajador que hacen retroceder décadas de conquistas (periodo de prueba de hasta 1 año, fondo de cese laboral, o sea que el trabajador se paga su propia indemnización, límites en el derecho a huelga, etc). El gobierno que estaba débil y en su peor momento pudo anotarse un poroto, con el apoyo de los bloques del PRO y UCR, Pichetto y algunos senadores peronistas también. Los sindicatos no estuvieron a la altura de esta batalla ausentándose de diputados primero y con una movilización light el día del senado y sin paro. La conclusión es que a la ultra derecha no se la enfrenta así y que si no la derrotamos se reorganizan y vuelven al ruedo.

Lo que viene será una batalla abierta. Las y los aeronáuticos tenemos que prepararnos desde ahora para darla. La unidad de trabajadores de todos los sectores, empresas, sindicatos, efectivos y tercerizados, es una necesidad. Tomando las banderas de “si tocan a uno tocan a todos”, hoy son 150 despidos ilegales en GPS que tienen que volver después de casi 5 meses de lucha y también obtener la recuperación salarial de las y los trabajadores efectivos. Las y los trabajadores no podemos esperar los tiempos de las centrales sindicales para organizar la resistencia. Dimos un paso con la no privatización de Aerolíneas, pero Aerolíneas no está salvada. Hay que pararnos desde ahí para ir por todo, promover asambleas comunes de todos los gremios y votar un plan de lucha aeronáutico que se debata también, ante la escalada represiva del gobierno, radicalizar nuestros métodos de lucha con bloqueos, cortes y movilizaciones multitudinarias.

El aporte que hicieron hasta acá los tercerizados de Aerolíneas Argentinas de GPS con su lucha fue muy importante. Enfrentando los despidos ilegales y la represión, poniendo el cuerpo en cada movilización por las leyes Ómnibus y Bases, siendo un actor en el triunfo parcial por la no privatización de Aerolíneas, tendiendo lazos con el gran movimiento estudiantil que puso un freno a la destrucción de la universidad pública y que hoy busca desarrollar la más amplia coordinación con sectores como los despedidos estatales, trabajadores del hospital Posadas, SUTNA, subte, ferroviarios y desocupados, entre otros.

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Por todo lo expuesto, una herramienta a desarrollar es un gran movimiento autoconvocado de las y los aeronáuticos que se proponga poner de pie las enormes fuerzas que hay en todos los aeropuertos del país y que busque confluir con los sindicatos, exigiendo un plan de lucha a la altura para derrotar a Milei. Derrotemos el plan de destrucción de Aerolíneas Argentinas, rechazando el cierre de rutas, contra el desfinanciamiento, contra todos los despidos y “retiros voluntarios”, en perspectiva de una aerolínea de bandera, controlada por usuarios y trabajadores, que cumpla verdaderamente un rol social y cuyo motor no sea la ganancia, sino las necesidades del pueblo. Las y los aeronáuticos tenemos que estar codo a codo ante el enemigo Sturzenegger y unirnos con otras luchas para defendernos con más fuerza.