Subcomisario de la Policía Federal Argentina, bajo el alias "220" fue conocido por enseñar el uso la picana eléctrica a los oficiales de la Marina. Se ufanó de haber matado a tiros a Walsh: "Lo cagamos a tiros y no se caía". Condenado por delitos de lesa humanidad, murió a sus 92 años, con dos condenas a prisión perpetua y en su domicilio.
Otro genocida condenado a prisión perpetua murió en su domicilio.
Ernesto Frimón Weber tenía 92 años y dos condenas a prisión perpetua sobre sus espaldas. La primera, que incluyó el asesinato de Rodolfo Walsh, la recibió el 28 de diciembre de 2011. La segunda, el 29 de noviembre del 2017, también a perpetua. Recién en 2023 la Procuraduría de Investigaciones Administrativas dictaminó que fuera dado de baja de la Policía Federal. Recibió el beneficio de la prisión domiciliaria; un beneficio el Poder Judicial le brinda aún a muchos criminales de la dictadura.
Weber fue miembro de la Policía Federal Argentina, trabajó en el sector operaciones del Grupo de tareas 3.3.2.23, grupo de la Armada que tenía a su cargo la Escuela de Mecánica de la Armada- ESMA- uno de los centros clandestinos más grandes que funcionó durante la última dictadura cívico militar eclesiástica. Conocido por "enseñar" el uso de la picana elécrica se ganó el apodo de "220" y del «El Maestro» por sus "enseñazas" a otros represores.
Weber tuvo varios hijos, de los cuales uno de ellos, Ernesto Sergio, policía federal, fue señalado como el autor de los asesinatos que se dieron durante las jornadas del 20 de diciembre de 2001 en Plaza de Mayo. Nunca fue juzgado.
El 26 de octubre de 2011 el Tribunal Oral Federal 5 dictó sentencia sobre la mega causa ESMA. Allí se confirmó que Walsh había sido asesinado el 25 de marzo de 1977 por el Grupo de Tareas 3.3.2. de la ESMA. En la madrugada del 26 de marzo, mientras una parte de los criminales manipulaba el cuerpo de Walsh, otra patrulla del grupo de tareas entró a la casa de San Vicente. Allí rompieron y robaron todo. Según varios testimonios de sobrevivientes en aquel juicio, Weber habría sido quien disparó el tiro de muerte sobre Walsh: "hoy bajamos a Walsh en una cita. (...) Lo cagamos a tiros y no se caía el hijo de puta”.
El alegato de Myriam Bregman y Luis Bonomi en aquel juicio, según palabras de Patricia Walsh, "estuvo a la altura de lo que nos hubiera pedido mi padre y sigue el ejemplo de su Carta Abierta”. Un alegato, definió, “político y a la vez rigurosamente acusatorio, construido con la fortaleza de los sobrevivientes”.
Murió Ernesto F. Weber, el genocida que se jactaba de asesinar a Rodolfo Walsh. Le decían "220" porque enseñaba como usar la picana a los oficiales de la ESMA.
Al momento de los hechos, se desempeñaba como sub Comisario de la Policía Federal Argentina, miembro de la Unidad de… pic.twitter.com/Qtpq2V8Yyy
Ningún gobierno, desde Alfonsín hasta la actualidad, abrió los archivos de la dictadura. Y si se abrieran se conocería el destino de los 30.000 desaparecidos y quiénes fueron los genocidas a cargo de esos crímenes, los cuales muchos de ellos no hubiesen muerto impunes.
A casi cinco décadas de producidos los crímenes y en un contexto de creciente negacionismo, seguimos exigiendo cárcel común, perpetua y efectiva para todos los genocidas. Porque FUE GENOCIDIO, SON 30 MIL.