Que la CGT tiene un diálogo fluido con el Gobierno no es ninguna novedad. El martes pasado, el secretario de Trabajo, Julio Cordero, los recibió en una reunión que mantuvieron, donde los dirigentes gremiales plantearon algunas críticas por la reforma laboral del DNU y el regreso de la cuarta categoría del Impuesto a las Ganancias. Aquel encuentro había sido la previa del diálogo social que viene convocando el Gobierno, y que promueve junto a las cámaras empresarias del Grupo de los Seis para institucionalizarlo en el promocionado Consejo de Mayo. Sin embargo, este jueves por la tarde el Consejo Directivo de la central obrera decidió que no asistirá a la primera reunión. "El Gobierno no ha dado una respuesta positiva a estos dos temas que para nosotros eran fundamentales", argumentó Héctor Daer al salir del encuentro.
La decisión fue leída por algunos analistas como un "endurecimiento" por parte de la CGT, pero más bien parecería responder al delgado equilibrio que vienen manteniendo los dirigentes sindicales entre sus distintas alas internas por un lado, y por el otro entre la colaboración que vienen prestando para el ajuste y el malestar que empieza a crecer por abajo entre los trabajadores, producto de la pérdida de poder de compra de los salarios y el aumento de la desocupación.
"No estamos dispuestos a sentarnos en una mesa de conversación y de negociación tripartita cuando habíamos quedado en que íbamos a discutir la reglamentación (de la reforma laboral) y en el día de ayer ya el Gobierno reglamentó algo que también es nocivo de la reforma laboral, como esta figura de que un independiente puede tener tres colaboradores que no estarían nunca en relación de dependencia ni tendrían beneficios sociales" aseguró el dirigente de Sanidad. Además, el Consejo Directivo cegetista resolvió acompañar a los movimientos sociales este 7 de agosto cuando realicen la movilización que hacen todos los años a San Cayetano.
Del encuentro participaron Héctor Daer, Pablo Moyano, Carlos Acuña, Andrés Rodríguez (UPCN), Rodolfo Daer (Alimentación), José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), Sergio Romero (UDA), Mario Manrique (SMATA), Sergio Sasia (Unión Ferroviaria), Juan Carlos Schmid (Dragado y Balizamiento) y Jorge Sola (Seguros), entre otros. No estuvo presente Gerardo Martínez, uno de los más activos promotores del diálogo y la colaboración con el gobierno de Javier Milei, ya que se encuentra participando del foro ministerial del G20 que se realiza en Fortaleza, Brasil.
A pesar de la colaboración que la central viene prestando hasta este momento, dejando pasar el ajuste sin medidas de fuerza contundentes, y la postura de muchos dirigentes de sentarse a dialogar con el oficialismo y negociar la letra chica de la reforma laboral entre otras cuestiones, la bronca y el malestar que viene creciendo por abajo representa un impedimento para que participen de un organismo como el que pretende convocar Cordero junto a los empresarios del Grupo de los Seis (las principales cámaras patronales del país). Al mismo tiempo, ese doble juego explica por qué resolvieron volver a las calles pero solo para acompañar la movilización de los movimientos sociales a San Cayetano, algo que está lejos de una medida de lucha como un nuevo paro nacional.
"Un nuevo paro se va a dar naturalmente" dijo Pablo Moyano al salir de la reunión, y aseguró: "Hay que confrontar contra este Gobierno y contra este modelo económico que está destruyendo a las pymes y al poder adquisitivo de los trabajadores. El único camino que queda es la confrontación". Más allá de las palabras y de las distintas alas que existen en la Central Obrera, todas colaboran en mantener un frágil equilibrio que viene siendo un aporte clave en medio de la clara debilidad gubernamental.
Una cosa es cierta: frente a los planes de Milei y de todo su gobierno, el único camino posible es la confrontación. Por eso es importante pasar de las palabras a los hechos y exigir a todos aquellos sindicatos que se precien de defender a los trabajadores que acompañen las peleas por defender los puestos de trabajo como la de los trabajadores de la Insdustria del Neumático o los de la Salud Pública, con el Hospital Posadas como bandera. Precisamente este viernes 26 de julio habrá una movilización a Plaza de Mayo convocada por sectores combativos, de izquierda y en lucha entre los que se encuentran, además de los mecionados, la Unión Ferroviaria de Haedo, GPS-Aerolíneas, Ademys, trabajadores de distintas dependencias estatales, dirigentes y delegados combativos del Subte, telecomunicaciones, ferroviarios, docentes, salud, Organizaciones Sociales y Asambleas barriales.
Hace tan solo unos días atrás Daniel Yofra, dirigente de Aceiteros, recalcó que es necesario "enfrentar todas las medidas que sean en contra de los trabajadores independientemente de si la CGT lo hace". Es necesario empezar a coordinar y unificar a los distintos sectores que están convencidos de dar esta pelea en las calles, exigiendo a los sindicatos que tienen poder de fuego -como el que dirige Moyano, bancarios, transporte- y que hablan de confrontación para que pasen de los discursos a la acción, con medidas a la altura de todos los ataques contra la clase trabajadora.
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