El primer cuatrimestre estuvo atravesado por la lucha presupuestaria y salarial de nuestros docentes. ¿Qué nos dejó esta primera mitad de año y cómo nos preparamos para lo que se viene? Lo que se viene va a estar atravesado por una mayor crisis económica, por la lucha salarial de los docentes y no docentes y también por las elecciones estudiantiles luego de dos años. Necesitamos sacar las mejores conclusiones para pensar qué movimiento estudiantil y universidad se necesitan frente al gobierno de Javier Milei.
Después de años donde el movimiento universitario no se expresaba como sujeto, este año volvió a aparecer en las calles con una movilización de más de un millón de personas en todo el país. Mostró, una vez más, cómo su posición en la sociedad lo convierte en un sujeto que tiene influencia en la política nacional. Como consecuencia de esto, el gobierno tuvo que retroceder en su ajuste, pero lo hizo negociando con las autoridades radicales y peronistas a espalda de los estudiantes y los docentes. Transaron solo los gastos de funcionamiento de la universidad (el 10% del presupuesto) dejando afuera a docentes, no docentes y otras universidades. Todo eso a cambio de votarle al gobierno la Ley Bases en el congreso. Ahora, de cara al segundo cuatrimestre, tenemos una lucha por delante en defensa del salario de los trabajadores de la UBA (docentes y no docentes) que nos obliga a sacar algunas conclusiones sobre lo que sucedió el primer cuatrimestre.
¿Por qué el movimiento universitario no fue por más? Muchos ponen como excusa una derechización de la juventud e intentan instalar un clima de derrota. Pero la realidad es que mucho tienen que ver las conducciones actuales del movimiento estudiantil (peronistas y radicales). Jugaron en contra de que la fuerza que se expresó en las calles y en cada facultad de todo el país no trascienda la pelea por presupuesto y sea un factor para enfrentar al gobierno de Milei. Sin duda, sus objetivos para el movimiento estudiantil, están condicionados por el modelo de país y de universidad que tienen.
Qué país, qué universidad y qué movimiento estudiantil
El radicalismo dirige el rectorado de la UBA y desde ahí negociaron votos de sus diputados para beneficiar el gobierno. Cómo partido, son los principales garantes de gobernabilidad. Son parte de los que opinan que el ajuste hay que hacerlo si o si, pero discuten las "formas". En el Senado, aportaron 12 de los 37 votos con los que se aprobó la Ley Bases mientras que Lousteau, votó en contra, pero dio el quórum necesario para que se tratase la ley. En Diputados pusieron 34 votos, entre los que se encuentran los de: Danya Tavela, Carla Carrizo y Mariela Coletta (esta ultima fue Presidenta del CECE en 2011, consejera directiva en 2014 y subsecretaria general en 2015 de la Facultad de Económicas UBA). Ellas son las diputadas que representan el espacio de Yacobitti, el vicerrector de la UBA y sus patas estudiantiles: la Franja Morada, Nuevo Espacio y el EDI.
Su proyecto de Universidad es que sea una isla cada vez más elitizada y mercantilizada. El mismo "sálvese quien pueda" e individualismo que el liberalismo pregona en el país, los radicales lo llevan a la universidad. Porque la universidad que se necesita para un país con mayor precarización laboral, con mayor explotación, con mayor influencia del capital financiero internacional que viene a explotar bienes comunes naturales y llevarse la riqueza afuera, es una menos masiva y más orientada a las necesidades del mercado capitalista. Por eso buscan cada vez más pasar contenidos de grado a posgrados pagos, u otras medidas que tienden a la privatización de la educación, como por ejemplo todos los convenios con empresas privadas, como Shell en la facultad de Exactas o Roemers en Medicina.
El movimiento estudiantil que buscan es un “no movimiento”, una masa de estudiantes que no asocie a quienes dirigen la universidad con los mismos que venden el país y que avanzan en empeorar sus condiciones de vida que le impiden seguir estudiando. Por eso el radicalismo se robó las elecciones a centros de estudiantes el año pasado y lo impusieron en años dónde no hay elecciones nacionales para que no se los asocie con sus candidatos. Salvo que se les imponga desde abajo, no llaman a asambleas ni a espacios de debate. Necesitan centros de estudiantes dónde no se discuta política, desmovilizados, que solo garanticen algunos servicios y prestaciones que ayuden al “día a día” de los estudiantes que pueden seguir cursando, mientras muchos otros tienen que abandonar sus estudios.
El peronismo, por su parte, tiene diferentes aristas en la universidad ¡y en el país ni que hablar! En la UBA podemos dividirlo en dos (o tres si siguiéramos las internas que tienen a nivel nacional). El ala más de derecha, como la UES, tiene una ubicación muy parecida al radicalismo, vienen hace años cogobernando la UBA y tienen algunos consejeros superiores. A nivel nacional le dieron muchos funcionarios al gobierno de Milei, empezando por su candidato Scioli. Si, el que ahora dice: “con fé y esperanza, la libertad avanza”. Incluso en las aulas cuando los estudiantes los increpan sobre porque no organizan a les estudiantes responden “ah, pero subimos un posteo”. No muy distintos a ellos, son la Juventud Universitaria Peronista, Sinapsis-Nexo (Grupo Bicentenario), que intentan reaparecer en la UBA de la mano de la Franja Morada como en Farmacia y Bioquímica o de la mano de los “progres” del Frente Patria Grande y La Cámpora como en Medicina, Sociales, Derecho o FADU.
Este último sector critica de palabra y con todo tipo de discursos a Javier Milei, pero ya demostraron que no son inguna alternativa. Se callaron la boca mientras el gobierno pasado de la mano de Massa (que ahora trabaja en el fondo buitre Greylock Capital) aplicaba ajustes a pedido del FMI y le armaba las listas a Milei. Hoy tienen a su principal referente (Cristina Fernández de Kirchner) proponiendo una agenda parlamentaria sobre privatizaciones parciales o una reforma laboral. Todo esto mientras Kicillof impulsa un "RIGI bonaerense" para seducir a la petrolera Petronas Group y haciendo los deberes como futuro candidato "confrontando" a Milei de cara al 2025 o 2027. Y Grabois haciendo lo propio desde los movimientos sociales y la Iglesia anti-derechos. Pero no nos podemos olvidar de la principal contribución al equilibrio mileísta: el rol de la CGT, las CTA y los movimientos sociales peronistas que garantizan luchas separadas por gremio.
Su modelo de país es uno que no cuestiona la subordinación al FMI y a las grandes corporaciones, donde el trabajo precario está naturalizado y se abandona la pelea por la reducción de la jornada laboral o la pelea por derechos laborales básicos. No ven más allá de los marcos del capitalismo dependiente argentino y lo posible de la miseria. Su objetivo utópico es regularlo para que sea “un poco más humano” pero no proponen tocar ningún interés de ningún poder. El final de esta historia ya lo conocemos: le lavan la cara a menemistas reciclados yendo todos juntos en las listas y luego de un gobierno desastroso la población gana bronca a los progresismos devaluados y vota a la derecha.
En los lugares donde son parte de las gestiones de las facultades como Exactas, Sociales o Filosofía y Letras se encargan de administrar los presupuestos de miseria. En esta última facultad por ejemplo, fue la propia gestión de Ricardo Manetti y Graciela Morgade la que perjudicó fuertemente a los estudiantes que trabajan, recortando la franja horaria de las cursadas el año pasado. Son estas autoridades las que también decidieron levantar la emergencia presupuestaria. Estas decisiones también fueron acompañadas por las alas más “progres”, como las agrupaciones del espacio político de Grabois (Aquelarre, La Emergente).
El movimiento estudiantil que necesitan es uno que se posicione discursivamente en contra de algunas medidas neoliberales, que intente “suplir” lo que el Estado no puede garantizar a la población y que esté lejos de organizarse para ser un factor determinante en la política nacional. En otras palabras: un movimiento estudiantil resignado y dormido, atado de pies y manos. Por eso, cuando se ven desbordados y presionados en alguna facultad por estudiantes no agrupados y la izquierda (como en filo), convocan a movilizar o llaman a alguna que otra asamblea, pero nunca apuestan a desarrollar una verdadera organización, democrática y participativa que involucre a todos los estudiantes de las facultades, donde se discuta contra los sentidos comunes que la derecha intenta instalar, donde se debata cómo enfrentar el plan del conjunto del gobierno de Milei. No apuestan tampoco a la coordinación entre los diferentes sectores sociales que están siendo golpeados. De esta forma terminan derechizandose cada vez más y acompañando el proyecto que tienen los radicales para la universidad. Esto último se reflejó claramente cuando aceptaron el robo de las elecciones estudiantiles el año pasado, cuando aceptaron sacarle la obra social a los docentes jubilados y ad-honorem en el Consejo Superior, y cuando se subieron a la conducción de Yacobitti del conflicto universitario sin alertar que querían usar nuestra fuerza para negociar a nuestras espaldas la Ley Bases y levantar el conflicto universitario. En ese sendero, con algunos matices, están La Cámpora, las agrupaciones del Frente Patria Grande (La Mella y la Emergente) y también el Movimiento Evita.
Necesitamos fortalecer una alternativa de los estudiantes y la izquierda independiente
Por fuera de estos proyectos políticos y modelos de universidad, este primer cuatrimestre se mostró una fuerza y organización distinta; de forma independiente estudiantes no agrupados y la izquierda fueron parte de desarrollar una contratendencia al radicalismo y peronismo.
Nuestro modelo de universidad es un modelo donde el conocimiento esté al servicio de la clase trabajadora y los sectores populares, no de la ganancia capitalista y el extractivismo de las multinacionales. Por eso buscamos permanentemente tender lazos entre los trabajadores de las fábricas bajo gestión obrera como MadyGraf y Zanón y las Universidades para mostrar en pequeño que sucedería si la fuerza de la clase trabajadora y su potencial creativo se une a la ciencia, la técnica y las infraestructuras de las decenas de universidades nacionales. ¿Cuántos barrios se podrían urbanizar de esta forma? ¿Cuántos transportes de alta velocidad y sustentables se podrían desarrollar y extender por todo el país? ¿Cuánto trabajo se podría generar? Nuestra perspectiva de país va de la mano de pensar una economía planificada por los trabajadores y no por la anarquía e irracionalidad del capitalismo. Tenemos un programa para salir de la crisis y terminar con la estructura dependiente de nuestro país. Somos una fuerza política que plantea que sin desconocer soberanamente la deuda y tomar otras medidas de fondo no se puede pensar en resolver ningún problema de la clase trabajadora y los sectores populares.
Desde la Juventud del PTS intentamos hacer un aporte a cada pelea que dan los trabajadores, los movimientos sociales y todos los que se levantan contra el ajuste del gobierno de Milei. Por eso en estos últimos días salimos a apoyar con toda la lucha de los trabajadores del neumático que están peleando contra los despidos.
Creemos que no da lo mismo si emergen de estas experiencias sectores de la clase trabajadora y de la juventud con mayor confianza en sus propias fuerzas, que superen los marcos de luchas reivindicativas y a las distintas burocracias. Por eso apostamos a ser un actor en el desarrollo de los sectores más combativos de la clase trabajadora y el movimiento estudiantil. Peleamos en todos los lugares de estudio y trabajo en los que intervenimos, para forjar desde la juventud una poderosa alianza entre obreros y estudiantes, que retome las mejores tradiciones de nuestro país, como el Cordobazo y la oleada de levantamientos y radicalización hasta el golpe del ’76.
Este año intervenimos y estuvimos a la cabeza de impulsar distintos fenómenos de organización independiente y democrática de los estudiantes, como la Posta de Salud y Cuidados integrada por profesionales y estudiantes de la salud de las facultades de Medicina, Psicología , FADU en Lucha y comisiones de base en facultades como Filosofía y Letras y Sociales. También en la facultad de Psicología hubo una asamblea de más de 1000 personas convocada por estudiantes no agrupados junto a las agrupaciones de izquierda y opositoras al EDI (Franja Morada-UCR). Hace mucho no se veía algo así. En la facultad de Filosofía y Letras también dimos la pelea en la asamblea más grande que hubo el cuatrimestre (previa al 23A), para movilizar con una consigna que buscaba unir las luchas que el peronismo y el radicalismo buscaban separar: “Arriba el presupuesto. Abajo todo el plan de Milei. No a la Ley Bases, DNU, ni el protocolo Bullrich”. A diferencia de lo que pasó en asambleas de otras facultades, las agrupaciones kirchneristas se vieron forzadas a votarla para no perder a su base por izquierda. Durante la movilización, la bandera con esa consigna se transformó en la referencia de muchos estudiantes que no encontraban la bandera del CEFyL (ya que la conducción, de forma totalmente desorganizada, decidió ir por una calle paralela partiendo la columna en dos).
Todos estos fenómenos de organización desde abajo de la vanguardia en el movimiento estudiantil que apostamos a seguir desarrollando son indudablemente un gran motor y punto de apoyo para pensar los desafíos que tenemos para el segundo cuatrimestre, empezando por la pelea en defensa del salario de nuestros docentes y no docentes. Pero, por otra parte, también lo son para pensar en recuperar los centros de estudiantes que hoy están en manos de las burocracias peronistas y radicales.
Desde la Juventud del PTS la apuesta para potenciar el desarrollo de todo espacio de tipo democrático, autoorganizado desde debajo de los estudiantes, tenga la forma que tenga (debates en las cursadas, asambleas autoconvocadas, por carrera, interfacultades, comités, comisiones, etc), es una tarea estratégica. A lo largo de la historia, fueron estos espacios en sus múltiples formas los que permitieron tender lazos orgánicos con el movimiento obrero para forjar la unidad – obrero estudiantil de la que tanto hablamos. En las herramientas de organización del movimiento estudiantil como de la clase trabajadora, la independencia política viene necesariamente de la mano de una apuesta por el desarrollo de la organización democrática de estudiantes independientes. Sin embargo, esta perspectiva no es compartida por todas las organizaciones de izquierda que intervienen en la Universidad. La UJS (Partido Obrero) no sólo no jugó ningún rol en espacios como la Posta de Salud y Cuidados y FADU en Lucha, sino que también los dos centros de estudiantes que conducen (Farmacia y Bioquímica y Veterinaria) estuvieron pintados y no fueron ningún polo de referencia para el activismo y la vanguardia del movimiento estudiantil.
En un artículo reciente, los compañeros de la UJS contraponen la organización desde abajo con “centros de estudiantes con conducciones combativos e independientes al Estado”. ¿A qué se refieren? ¿En qué libro habrán encontrado esa contraposición? De uno marxista seguro que no. Para nosotros cada organización de izquierda debería medirse en el movimiento estudiantil en función de cómo y cuánto aporta (si es que aporta) a la organización desde abajo y por lo tanto al avance de la conciencia de una vanguardia estudiantil, que pelee codo a codo con los trabajadores y tenga en claro quiénes son sus amigos y quienes sus enemigos. Pero bajo ningún punto de vista consideramos que alcanza con ser la “conducción” para alcanzar este objetivo. Esta lógica puede llevar a adaptaciones muy grandes, como por ejemplo no llamar a elecciones como sucedió en Farmacia y Bioquímica y Veterinaria (centros de estudiantes que conduce el PO). Por último, también llama poderosamente la atención en el artículo en cuestión la acusación al pasar (sin ninguna fundamentación) contra Myriam Bregman y Nicolás del Caño de querer “trabajar codo a codo con el kirchnerismo”. Sería interesante saber a qué se refieren… ¿Piensan que convocar a los organismos históricos de DDHH (que estuvieron alineados con el gobierno anterior) para hacer un gran movimiento por la libertad de los presos fue trabajar codo a codo con el kirchnerismo? ¿Opinan que la audiencia convocada por los Diputados Nacionales Nicolás del Caño, Alejando Vilca y Christian Castillo contra los despidos (en la cual se planteó claramente que sin paro nacional y plan de lucha no hay enfrentamiento consecuente a los despidos) también lo es? ¿Sabrán los compañeros de la UJS que en todas esas actividades sus figuras públicas participaron? Raro…
Desde la Juventud del PTS vemos posible avanzar en conquistar nuevas tribunas de lucha, empezando por recuperar el CEFyL, facultad en la cual la La Izquierda Al Frente (Lista 4) estuvo solo 85 votos de ganar la conducción en las últimas elecciones. Pero para hacerlo consideramos sumamente importante fortalcer la unidad ya construída abirendo estos debates (y otros) junto a estudiantes independientes, activistas y otras fuerzas de izquierda que compartan un programa de independencia política y métodos democráticos. Seguiremos discutiendo cómo ampliar esta unidad junto a estudiantes independientes no agrupadxs y las agrupaciones de izquierda (UJS, MST, IS, NMAS) abriendo debates fraternales sobre qué tipo de centros estudiantes necesitamos, que estén a la altura enfrentar los ataques del gobierno de Milei y que respeten a los organismos de democracia directa de lxs estudiantes. Para llevar esto a cabo, también es fundamental partir de balances de experiencias pasadas, como por ejemplo las últimas elecciones donde el NMAS decidió ir por fuera en Filosofía y Letras, favoreciendo de esta forma a la actual conducción peronista.
Desde las últimas elecciones estudiantiles del 2022 a este año pasó mucha agua bajo el puente y la situación en el país cambió drásticamente. Estamos convencidos de que durante el segundo cuatrimestre que arrancará con conflicto docente por sus salarios, importantes luchas obreras como la del neumático y el Hospital Posadas y de desocupados y de los movimientos sociales, desde la izquierda junto con los estudiantes no agrupados que vienen participando de la organización desde espacios como Fadu en Lucha, Posta de Salud y comisiones de base, podemos fortalecernos. Es hora de que seamos nosotros los que decidamos dónde va a estar la gran fuerza del movimiento universitario.