El secuestro y desaparición: ¿el primer desaparecido?
Un 29 de marzo de 1962 el radical intransigente Frondizi es derrocado por un golpe militar. De marzo a octubre ocupará el poder ejecutivo el abogado, presidente provisional del Senado, José Maria Guido quien pone nuevamente en vigencia el decreto-ley 4161 que manifestaba la prohibición de elementos de afirmación ideológica o de propaganda peronista. Ley que impuso la dictadura “fusiladora” de 1955 y por el cual se dio surgimiento al movimiento social y político conocido como “Resistencia peronista”.
Vale recordar que Frondizi llegó al poder por un acuerdo electoral con Perón (que estaba exiliado y proscripto), pero rápidamente se rompió esta “alianza”. Si bien el radical dio ciertos permisos a la militancia peronista, en 1960 estableció el Plan de Conmoción interna del Estado (CONINTES) que “permitió al gobierno encarcelar a miles de personas, acusadas de ser izquierdistas o pertenecer a la Resistencia Peronista y otorgaba a las Fuerzas Armadas el control directo de la represión del terrorismo, subordinando las policías provinciales al mando del ejército” (Cien años de historia obrera. Ediciones IPS, pág 459).
En este marco político es que en la noche del 23 de agosto de 1962 en la intersección de las calles Trelles y Canalejas (hoy Felipe Vallese) del barrio de Flores, ocho policías armados rodean a un joven de 22 años, este presenta resistencia, grita y se aferra a un árbol en el que deja la marca de sus uñas, pero la batalla es ganada por la policía que se lleva al joven. ¿Quién era? Felipe Vallese, un obrero metalúrgico de la fábrica TEA (Trafilación y Esmaltación de Alambres) S.R.L.- a la cual se dirigía en el momento del secuestro- militante de la Juventud Peronista, delegado de la UOM.
Luego de secuestrar a Vallese se dirigieron a su domicilio y detuvieron a sus convivientes y compañerxs de militancia: el hermano mayor de Felipe, Ítalo, Osvaldo Abdala, Francisco Sánchez, Elba de la Peña, Rosa Salas, Mercedes Cerviño de Adaro y a tres niños (uno de ellos hijo de Felipe de solo 3 años). Los operativos fueron montados para dar con otro militante de la Resistencia Peronista, Alberto Rearte, a quien acusaban falsamente autor de la muerte de dos policías de la provincia caídos en un confuso tiroteo que se dio días antes, donde en realidad los bonaerenses se enfrentaron sin saberlo con la Federal.
A Felipe lo torturaron en la Comisaría 1ª de San Martín y luego lo trasladaron a Villa Lynch donde llegó casi destruido, en una de esas sesiones de tortura, con picanas de por medio, Vallese muere, es asesinado, pero hasta el día de hoy no se logró encontrar su cuerpo. El resto de lxs detenidxs fueron liberados.
Se habla, entonces, del primer desaparecido de Argentina. Es difícil clarificar la veracidad de esta afirmación, Osvaldo Bayer, Atilio Borón y Julio Gambina hacen una reconstrucción del terrorismo de Estado en Argentina en la que afirman que el primer desaparecido es un marinero llamado Juan Ocampo quien es asesinado en un acto por el 1 de mayo en el marco de una represión orquestada por Roca, lo que desaparecen es su cuerpo y los autores lo definen como el primer desaparecido en una represión en Argentina. Por ende, se puede afirmar que Felipe Vallese es el primer detenido desaparecido y marca el comienzo de una práctica de terror por parte del Estado y los diferentes gobiernos desde entonces hasta el 83.
Impunidad genocida
El autor material del secuestro de Felipe fue el jefe de la Brigada de Servicios Externos de la Unidad Regional de San Martín, Juan Fiorillo. El caso Vallese cobra una gran repercusión por la lucha de sus compañeros de militancia y familiares, se popularizó la frase “Un grito que estremece: Vallese no aparece”, producto de dicha lucha y de investigaciones que reconstruyeron los hechos, en mayo de 1971, se condenó a 39 policías a tres años de cárcel por privación ilegítima de la libertad, pero no se los juzgó por el asesinato. Entre estos 39 policías estaba Juan Fiorillo.
Nuevamente en libertad, en 1974, Fiorillo ingresó como integrante a la Alianza Anticomunista Argentina (Triple A) bajo tercer gobierno de Juan Domingo Perón y después del golpe cívico militar eclesiástico del 24 de marzo de 1976, se convirtió en el lugarteniente del general Ramón Camps, jefe de la Policía de Buenos Aires. Dirigió el Comando de Operaciones Tácticas (COT) y tuvo una oficina en la comisaría 5ª de La Plata. Está señalado como responsable de más de cien casos de privación ilegal de la libertad y torturas y de llevarse a Clara Anahí Mariani, hija de Diana Teruggi y Daniel Mariani, nieta de la incansable luchadora Chicha Mariani, una de las fundadoras de “Abuelas de Plaza de Mayo”.
En 1983 Fiorillo se retira voluntariamente de la policía, otra vez la lucha será la que logre la prisión del genocida, la lucha de organismos de derechos humanos, de las abuelas y madres y de militantes comprometidos contra la impunidad. En 2006 el fiscal Sergio Franco solicita la detención del ex policía que será beneficiado con el arresto domiciliario por tener 74 años, dos años después murió.
Periodismo militante
"Se estaba demostrando que en nuestro país un hombre puede desaparecer, puede conocerse a sus secuestradores, con nombres y apellidos, y no pasar absolutamente nada" Escribía en 1963 Pedro Barraza. Lo que hasta acá se expuso: el secuestro y las torturas a Vallese, la participación policial, el objetivo del secuestro y demás, se conoce gracias a las investigaciones que llevó adelante este periodista.
Militante de la resistencia peronista tras un desencanto con el frondizismo, Pedro Barraza era un “provocador” que ya por aquellos años no escondía su homosexualidad y decía ser de la agrupación de “putos peronistas”. Prontamente se comprometió con la causa Vallese y se puso al frente de investigar qué había sucedido, publicó su investigación en 8 partes en el diario “compañero”, luego esta investigación será profundizada por los abogados Rodolfo Ortega Peña y Eduardo Luis Duhalde en un libro titulado "Proceso al Sistema" publicado en 1965.
Barraza además fue quien tildó a Lopez Rega de “El astrólogo” apodo que devendría en “el brujo” por las cercanías de éste con el esoterismo. Y es la fuerza parapolicial comandada por Lopez Rega la que asesina al periodista y su pareja el 13 de octubre de 1974. Un tiempo antes la misma triple A había asesinado a Rodolfo Ortega Peña –otro de los investigadores de la causa Vallese-.
Así como Rodolfo Walsh con su “Operación Masacre” reconstruye la historia de los fusilamientos en José León Suarez de los genocidas del 55, el compromiso periodístico y político de Barraza fue clave para la denuncia a las fuerzas policiales en el caso Vallese, así como para reconstruir su historia y que no quede olvidada.
Quienes impulsamos La Izquierda Diario rescatamos este legado apostando a un multimedio independiente y comprometido que desenmascare las mentiras de los poderosos y cuente lo que otros medios no te quieren mostrar que está al servicio de la organización política de la clase trabajadora y el pueblo pobre para la lucha contra los capitalistas. En tiempos de fakes news y ante la situación política que estamos atravesando, el periodismo militante es vital y queremos que se sumen quienes se proponen reflejar y construir una noticia desde el lugar de los hechos, quienes quieren reconstruir la historia de la clase trabajadora o quienes quieran producir con este compromiso.
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