Y pese a que esta última jornada se desaceleró la caída de la moneda nacional y los mercados ganaron a nivel internacional, recuperándose casi todos los sectores afectados –al menos relativamente-, el ambiente de incertidumbre se mantiene.
Esto debido a la cada vez más cercana recesión en EEUU, que no sería la primera que se declara como inminente en los últimos 4 años, pero que finalmente el gobierno imperialista logra flanquear de alguna y otra manera.
Sin embargo, esto ha llevado al Banco de México a analizar el retraso del anuncio de la baja de la tasa de interés de nueva cuenta, la cual estaba planteada para este jueves. Sumado a lo anterior, el no fortalecimiento del peso y el alza interna del dólar dio como resultado la valuación del dólar a 19.57 pesos por unidad.
Sin embargo, lo que la mayoría de los análisis no cuenta es el componente político de dicho proceso económico, donde las próximas elecciones estadounidenses son el principal factor de desconfianza. Esto en medio de la crisis del régimen americano, donde ni el Partido Demócrata ni la alternativa proteccionista del Partido Republicano logran generar consenso entre los grandes capitales ni entre los votantes.
A esto hay que agregar que los vientos positivos de la economía mexicana dependen totalmente de los vientos que azoten a la economía estadounidense. Esto no es ninguna novedad, pero tras el T-MEC y el anuncio de la “relocalización económica” de EEUU en el norte del continente, se ha profundizado la subordinación de México al imperialismo estadounidense.
Es decir, lo de estos días demuestra que los vientos positivos de la economía mexicana se han construido sobre bases que fortalecen a los grandes empresarios, como Amazon o Tesla. O incluso el aumento de las fortunas de los 6 más ricos del país a cifras históricos, pero que en ambos casos no van a dudar en devaluar la moneda mexicana si sus ganancias son las que corren riesgo.
Pensar la devaluación del peso, es pensar la relación de total dependencia de México a los dictados del gobierno estadounidense en turno, esto sin importar el signo político del gobierno mexicano que le toque negociar estos tratados de saqueo. |