"Yo no viví en esa época, nací en 1993 y no tengo ni idea de quiénes eran los personajes de esa época. La verdad es que vi internos de 80 años y yo no sabía los nombres ni las caras". La frase es de la diputada mendocina de La Libertad Avanza, Lourdes Arrieta tras ser cuestionada por las visitas a la cárcel de Ezeiza en las que se entrevistó, junto a otros diputados de su espacio político, con genocidas de la última dictadura.
En la pretensión de impunidad y en el marco de la propaganda contra los derechos humanos y las libertades democráticas, el gobierno de Milei y sus partidarios expresan a viva voz y en sus actos, los deseos y aspiraciones de quienes aún siguen cometiendo delitos de lesa humanidad con silencio y complicidades. Porque, como dijo Myriam Bregman, están dispuestos a volver a hacerlo.
Tan joven
Decir que ser joven legitima la ignorancia es el fundamento más nefasto que se pueda escuchar. No creemos que fue la juventud ni la ignorancia el motivo de tal visita, sino que el único objetivo buscado es el de intentar dar un mensaje impunidad. Después de años de pelea por memoria verdad y justicia, nada de eso les va a salir bien.
De la visita de diputados a genocidas ya se conocieron las fotos. Cual equipo de fútbol o foto familiar, lo que se ve no son solo un grupo de personas posando sonriente sino un grupo de criminales y sus cómplices, todos conscientes de lo que hacían e hicieron.
En el centro de la escena, la diputada mendocina Lourdes Arrieta que por más patitos en la cabeza se ponga (así con ese accesorio se apersonó en una sesión de la cámara), lo menos que tiene es ingenuidad. Ante el conocimiento público de los hechos, y sobre todo el extendido repudio que provocó en amplios sectores democráticos, pretendió una disculpa sacando a relucir su juventud como absurdo argumento para justificar un supuesto desconocimiento de la historia más reciente y más difundida en los últimos 40 años de Argentina, siendo que su propio espacio político ha tenido, además, una constante iniciativa en este terreno, negando por ejemplo los propios crímenes de la dictadura.
Con su relato en nombre de la juventud y de los que tienen bronca, quieren imponer un discurso negacionista y represivo. Pero mal que les pese, en nuestro país hay una juventud y una gran parte de la sociedad, que pide y pedirá justicia hasta que cada uno de los represores y sus cómplices empresarios, civiles y eclesiásticos sean condenados.
“Espíritu setentista, vuelve hoy…” cantábamos en homenaje a esa juventud de sentimiento rebelde y revulsivo, a esos que pelearon por un mundo sin injusticia y por la verdadera libertad. Esos jóvenes a los que quisieron apropiarles todo, hasta sus hijos. Esos jóvenes no se van más, están para decirnos a las nuevas generaciones que sus banderas son las nuestras, son las que levantamos a voz alzada y en carne viva. Los genocidas quisieron exterminar eso y por más que se esfuercen no lo van a conseguir. Somos memoria, verdad y justicia.
Tan viejos
En todo este marco, la discusión por la edad de los genocidas desató no solo las especulaciones por un cumplimiento de pena en sus domicilios y por ello el motivo de las visitas a Ezeiza.
En los últimos días Mendoza fue escenario de declaraciones de la ministra Patricia Bullrich junto con el ministro de justicia Cuneo Libarona, pidiendo igualdad para los asesinos, torturadores, apropiadores y desaparecedores (cuyos delitos siguen vigentes aun con estos en la cárcel), con presos comunes.
La edad, nuevamente como excusa. En este caso, la avanzada edad de los represores junto con los estados de salud, buscan ser los fundamentos de los pedidos de los funcionarios. ¿Quién podría pensar que la vejez es lo que realmente sensibiliza a Bullrich y compañía? ¿En un país donde la mayoría de la población es pobre y en esa mayoría, los más pobres e indigentes son jubilados y jubiladas junto a niños, niñas y adolescentes, y donde una de las medidas más brutales del gobierno del que es ministra, fue la de atacar las jubilaciones para destinar ese dinero en beneficio de los grandes empresarios y el pago de la deuda al FMI?.
Al mismo tiempo que Bullrich, Petri, Cuneo Libarona piden impunidad para los represores, presentan planes y proyectos de más cárcel y represión, ya no solo para quienes se organizan contra los ataques de su gobierno, sino también contra las infancias, los que protestan, y los más vulnerados.
La marca de Mendoza: Otilio Romano, la resistencia popular y la batalla por la memoria
Los pedidos de prisiones domiciliarias para los genocidas hechos en conferencia de prensa de Bullrich con Libarona en Mendoza, no podrán poner bajo la alfombra un hecho que vale la pena recordar.
En 2011 el juez Otilio Romano, camarista federal que fue denunciado junto a otros jueces por delitos de lesa humanidad, fue encontrado fugado en Chile. Fue extraditado al tiempo de conocida la noticia de su fuga. Recién en 2017 fue encontrado culpable de delitos de lesa humanidad en una mega causa de peso histórico, en la que por primera vez se juzgaba a personas civiles y miembros de la justicia. Quien gran parte de su vida se creyó impune, el Juez Romano sin embargo será recordado, además de por sus aberrantes delitos en la última dictadura, por fugado y por atacar violentamente a testigos en las audiencias de los juicios, especialmente a mujeres.
Gracias a la pelea de organismos de derechos humanos, familiares, organizaciones sociales y políticas, se logró una sentencia a perpetua histórica e inédita.
La foto, la verdadera historia, la edad y el no pasarán
Una imagen más que gráfica. En el centro de la foto que se mostró de los diputados de La Libertad Avanza y los genocidas sonriendo para la cámara, puede verse una cruz cual bendición de la iglesia.
La presunta “ignorante” diputada no fue sola a Ezeiza, y es que además de ir con sus compañeros libertarios, fue con una historia familiar de complicidades y torturas. Su padre, Tomás Arrieta, es un militar denunciado por torturas en Malvinas por parte de ex soldados, pibes que tenían 18 años en la guerra, que declararon haber recibido de su parte la aplicación de tormentos y privación de alimentos.
El cuento del desconocimiento de las aberraciones cometidas por los milicos y genocidas, se desacredita solo.
Hoy, cuando la reacción intenta crear un clima de revisión de nuestras conquistas y las enormes peleas por memoria verdad y justicia, levantamos bien alto la militancia, la lucha y tesón de las madres, las abuelas, de Nora, María, Agustina y otras, de las tradiciones que han dado la fuerza y el coraje a muchas generaciones, aun cuando algunos nos llamaron a conformarnos o a resignarnos, ellas son un verdadero ejemplo vivo.
Quienes somos esos jóvenes y esos viejos que retomamos estas banderas y peleamos por una vida que realmente merezca ser vivida, seguimos enfrentando a los dueños del horror y sus cómplices. Mientras hoy, más pretenden prohibirnos expresarnos libremente, con criminalización a la protesta social, con imputaciones a las y los luchadores y con causas armadas, más decimos NO PASARÁN!.
30 mil compañeras y compañeros detenidos desaparecidos PRESENTES! |