Los trabajadores de correos de 10 estados y 3 grandes ciudades brasileñas declararon este miércoles una huelga indefinida tras 14 rondas fallidas de negociaciones con el gobierno federal en demanda de mejores condiciones.
Entre las reivindicaciones de los trabajadores de la empresa estatal está la apertura de un concurso público para la contratación de más personas y la reducción del coste del plan de salud de la compañía. También luchan por una mejora salarial real, frente a la negativa del Gobierno y la empresa, que solo ofrece una promesa de aumento para el año que viene.
Los trabajadores de Correos son un sector muy explotado, normalmente trabajan en condiciones muy duras, y sufren una gran precariedad desde los últimos años, con la empresa en el punto de mira de la privatización por el gobierno golpista de Michel Temer (2016-2018) y luego de forma aún más agresiva bajo Bolsonaro. Como resultado, sufren crónicamente la falta de personal, el desguace de servicios y el desmantelamiento de sus infraestructuras. A dos años de gobierno del Frente Amplio Lula-Alckmin, la huelga, que también exige mejores condiciones de trabajo, expone cómo estos trabajadores esenciales siguen sufriendo el abandono del gobierno, que preserva los ataques de sus predecesores.
La indignante negativa de aumento de salario del gobierno se condice con lo ocurrido con la educación federal, así como con agencias como el Instituto Brasilero del Medio Ambiente y el Seguro Social, todos los cuales protagonizaron heroicas huelgas en defensa de la recomposición de sus salarios, chocando fuertemente con el gobierno federal - incluyendo la absurda persecución judicial promovida por el gobierno.
Lo que estas huelgas enfrentan es la intransigencia del gobierno actual, que busca servir al capital financiero garantizando el pago de la criminal Deuda Pública a través de la austeridad contra los trabajadores y la continuidad de la precarización de los servicios públicos. El mecanismo a través del cual lo hace es el llamado Marco Fiscal, el nuevo techo de gastos que ya ha sido responsable de absurdos recortes multimillonarios a la salud y la educación, garantizando dinero a banqueros y especuladores y señalando que el presupuesto está supeditado a sus intereses. Por si fuera poco, le dieron un aumento de R$ 3,8 mil millones (unos 700 millones de dólares) para el presupuesto del poder judicial, el mismo que encarceló al ahora presidente Lula sin pruebas. La casta judicial es la única que consigue un aumento mientras los trabajadores siguen en cero.
El techo o límite de gastos del gobierno de Lula y Alckmin es un proyecto de miseria para los trabajadores. Desde Esquerda Diario, parte de la Red Internacional La Izquierda Diario, enviamos toda nuestra solidaridad de los trabajadores del correo de Brasil. |