Este viernes por la mañana el gobernador Axel Kicillof dijo estar “muy shockeado” por la denuncia de Fabiola Yañez contra Alberto Fernández por violencia de género. Por la tarde se mostró con el intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, que está procesado por abuso sexual. Juntos participaron de la jura de la reforma de la Constitución Provincial que encabezó el gobernador peronista Ricardo Quintela.
Si bien los voceros del gobernador justificaron que era un acto oficial del que no podía quedar al margen el intendente de La Matanza, lo cierto es que en mayo, un día después de que Espinoza fuera procesado, Kicillof visitó el distrito más grande de la provincia -y que aporta más cantidad de electores al peronismo-, para participar de dos actos de gestión: la entrega móviles a la guardia urbana municipal y la firma del pago de la segunda cuota del Fondo de Fortalecimiento Fiscal Municipal. Esta visita del gobernador tuvo como objetivo inequívoco el apoyo a Espinoza, un hombre fuerte en el armado de Kicillof. A poco de este procesamiento judicial, el gobernador sostuvo que “no es su función” determinar la culpabilidad del jefe comunal: “Yo dejo actuar a la Justicia. No sé cuál es la situación de cada uno de los que están en su faz, digamos... lo que es privado y lo que es personal. Somos la única provincia que tiene Ministerio de las Mujeres y de Género. Mi posición en eso es muy clara. No estoy sacando un fallo judicial porque no es mi función”.
Sin embargo, porque más que se excuse por contar con un Ministerio de la Mujer, el gobernador está muy lejos de las preocupaciones que atraviesan a las mayorías populares, entre ellas, la violencia de género. Es a esta mayoría a la que le espantan las denuncias de Fabiola Yañez. En cambio, a Kicillof no le tembló la mano para ordenar la brutal represión policial contra mujeres y niños que ocupaban unos terrenos abandonados en Guernica, cuando la pandemia y también la violencia de género las expulsó de sus hogares.
Mientras el gobierno de Milei y sus partidarios hacen un uso político de esta denuncia de Yañez, Kicillof mira para otro lado y volvió a ratificar, en el acto de La Rioja, que solo le interesa liderar a un peronismo en crisis, pensando en las elecciones legislativas del año que viene y de cara a lo que serán las presidenciales de 2027.
Por supuesto que la actitud del gobernador bonaerense está en consonancia con el movimiento político que representa. El peronismo y los peronistas usurparon las banderas de las luchas feministas para fortalecer proyectos políticos que lejos estuvieron de desarrollar el movimiento de mujeres y la lucha por la igualdad.
Tenemos que volver a ganar las calles para pelear contra todo tipo de violencia. Solo en la organización y la lucha, independiente de todos los gobiernos, podremos construir una fuerza que impongan las demandas de las mujeres y la diversidad. | 
