Este miércoles 21 de agosto se realizó la primera jornada de formalización contra Luis Hermosilla, por los delitos tributarios, sobornos y lavado de activos. Junto a él también fueron formalizados la abogada María Leonarda Villalobos, su esposo Luis Angulo (ex militante PPD) y funcionarios del SII y la CMF. La fiscalía pide prisión preventiva para Hermosilla, Villalobos y Angulo.
En la jornada se dieron a conocer las relaciones entre Hermosilla y los empresarios de Factop y el Grupo Patio, lo que le significó recibir más de 5 mil millones de pesos sólo de Factop.
Incluso funcionarios de los gobierno de Piñera salieron a la palestra, como Andres Chadwick, ya que Hermosilla habría gestionado junto al ministro de la Corte Suprema, Jean Pierre Matus, la defensa de Chadwick por un abogado alemán para el 2019 en momentos de su acusación constitucional. Claramente esto significó millonarios montos para Matus y el abogado Ambos, dineros que probablemente corresponden a los pagos del grupo Factop.
Lo que devela el caso Hermosilla es el complejo entramado existente entre el poder económico, judicial y político. Hermosilla era un operador que se involucraba con los grandes grupos económicos de “Sanhattan”, tenía nexos con distintos ministros de la Corte Suprema incluso influyendo en los nombramientos, además de prestar servicios a distintos ministerios durante el gobierno de Piñera.
Pero Hermosilla no es un caso aislado o una “manzana podrida”, es la expresión del entramado real del poder en una sociedad gobernada por los capitalistas, donde el soborno, cohecho y el tráfico de influencias son mecanismos intrínsecos a este sistema. |